El jueves 13 de julio se realizó en el Parlamento la celebración del día de Ariel en homenaje a J. E. Rodó. El evento, como la gestión de la ley 20.055 que consagra esta efeméride, fue desarrollado gracias al impulso y el trabajo de la Sociedad Rodoniana, como también, el apoyo unánime de todos los partidos políticos al momento de recibir esta iniciativa.
“Cuando nosotros presentamos este proyecto de ley […] –quiero destacar algo importante– tuvo el apoyo de todos los partidos políticos. Y para nosotros como Sociedad Rodoniana es muy importante que la obra y el legado de Rodó pueda ser valorado, releído, tener nuevas lecturas que pueden ser disidentes, que trasciendan las cuestiones político partidarias, y estamos muy satisfechos con eso”.
Horacio Bernardo
La aparición de Ariel en el año 1900 marcó probablemente uno de los puntos de inflexión más significativos en la historia de la literatura nacional, ya que por primera vez la obra de un escritor de nuestro país alcanzaba un grado de repercusión en el concierto internacional de las letras, inaudito hasta aquel momento.
De esa forma, Ariel, como un espíritu alado, fue capaz de contagiar a las juventudes latinoamericanas y españolas a través de un ideario que supo fusionar las virtudes clásicas y cristianas, pero no en un sentido abstracto, sino dirigido a nuestra realidad americana.
La ley que establece el Día de Ariel
Horacio Bernardo –magister en filosofía y miembro de la Sociedad Rodoniana– inició este homenaje relatando cómo fue el proceso por el que se logró promulgar la ley 20.055, que consagra al 15 julio como el Día de Ariel.
“La ley se origina en 2021, cuando se cumplían los 150 años del nacimiento de Rodó. En primer lugar, se declaró como personaje del día del patrimonio –esto lo realiza el MEC con la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación– a J. E. Rodó, lo cual le dio una visibilidad y le dio una gran importancia, y nosotros, como Sociedad Rodoniana participamos muy de cerca. De hecho, nosotros tenemos un convenio con la Comisión del Patrimonio, de cooperación para aportar ideas e insumos. También la ANEP declaró en 2021 a J. E. Rodó como figura del año, lo cual significó que ese año se promovieron distintas actividades en todos los niveles educativos que tuvieron a Rodó como eje central”, expresó Horacio Bernardo.
En definitiva, la idea de fondo que la Sociedad Rodoniana tuvo para establecer este día en homenaje tenía fundamentalmente que ver con el hecho de continuar el legado rodoniano y tener espacios para continuar reflexionando y debatiendo acerca de su obra.
“En ese sentido nosotros enviamos en mayo de ese año una carta a la Comisión de Educación y Cultura del Senado, exponiendo nuestros motivos por los que creíamos que era importante que se celebrara un día de Ariel y no un día de Rodó, porque nosotros queríamos que se celebrara un día que motivara a reflexionar sobre los valores, sobre el mensaje, sobre qué nos dijo Rodó y cómo podemos releerlos hoy”, sostuvo Bernardo.
El legado de J. E. Rodó
No hay que olvidar que Rodó fue un pionero en lo que refiere a su americanismo cultural y a su idea metafórica de una milicia americanista capaz de llevar a lo más alto los valores fundamentales de su humanismo.
“Nosotros buscamos destacar la obra de Rodó, obra que tiene su importancia literaria, que tiene su importancia filosófica, que tiene su importancia social y política. También porque creemos que la obra rodoniana tiene una proyección fundamental, y sobre todo porque Ariel significa valores que creemos que son rescatables”, explicó Bernardo.
Para el académico rodoniano, volver sobre Rodó, y especialmente sobre su Ariel, significa volver sobre ciertos elementos como la búsqueda de los ideales, la creación de ideas y el valor del pensamiento, el valor del bien y de la belleza. “Pero también valores que tienen que ver con la educación, con la importancia de la educación integral para formar ciudadanos y para formar personas, y eso en Ariel es importantísimo. El valor de la democracia y el valor de la educación están íntimamente relacionados en la obra rodoniana, porque una refuerza la otra y son dos caras de una misma moneda”, argumentó Bernardo.
Para concluir su exposición, Horacio Bernardo explicó los tres motivos por los que considera que esta ley es importante. El primero de ellos es que, además de recordarlo año a año, se desarrollen espacios para trabajarlo y releerlo desde al menos tres aspectos: desde el aspecto educativo o sea desde la formación humana, desde el aspecto cultural o de desarrollar la cultura a través de la obra de Rodó, y también desde el punto de vista académico. En segundo lugar, celebrar estos valores rodonianos y arielistas, y también estimular otros elementos que puedan surgir tanto en nuestro país como en las esferas internacionales.
Por último, Horacio Bernardo anunció a los participantes del evento, la intención de la Sociedad Rodoniana de que el escultor Ramón Cuadra –también rodoniano– realice una escultura de Ariel en un espacio público.
Ariel: una tribuna abierta al ensueño
“Lo que produjo el Ariel es algo raro, extraño y misterioso, fruto de una oportunidad única que no se repitió, pero es, por de pronto raro, que si acabo de decir que ‘Motivos de Proteo’ sería la principal obra de Rodó, por qué no generó un proteísmo y sí tuvimos un arielismo”, expresó Ramiro Podetti, presidente de la Sociedad Rodoniana, quien realizó una exposición sobre el impacto internacional que tuvo Ariel en el pensamiento americano.
Arturo Ardao investigó el ideario rodoniano, sobre todo desde la perspectiva americanista, y sostenía que había sido Rodó el pionero en concebir una unidad cultural y lingüística hispanoamericana y de esa forma no resulta extraño que su obra haya tenido un impacto tan fuerte en nuestra inteligencia continental.
“Desde 1895, al iniciar su carrera en la Revista Nacional, define y expresa su americanismo literario; el texto capital lo constituye un extenso ensayo que con ese mismo título publica ese mismo año” (A. Ardao).
En ese sentido, es muy interesante pensar por unos momentos cómo se vivía en aquella época el interés por el Ariel. Podetti afirma: “El año 1900 era una época muy parecida a la nuestra donde el mundo estaba dominado por los intereses. Los intereses están muy bien, pero tienen que equilibrarse con los ideales. Ni tiene que haber ni demasiado ideal y poco interés, ni excesivo interés y poco ideal. Así que hay que entender el sentido y la lógica que tenía para estos muchachos, decir [que Ariel] es una tribuna abierta al ensueño, al ideal, y para los nuevos, refiriéndose a las nuevas generaciones”.
De alguna forma, el arielismo fue la primera ideología moderna forjada en nuestros países frente al liberalismo clásico, tal como lo afirmó en el año 2003 Enrique Krauze, un gran ensayista mexicano, y un formador de opinión pública muy importante en México, destacó Podetti.
En definitiva, este proceso de apropiación del ideario rodoniano en los países latinoamericanos, como, por ejemplo, Colombia y México, tuvo un proceso muy dinámico y fue el fermento de una nueva corriente de pensamiento que buscaba oponerse a los postulados positivistas, utilitaristas y meramente materialistas de abolengo anglosajón.
No obstante, desde 1900 hasta la fecha actual, la obra de Rodó ha continuado su proceso de expansión, no sólo ya en nuestra América o en España donde el castellano funciona como un común denominador cultural, sino en otros países, como la reciente traducción de sus obras en la India o en Alemania.
Así, Rodó ha vuelto en este siglo XXI a proyectar su ideario a nivel global, en un momento en que la guerra, la inflación, las recesiones económicas, ponen en jaque los cimientos de nuestra cultura occidental.
Por eso consideramos que este paso que ha dado el Parlamento en instituir al día 15 de julio como el día de Ariel, ha sido un acierto de todo nuestro sistema político, y será una oportunidad, para que las generaciones venideras puedan, a través de su lectura, verse en el espejo del genio de los aires que fue capaz de contagiar a las juventudes del ayer.
El homenaje realizado en el Parlamento también contó la participación de tres ponentes que trataron distintos aspectos del Ariel. Las ponencias estuvieron a cargo del Dr. Adolfo Garcé, la Dra. Elena Ramiti, y el Dr. Romeo Pérez Antón.
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