Nacido en Melo el 28 de julio de 1921, fue un hombre de destacada labor en el campo literario. Docente, crítico literario, articulista y ensayista, fue además creador del término “generación del 45” en referencia al movimiento literario integrado por escritores uruguayos de su generación.
Al cumplirse el centenario del nacimiento de Rodríguez Monegal, el pueblo Arachán le realizó sentidos homenajes con la presencia de autoridades locales, nacionales y familiares. La Mañana participó a distancia en el evento que se realizó en el Teatro España de Melo y se transmitió de forma virtual.
La generación crítica
En la apertura del evento, la subsecretaria de Educación y Cultura, Ana Ribeiro, expresó: “Emir fue un juez absoluto del mundo literario a partir de la década del 40, recién terminada la guerra, con el mundo conmovido por todo lo que había vivido la humanidad y por todo lo que se venía de allí en adelante en la conformación de un nuevo orden mundial”.
Ribeiro se refirió al rol pionero que tuvo Emir Rodríguez Monegal en la conformación del movimiento denominado Generación del 45. “Les enseñó a ser una generación crítica”, señaló, “que era además bastante impiadosa, incitada a ser ‘parricida’, a ‘matar’ a los padres literarios de los cuales se provenía en el sentido metafórico, para construir una nueva conformación del universo intelectual con el cual guiarse en la vida”.
“Esos parricidas eran investigadores implacables, degustadores de la literatura del mundo, eran los que abjuraban todo el tiempo de los nacionalismos fáciles, y los nacionalismos literarios entraban dentro de esa categoría. Eran los que abjuraban de la prosa inflamada, del falso sentido de patriotismo, eran los que se sentían ciudadanos intelectuales del mundo, que abrevaban en la tradición de la literatura nórdica, en las raíces culturales francesas, que entendían que la definición literaria de América Latina tenía que hacerse desde las raíces, sin ninguna forma fácil da pachamamismo, ni de mera reivindicación de América Latina por sí, sino una América Latina que se atreviera al mestizaje del criollismo y se analizara a sí misma sin ninguna forma de falsa piedad”.
“Rodríguez Monegal fue un hombre que tenía esa lucidez y ese implacable conocimiento para juzgar a una obra literaria, una obra cinematográfica, una pieza musical, de teatro, y en todos esos planos se movía con la misma capacidad. Fue homenajeado por el mundo por esa capacidad”, concluyó Ribeiro.
La vida inquieta de un intelectual
Además de ser el creador de la expresión “generación del 45”, referida al movimiento literario integrado por los escritores uruguayos de su generación, Rodríguez Monegal se desempeñó como profesor de literatura en el Instituto de Profesores Artigas de Montevideo y en el Instituto de secundaria Alfredo Vázquez Acevedo.
Fue becado en Cambridge por parte del gobierno británico y desde 1969, impartió clases de literatura latinoamericana en la Universidad de Yale. Es reconocido por su defensa a Jorge Luis Borges ante los embates de la crítica, que posteriormente fue retribuido por el mismo Borges con una mención en su cuento La otra muerte, de la colección El Aleph. Fue también un investigador vocacional, ensayista, articulista; y colaborador, redactor y fundador de numerosas publicaciones periodísticas a nivel nacional e internacional.
Trabajó desde 1943 en el Semanario Marcha, y ejerció como director de la página literaria del mismo entre 1944 y 1959. Asimismo, redactó diversos artículos para el diario El País. En julio de 1966, Emir Rodríguez Monegal fundó en París la revista literaria Mundo Nuevo con el objetivo de insertar la literatura latinoamericana en el ámbito internacional. Artículos y fragmentos sobre Jean-Paul Sartre, Pablo Neruda, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, entre otros, fueron publicados en la revista.
Volver a los orígenes
En su ponencia, el director de la Biblioteca Nacional del Uruguay, Valentín Trujillo, expresó: “Creo que la particularidad de la figura de Emir es que tuvo un doblez muy grande entre su origen melense, su uruguayez, y una proyección al mundo que fue muy importante. Sobre todo fue uno de los principales intelectuales de la historia del Uruguay, pero además como docente, crítico, escritor fue un gran abridor de ventanas a un montón de mundos que nos permite como lectores aprender de su obra, reflexionar, discutirlo, ventanas a grandes escritores uruguayos”.
Trujillo destacó el trabajo de Anáforas en la figura de Lisa Block, amiga de Emir Rodríguez Monegal, que “gracias al proyecto Anáforas han hecho una serie de sitios sobre literatura uruguaya formidables”, donde se encuentra gran parte de su obra.
“Fue un gran constructor de puentes, estuvo en la mitad de los grandes duelos intelectuales del Uruguay y de su época en el mundo, y creo que, hoy volviendo a aquel Melo original, que tenía trasfondo de la gran familia Monegal, con José Monegal, una de las principales referencias literarias para Emir, creo que la vuelta al origen hoy se completa si volvemos a leer su obra”.
Joaquín Rodríguez, hijo de Emir, destacó la potencia de la producción cultural del Uruguay y especialmente de Melo, que marcó a su padre desde el comienzo. La presencia de Melo en su obra y pensamiento “venía fundamentalmente por el lado de José ‘Pepe’ Monegal, que escribía sus cuentos en el diario El Día”. Emir les transmitió a sus hijos el gusto por la vida cultural.
Otra cosa que lo acercaba a nuestra campaña “era el cariño que él tenía por los animales, por los caballos, y lo que él admiraba de los hombres de a caballo. Cuando se enfermó y trabajaba en Yale, él se acordaba muchísimo de Melo, del relato de todos los Monegal, que luego refleja en sus memorias. Yo creo que mi viejo se ganó solo la inmortalidad, y yo tengo la misma adicción que tenía mi padre de leer mucho”, recordó su hijo.
Rodríguez comentó sobre cómo la historia familiar de Emir, originaria de Melo, influyó en sus obras y pensamiento, y sobre la visión de su padre en torno al escepticismo sobre la política, “tenía una buena relación con los que se cruzaba, pero evitaba caer en los lugares fáciles de la consigna política”.
Homenaje en Melo
La Intendencia de Cerro Largo rindió homenaje a Emir Rodríguez Monegal, al cumplirse los cien años de su nacimiento, oficializando su nombre en el nomenclátor de la ciudad, “que en definitiva es dejar vivo su recuerdo y su legado para las nuevas generaciones”. En un acto de reconocimiento llevado a cabo entre los barrios Feder y Agua Hermosa, se colocó una placa en su homenaje ubicada en Miguel Barreiro y (la ex) Juan Astorga, que ahora lleva el nombre del crítico literario.
El intendente José Yurramendi, la presidenta de la Junta Departamental, Prof. Teresita Vergara, la subsecretaria del MEC, la profesora Ana Ribeiro, y Joaquín Rodríguez, hijo del crítico, fueron los encargados de descubrir la placa. Los homenajes comenzaron con una sesión extraordinaria de la Junta del departamento encabezada por la subsecretaria de Educación y Cultura, y un conversatorio sobre la vida y obra de Emir Rodríguez Monegal.
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