Después de la herida causada por la guerra civil en Italia (1943-1945) y la división centro-norte, controlada por los alemanes, y el sur, ocupado por los aliados, al final de la guerra se había formado en Italia una superposición de los centros del poder del Estado. El gobierno monárquico, el gobierno de ocupación aliado, el de los comandos de ocupación militar, el de los Comités de Liberación Nacional se entrecruzaron causando una crisis del Estado unitario que a menudo fue reemplazado por la intervención del Vaticano en las últimas etapas de la guerra y en el período inmediato de posguerra. La renovación política pareció tomar la forma de una purga, con la eliminación de las fábricas y oficinas públicas de quienes habían colaborado con el régimen anterior. También ocurrió que el gobierno de Ferruccio Parri propuso un impuesto sobre el capital, el que se bloqueó ante una fuerte oposición interna y externa. El resultado de esta puga fue que Alcide De Gasperi se convierte en líder irrefutable del Partido Demócrata Cristiano.
De 1945 a 1953, De Gasperi dirige ocho gobiernos sucesivos, donde Italia pasa de un estado de emergencia a encaminarse hacia la prosperidad económica. Tiene como reto poner en funcionamiento al país, que a nivel de infraestructura habia sufrido grandes daños en las plantas de acero de las ciudades costeras de Piombino, Nápoles y Génova como también en viviendas, ferrocarriles y puertos. Algunas plantas industriales ocupadas por partisanos en el norte del país quedaron ilesas y se pusieron a trabajar a toda capacidad en 1945 (aunque con maquinaria obsoleta). Además las instituciones bancarias también volvieron a la actividad plena y se crearon otras nuevas, como el banco de crédito financiero, más tarde conocido como Mediobanca, que tuvo como primer director a Enrico Cuccia, figura importante en las finanzas italianas. La fase de emergencia de posguerra terminó alrededor de 1949, cuando todos los indicadores económicos volvieron a los niveles anteriores a la guerra y, en algunos casos, los excedieron.
A partir de 1949 comienzan grandes cambios para Italia en aspectos nacionales (reformas económicas y sociales) y a nivel internacional (inserción en organismos regionales y mundiales). A nivel local, la falta de viviendas y el desempleo aún era alto, por lo que se realizó el plan Fanfani, llamado así por el ministro de Trabajo Amintore Fanfani (quien a la muerte de De Gasperi lo sucedería como líder del partido). Esta intervención permitió la construcción de unos 300.000 apartamentos y redujo drásticamente los indicadores de desempleo. También se aprobó ese mismo año una ley que iniciaba un plan de siete años para la creación de viviendas populares mediante facilidades para la construcción o la compra de hogares. Dentro de la ley se incluía un fondo especial a cargo del Instituto Nacional de Seguros. A nivel regional e internacional fue decisiva la clara elección prooccidental hecha por De Gasperi, basada en la convicción de que una Europa unida y fuerte permitiría equilibrar la relación con Estados Unidos y hacer de Italia un país totalmente occidental. En 1949, junto con el ministro de Asuntos Exteriores, Carlo Sforza, inició contactos con los gobiernos de Gran Bretaña y Francia, y el 4 de abril fue a Washington invitado para participar en el nacimiento del Pacto Atlántico, del que Italia se convirtió en miembro fundador.
Además de que los demócratas cristianos fueran visionarios a nivel social e internacional, con Enrico Mattei lograron hacer que el país tuviera una fuerte industria de hidrocarburos, siendo este hecho central para el desarrollo de la nación. En 1945 lo designan al mando de la Compañía General Italiana de Petróleo (Agip), empresa creada bajo el régimen de Mussolini, con el mandato de que la cierre. Pero en cambio Mattei decide reestructurar la empresa. En 1953, ya convertida en ENI (Ente Nacional de Hidrocarburos), la empresa descubre yacimientos de petróleo y gas en el valle del Po, y comienza a suministrar recursos a bajo precio a las industrias nacionales. El gas no era un sustituto del petróleo importado, sino un sustituto más barato y funcional del carbón importado en el que se basaban las crecientes actividades industriales. Las altas ganancias de las ventas de gas natural se volcaron a la exploración, la producción, la expansión de tuberías y la adquisición de nuevos clientes. Bajo su dirección, ENI negoció importantes concesiones petroleras en el Medio Oriente, así como un importante acuerdo comercial con la Unión Soviética que ayudó a romper el oligopolio de las ‘Siete Hermanas’ que dominaron la industria petrolera de mediados del siglo XX. También introdujo el principio según el cual el país propietario de las reservas de petróleo explotadas recibía el 75% de las ganancias.
De Gasperi logró convertir un país agrícola derrotado y ocupado en una potencia industrial que disfrutaría el milagro económico por varias décadas, siendo sus productos famosos por sus diseños elegantes y por ser sinónimo de lujo y confort.
El Plan Tennesse de Roosevelt
El primer mandato de Franklin Roosevelt como presidente de Estados Unidos fue claro y desafiante: rescatar al país de la agonía de la peor crisis económica de su historia. El desempleo era de aproximadamente un cuarto de la fuerza laboral disponible y en febrero de 1933 (un mes antes de su llegada al poder) la crisis bancaria golpeaba otra vez. Anunció el “New Deal”, un programa que incluía varias leyes, regulaciones y distintos programas laborales para luchar contra la crisis económica. Uno de sus programas más importantes fue el Tennessee Valley Authority (TVA). Aprobado en mayo de 1933, estaba destinado a una región que iba desde el estado de Tennesse hasta Virginia y era de las zonas más pobres del país. El objetivo era aprovechar los recursos naturales de la zona para convertirla en un motor económico, por lo que se construyeron represas, se controlaron las inundaciones y se trajo electricidad y desarrollo agrícola e industrial a las áreas rurales en el valle del Tennessee. Este programa hizo que las granjas fueran más productivas, trajo nuevas industrias al área y proporcionó empleos a quienes estaban desempleados. La TVA todavía existe hasta el día de hoy y es el mayor proveedor de energía pública del país.
“Trümmerfrauen”:
las mujeres que reconstruyeron Alemania
Al finalizar la segunda guerra mundial, Alemania estaba destruida y los aliados debían poner el país en funcionamiento. Ante la falta de mano de obra masculina, ya que había 15 millones de hombres menos producto de la guerra, se llamó a las mujeres a servicio, quienes distribuidas en cuadrillas se encargaban de tareas de reconstrucción en los edificios destruidos o dañados por los combates o bombardeos masivos. Se les llamó Trümmerfrauen que significa Mujeres de los escombros. Su jornada era de 9 horas al día y su salario se pagaba en dos partes: 72 centavos de Reichmark y una cartilla de racionamiento por hora. Al final de la jornada cada Trümmerfrauen terminaba con nueve cartillas de racionamiento y 6 Reichmarks y 48 centavos. De esta manera compensaban la falta de mano de obra e incentivaban a la población mediante cartillas, ya que estas tenían cinco categorías que se basaban en el esfuerzo físico que los trabajos requerían, siendo la cartilla más baja para las amas de casa y los empleos administrativos, mientras que la construcción y otros tenían las más altas. Así se reconstruyeron la Tauentzienstrasse en Berlin, se limpiaron las ruinas de la Catedral del Kaiser Guillermo y se reconstruyeron miles de edificios. En 1952 algunas de estas mujeres obtuvieron condecoraciones como la Orden al mérito de la República Federal Alemana.