Un cadáver en el almacén. Amadeo Almada. RUMBO EDITORIAL. 217 págs., 2018.
Una novela policial contextualizada en un tiempo clave de nuestra historia: las invasiones inglesas, que nos desafía a una relectura de nuestro pasado.
¿Cómo era la vida real de los orientales en la época de la colonia? ¿Cuál era la dinámica de la interacción entre criollos y godos? ¿Y con los esclavos?
Superando radicalmente los estereotipos fáciles, muestra las complejidades de una sociedad que en breve se precipitará en la vorágine del proceso revolucionario. La trama esté centrada en la peripecia de una familia del patriciado, pero no de las icónicas, lo cual permite el esbozo, como personajes secundarios, de los actores centrales de nuestro proceso histórico. De este modo desfilan don Francisco Antonio Maciel, “Padre de los pobres”, traficante de esclavos que asimismo muere al frente del batallón armado por él mismo en la Batalla del Cardal. O el gobernador Ruiz Huidobro y el militar criollo de su entera confianza que devino en “Jefe de los Orientales” más tarde.
“Un cadáver en el almacén”, armado en un esquema de play-back, nos ubica en la escena de un crimen en el Montevideo ya ocupado por los británicos. Desarrolla la peripecia en torno a la figura central de Agustín, que retorna de Europa para reencontrarse con sus lares luego de siete años de ausencia, convocado por el deceso de su padre, vecino prominente del lugar.
La víctima era integrante de dicha familia del patriciado dedicada al comercio y, por ende, centro de la polémica creciente entre los sectores que ven en el librecambio inglés una panacea y los otros, los arrasados en todos los términos posibles por esta conflagración.
Un acierto del texto son los temas que sugiere. Uno de ellos, poner en duda la lucha de los puertos en el Río de la Plata. Era un río hispano con puertos complementarios, no rivales. Por eso, en la primera invasión los montevideanos, criollos y españoles corrieron a liberar al Buenos Aires ocupado. Y los bonaerenses, en la segunda invasión, plantearon inmediatamente, con Alzaga y Liniers a la cabeza, la pronta recuperación de su hermana rioplatense. Ambos episodios también hablan de una interacción que no solo podía ser catalogada de rivalidad.
Una lograda novela histórica, muy recomendable.
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