La obra se emplaza en el histórico lugar que ofició de espacio para la misa papal el 8 de mayo del año 1988, cuando en ese entonces el máximo representante del Vaticano visitó nuestro país y llegó a la capital arachana. Aún permanece en los muros del lugar el mensaje de bienvenida: “Juan Pablo II, El Mundo del Trabajo te saluda”.
El acto inaugural se realizó este sábado 20 de julio, quedando así habilitado este espacio social y de actividades recreativas, especialmente pensado para los jóvenes y adolescentes
En esa jornada el pontífice transmitió un fuerte mensaje dirigido a los trabajadores, a los empresarios, a las mujeres y principalmente a las nuevas generaciones: “Una ‘civilización del trabajo’ requiere espíritu de sacrificio, espíritu de colaboración y solidaridad. Sobre todo, su realización exige un esfuerzo educativo de las jóvenes generaciones en las virtudes del trabajo y en la práctica de la espiritualidad que le es propia. Construir una ‘civilización del trabajo’ es, en fin, un ideal que está al alcance de una sociedad como la vuestra, hondamente arraigada en su histórica vocación cristiana y con un hondo sentido de la justicia y de la igualdad entre los hombres”, señalaba ese día.
Pasadas ya tres décadas, la Intendencia de Cerro Largo se presentó a un llamado del Fondo Concursable del Programa de Desarrollo de Gestión Ambiental de la OPP realizado a nivel nacional, resultando ganadora y obteniendo más de 30 millones de pesos para su ejecución. A solicitud del intendente Luis Sergio Botana, las arquitectas Iliana Junguitu y Graciela Nagui diseñaron el proyecto. En él tomaron en cuenta la importancia de recordar el patrimonio histórico de la ciudad, en particular la visita del papa en 1988 y su homilía “El Mundo del Trabajo” en el predio de la intervención, así como la evocación de la poetisa Juana de Ibarbourou.
El acto inaugural se realizó este sábado 20 de julio, quedando así habilitado este espacio social y de actividades recreativas, especialmente pensado para los jóvenes y adolescentes. Se construyó una pista para prácticas de skate y bikers, otra para desarrollar patinaje artístico; también cuenta con un arco destinado a las acrobacias en telas, una cascada artificial en el centro de la plaza, bebederos, sendas y muchos bancos distribuidos en todo el perímetro.
Sobre la calle Agustín Muñoz se construyó un monumento a Juan Pablo II y se erigió una imagen de la Virgen del Pilar. Asimismo, en este espacio y sobre un muro fueron colocadas placas con el nombre de integrantes del Consejo Cerro Largo, un grupo de reconocidos ciudadanos que cumplen el rol de asesorar en varios temas al actual jefe comunal.
“Desde el aire representa el escudo de Juan Pablo, con su cruz, con llaves, con su M de María, todos sus elementos y con ese sentido de homenajear en la libertad, al hombre que liberó a media humanidad” (Int. Botana)
La imagen del papa fue diseñada por el escultor Humberto López, un hombre autodidacta, pero que ha desarrollado un amplio conocimiento del arte, plasmando así varias obras en el departamento. Durante el acto inaugural, Botana se dirigió a los asistentes rememorando la alegría de la visita papal. “Que cada día se celebre aquella presencia de Juan Pablo entre nosotros, con la idea más linda de todas que es la idea de la libertad, que es la idea más joven de todas eternamente. Esta es una plaza para los jóvenes en homenaje a Juan Pablo. En esta idea comenzamos a trabajar desde hace ocho años y se hizo este proyecto. Desde el aire representa el escudo de Juan Pablo, con su cruz, con llaves, con su M de María, todos sus elementos y con ese sentido de homenajear en la libertad, al hombre que liberó a media humanidad”, expresó.
Juan Pablo II y el trabajo del hombre
La visita del papa san Juan Pablo II a Melo dejó una huella indeleble en la sociedad de Cerro Largo, sobre todo por el mensaje que pronunció centrado en el mundo del trabajo. En aquel entonces, el Sumo Pontífice destacaba el esfuerzo humano, la laboriosidad y la actividad creadora, como “un tema que encontramos ya presente en los comienzos de la Revelación divina”. Además, consideraba que instaurar una cultura del trabajo es “una tarea que requiere la participación solidaria de toda la sociedad” y, por tal razón, deseaba realizar un llamado a “todos los fieles católicos y a todos los uruguayos de buena voluntad”.
El sucesor de Pedro afirmaba que no quería pasar por alto “a quienes se dedican a la actividad empresarial, para recordarles que la prioridad del trabajo sobre el capital convierte en un deber de justicia”. Ellos “tienen la obligación moral de no mantener capitales improductivos y, en las inversiones, mirar ante todo al bien común”. Esto exigía que se buscara prioritariamente la consolidación o la creación de nuevos puestos de trabajo para la producción de bienes realmente útiles. También manifestaba su cercanía con quienes se abocan al trabajo productivo, remarcando el concepto de derecho de asociación en todos los niveles de la convivencia, “porque es una consecuencia de la naturaleza social y comunitaria del hombre” que “la Iglesia ha defendido siempre”. A su vez, “las exigencias sindicales no pueden transformarse en una especie de ‘egoísmo’ de grupo o de clase por más que puedan y deban tender a corregir –con miras al bien común de toda la sociedad- incluso todo lo que es defectuoso en el sistema de propiedad de los medios de producción o en el modo de administrarlos o de disponer de ellos”. Cuando enfoca estos temas, Karol Wojtyla tiene clara la decisiva acción de la Central Obrera polaca Solidaridad en la liberación de su Polonia natal.
*Periodista Invitada, Melo Cerro Largo
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