“El signo constituye la esencia del lenguaje, en el se esconde la facultad del hombre para dar testimonios de pensamientos y por extensión producir las creaciones del espíritu”.
Alberto Delmonte
Continuando con el proyecto de la Fundación Gurvich de exponer a los artistas argentinos – primero fue Gambartes–, esta vez es Alberto Delmonte el artista que nos visita, de estrecho vinculo con integrantes del Taller Torres García y su reconocimiento por el arte constructivista.
Desde sus inicios, Alberto Delmonte mostró interés por conocer diferentes materias vinculadas al arte como la fotografía y el cine. Profundizó sobre las culturas precolombinas, por la utilización del signo como elemento de un lenguaje de expresión. A partir de 1949 hasta 1955, Delmonte fue discípulo de Marcos Tiglio, con el que cultivó la vertiente artística figurativa. Continuó su formación en filosofía y en el estudio del arte del siglo XX.
En 1956 fundó con otros artistas “Ensayo Cultural”, revista que aspiraba a ser un vehículo para promover la actividad cultural en todos los campos y divulgar su línea de pensamiento.
Delmonte participó de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos, y desde 1989 integró el grupo El Ojo del Río, que seguía la orientación estética de Torres García y se centraba en la identidad de las culturas indoamericanas. Viajó por Europa y América en esa búsqueda por conocer las culturas del exterior.
En esta primera fase de tipo figurativo, Maria Cristina Rossi analiza en el catálogo una interesante confrontación entre obras de los maestros como Rubens, Caravaggio o Tintoretto y su interpretación personal, así como con Torres García. En ellas se vislumbra ya la evolución hacia unos planteamientos constructivo-cubista que cristalizaran en las exposiciones de los años 80. Esta etapa derivará ya en una clara pintura abstracta de simbolismo de raíz americana que dará a conocer a partir de 1985.
Colaboró con las revistas Aborigen, Apertura, y Ojo del Rio, Hojas de Arte.
Compartió sus enseñanzas primero en el “Taller Rio de la Plata” con Jorge Rivero y más tarde, en 1980, fundó su propio taller “Taller Sur” en el que, como él admiraba Torres García, compartía con el alumno sus ideas y mostraba las corrientes artísticas del momento –Kandinsky, Klee, la Escuela Bauhaus– y demás artistas internacionales, ayudando a desarrollar la personalidad propia de la persona.
Desde muy pronto participa en los salones y se suceden las exposiciones. La muestra itinerante de 1991, “La Escuela del Sur. El Taller de Torres García y su legado”, iniciada en Madrid, recorrió Austin, Washington, Nueva York, México y Monterrey, internacionaliza su obra. Será la exposición que le brinda el Museo Torres García de Montevideo en 1994, como él mismo reconoce, su satisfacción en una frase de “misión cumplida”, por ser una de las aspiraciones que uno tiene…
La exposición
La curadora de la exposición, Maria Cristina Rossi, presenta el período de madurez del artista y acompaña la muestra un catálogo enriquecedor y muy completo, en el que analiza su vida y obra, destacando su formación y trayectoria, ayudando a comprender a Delmonte con referencias a sus pensamientos y escritos publicados.
La exposición ocupa el cuarto y quinto piso del museo Gurvich
En el cuarto piso encontramos las pinturas de mayor tamaño y las esculturas, realizadas con elementos de soporte de materiales reciclados: maderas usadas y metales herrumbrados.
En el quinto piso se exhiben grabados y las pinturas de la última época que realizó. “Es la primera vez que se exhiben”, puntualiza Rossi. Se conocen como “la serie de los trapitos”, porque el artista, ya en sus últimos años, apela al formato pequeño en trozos de tela.
Signo y color son facetas relevantes de su obra. Paleta de colores puros, tierra y ocres, que compiten con rojos y negros. La simbología de carácter geométrico, rectángulos, cuadrados, semicírculos, formas en X o en T, son ritmos que se entrecruzan.
Fue un artista multidisciplinar, por las diversas influencias estéticas que supo combinar y vivir de forma personal y generosa con sus discípulos. Hombre comprometido con la libertad, fue contrario al colonialismo de todo tipo, que impide la realización personal y anula las tradiciones autóctonas. Fue defensor de ideas socialistas, que se reflejan en sus escritos, pero sin llegar su obra, a formar parte de un arte político.
*Catedrática de Sociología, doctora en Historia del Arte. Crítica de arte. Miembro de AICA Y ACCA.
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