Durante los años de pandemia, los uruguayos fueron quienes colmaron las propuestas de turismo interno. Hoy, con la vuelta de los extranjeros a los circuitos turísticos, el problema radica en la falta de agua en los campos, que a su vez afecta a los senderos y las cascadas del Lunarejo.
Ubicado en el departamento de Rivera, a unos 500 kilómetros de Montevideo, el paisaje protegido Valle del Lunarejo ya es un destino consolidado para los turistas locales y extranjeros que visitan nuestro país.
Con sus monumentales cascadas y espectaculares paisajes, cada vez son más los emprendimientos que surgen alrededor de la actividad turística, hospedajes y senderos, entre otras experiencias vinculadas a la naturaleza.
Pero como ocurre en todos los sectores, hay obstáculos que deben enfrentarse con ingenio y mansedumbre. Pese a que el Lunarejo no sufrió la pandemia como otros destinos, hoy la sequía es una señal de alerta.
Situaciones diferentes, propuestas innovadoras
Los Tres Rubios es una posada de la zona que ofrece hospedaje con pensión completa y cuenta con acceso directo al arroyo Lunarejo, zona de camping, fogón, quinchos y piscinas.
Su propietaria, Yuly Artigas, contó a La Mañana que en el periodo de las fiestas tuvieron una ocupación del 100%. “En la próxima quincena vamos a habilitar otro apartamento para aumentar la capacidad”, respondiendo a la demanda creciente, dijo.
“Respecto al clima, sabemos que eso afecta bastante la actividad, pero en nuestro caso este año tenemos mucha más gente porque somos los únicos que tenemos piscinas en la zona; en el comienzo del verano no hemos dado abasto”, comentó.
Yuly aseguró que, gracias a la instalación de piscinas en la posada, personas que se alojan en otros lugares de la zona –ante la imposibilidad de realizar senderos porque no hay agua– terminan yendo a Los Tres Rubios a pasar el día, una opción que implementaron en el último tiempo.
“La pandemia a nosotros nos ayudó con la llegada de público uruguayo; muchas personas vinieron a conocer el Lunarejo”, expresó Artigas y agregó que ven con muy buenos ojos la llegada del 2023.
Tras la pandemia, se han sumado nuevamente los extranjeros al público local que ya conoce el lugar. “Ya nos han visitado italianos, alemanes, suizos, franceses. Tengo la fe de que vamos a tener un muy buen año, con el objetivo principal de equiparnos cada vez más”, dijo.
El senderismo también se reinventa
Otro de los emprendimientos que lleva varios años trabajando es El Gavilán, que actualmente cuenta con hostel, camping, trekking, senderismo, travesías, cabalgatas y fogones.
Su propietario, Cesar Viera, contó en diálogo con La Mañana que a fines de diciembre también tuvieron un gran movimiento de público extranjero, con visitantes de Escocia, Francia, Brasil, Estados Unidos, Suecia, etc.
Pero luego, debieron hacer una pausa debido a la seca. “Cerramos el 30 de diciembre por la gran escasez de agua”, dijo César. “La sequía nos afectó en un 100% ya que las cascadas están totalmente secas y los pozos de agua estancados y con mucho musgo por la falta de lluvia”.
Viera contó que normalmente el verano es temporada baja para el Lunarejo, desde mediados de diciembre hasta fin de enero, “ya que el turista prefiere la playa, no caminar y disfrutar del agua”.
Para el 2023 y pensando en enfrentar la sequía, El Gavilán planifica el retorno de las travesías de larga distancia a caballo. “Nuestro público para esta aventura es casi exclusivamente extranjeros y este año está ingresando mucho público en busca de esa experiencia”, contó. Además, pronto darán a conocer una nueva experiencia junto a la Posada del Minero de Minas de Corrales.
Nuevos actores y nuevas miradas
La propuesta turística más nueva del Lunarejo es Villa Pancha, que comenzó a operar en el último trimestre de 2022 con servicio de alojamiento, espacio para motorhomes y glamping, un nuevo concepto que relaciona el camping con una experiencia premium.
Juan Suárez, propietario de Villa Pancha, contó que también ofrecen, en conjunto con guías de la zona, servicios de experiencias para conocer los atractivos naturales, desarrollar trekking, senderismo, cabalgatas y disfrutar de la gastronomía y los productos de la región.
“En las fiestas hemos tenido una ocupación continua y la proyección para enero y febrero es similar, con público de Europa, de ciudades cercanas y algunos turistas del sur del país y sur de Brasil”, aseguró.
Si bien la temporada alta en la zona es en otoño y primavera, “en Villa Pancha pretendemos atraer a turistas durante todo el año con servicios que le permitan disfrutar del entorno con confort en cualquier época del año”, mencionó Suárez.
“En este momento la escasez de agua hace que los cursos de agua estén con bajo caudal, por lo que los paseos se focalizan más en otro tipo de atracciones como miradores, monte nativo y costumbres de la zona”, concluyó, mencionando que se encuentra trabajando en experiencias y eventos innovadores como masajes, yoga, entre otros.
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