Fue la crisis de la fiebre aftosa que el país experimentó en 2002 la inspiración sobre la cual Victoria Alonsoperez, ingeniera electricista egresada de la Udelar, se apoyó para crear en 2012 esta plataforma que rastrea y detecta anomalías en los ganados. Esta tecnología está presente en varios países con excelentes resultados. Desde Singapur donde se encuentra trabajando habló con La Mañana sobre el pasado, presente y futuro de su emprendimiento.
Transcurría el año 2012 cuando Victoria se enteró de la competencia para jóvenes innovadores organizada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en la cuál decidió presentar una herramienta tecnológica que permitiera detectar a tiempo enfermedades en la ganadería. Como ha sucedido a lo largo de la historia universal, las crisis como la que vivió el país en 2002 con los casos de fiebre aftosa que destruyeron la ganadería nacional, se transforman en oportunidades y fue la inspiración para desarrollar Chipsafer. Finalmente, la idea fue la ganadora, ante su sorpresa y desde ahí comenzó un camino sobre el cual aún hay mucho por recorrer.
Chipsafer es una plataforma que permite rastrear y detectar anomalías en el comportamiento del ganado, dónde se encuentran en ese momento, si se encuentran en celos, si sus movimientos indican que están enfermos o si están perdidos, a través de collares colocados alrededor del cuello del animal que envía información a una antena y desde esta hacia la nube. Para esto es importante la disponibilidad de antenas que recojan toda la información disponible, elemento que en su momento generó algunas dificultades, que fueron superándose ante la mayor disponibilidad de estos dispositivos.
La empresa fue la primera en utilizar la tecnología LoRa (tecnología inalámbrica desarrollada para permitir las comunicaciones de datos a baja velocidad en grandes distancias), para el monitoreo de ganados.
El salto hacia Singapur
En una cálida charla desde Singapur donde se encuentra desde 2018, Victoria Alonsoperez, creadora de Chipsafer, ofreció detalles a La Mañana sobre su actividad. Desde que ganó el concurso en 2012, varias puertas se han abierto para recibir esta tecnología que resuelve un gran problema que tienen los ganaderos a la hora de monitorear sus rodeos.
Si bien la expansión del negocio fue casi inmediatamente de que se instalaran con un socio brasileño en Río de Janeiro, el gran salto fue en el momento en que puso su oficina en la compañía Flex en Singapur, donde se encuentra desde hace algún tiempo. Se trata de una industria fundada en Singapur y con presencia en 140 países. Desde la propia fábrica continúa desarrollando la tecnología que actualmente se encuentra en etapa de desarrollo de sensores y del software.
La decisión de mudarse para esa ciudad país no fue difícil por tratarse de una inmejorable oportunidad para desarrollar los hardware, un eslabón de la cadena bastante limitado en América Latina, lugar donde no se obtuvieron buenos resultados luego de varios intentos. Instalada en la fábrica, Chipsafer desarrolla la producción masiva de todos sus sensores, algo que también intentaron en China aunque carecían de una persona fulltime que conociera los proveedores locales. En Singapur se encontraron con Flex “esa asociación que nos permitió trabajar con ellos y hacer todos nuestros sensores”.
En una sociedad del futuro
Haberse trasladado al segundo país más innovador del mundo, donde una de sus universidades de ingeniería se encuentra en el puesto diez del planeta y conviviendo en una sociedad del futuro, le significó a Victoria un salto cualitativo para seguir desarrollando esta tecnología.
Este polo de desarrollo tecnológico atrae a las principales empresas del mundo que se encuentran moviendo sus estructuras hacia ese destino. Este escenario genera complicaciones a la hora de encontrar mano de obra calificada, por lo que las autoridades del país dispusieron la reapertura parcial de sus fronteras, para permitir el ingreso de ciudadanos del exterior.
La alta tecnificación de la sociedad permitió mantener estable al país frente al Covid 19, salvo algunos momentos sobre finales de 2020 cuando los casos despegaron. “Mientras estuve acá nunca tuve miedo de contagiarme”, sentenció Victoria, que además contó sobre la aplicación que está disponible en todo celular, el cual al llegar a un local comercial se conecta con un Bluetooth y a través de un lector indica si la persona está en condiciones de ingresar o no.
Presencia en varios países
La tecnología esta presente en nuestro país a través de Securitas Finder. En Brasil y Australia la empresa desarrolla la actividad directamente con los productores. En cualquiera de los tres casos, los resultados son muy alentadores y en el horizonte inmediato aparecen varias posibilidades de extender este servicio a más países. Para eso recurren a asociaciones estratégicas con empresas de mayor tamaño. Si bien la pandemia impidió expandirse hacia Indonesia y Malasia, no descartan que en el futuro inmediato los encuentre desarrollando la tecnología en esos países.
En varios momentos de la entrevista Victoria no dejó de reconocer todo lo que el equipo ha aprendido de los productores rurales, quienes además quedan muy conformes con los resultados obtenidos en sus establecimientos. Este ida y vuelta facilita el desarrollo de esta tecnología que también debe adecuarse a los lugares donde se aplica. Las mayores consultas de los productores de América Latina están relacionadas con el robo de animales, mientras que en Australia es común que se pierdan por las grandes dimensiones que tienen los predios en ese país. Indicó por ejemplo que “lo que funciona en Uruguay no funciona en una región cercana al Ecuador”.
De anécdotas y resultados
También en el dialogo ameno que Victoria mantuvo con La Mañana dejó escapar algunas anécdotas jocosas, que en su momento tampoco fueron tales. Tal es el caso de una de las largas recorridas realizadas en el continente africano, cuando en 2017 estaban desarrollando una prueba piloto y en varios momentos debieron acampar en medio de la sabana. Entre risas contó el susto de su vida cuando se despertó con un animal pastando al lado de la carpa y con la gran incertidumbre de no saber ni de que ejemplar se trataba ni de que debía hacer en ese momento.
Pero además esa prueba piloto trajo consigo excelentes resultados para un productor que tenía su rodeo acechado por una manada de leones. A través de los collares dispuestos en su ganado, este productor se percató en su momento que se encontraban en un sitio que no era el adecuado por su topografía y junto a Victoria se dispusieron recorrer la zona. Descubrieron que una manada de leones era la razón de estos movimientos inusuales y el productor certificó los beneficios de Chipsafer.
El camino ha tenido tramos llenos de satisfacciones, pero también de circunstancias complejas donde para ser emprendedor “la resiliencia es super importante”, para no desanimarse ante las dificultades. Ninguna de las dos posibilidades impide que sea feliz desarrollando una actividad relacionada con las tecnologías espaciales, como lo soñaba desde los cuatro años.
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