Alver Metalli. Francisco el papa y el filósofo Alberto Methol Ferré. Prólogo de Guzman Carriquiry Lecour. EDITORIAL BIBLOS. 204 págs., 2013.
A partir de una larga entrevista realizada por el escritor y periodista italiano Alver Mettalli, titulada “La América Latina del siglo XXI”, surge un texto que va mostrando el fascinante proceso de imbricación de teología, filosofía e historia conjugado en la amistad del jesuita Jorge Mario Bergoglio y “Tucho” Methol.
Nada de la realidad de nuestro continente es entendible si no analizamos el proceso de larga duración: nuestro futuro es incierto si no buscamos nuestras raíces reales, de ahí la pertinencia de recuperar una historia de la Iglesia en América Latina. Methol, un “tomista silvestre”, asumía: “Nuestro punto de partida es una comunidad histórica concreta, llamada Iglesia. Nuestra certeza es que Cristo constituye el centro efectivo de la realidad histórica y por ende de la Iglesia católica”. Esto le permitía suscribir: “Quien excluye a Dios de su horizonte falsifica el concepto de “realidad” … Sólo quien reconoce a Dios conoce la realidad y puede responder a ella en modo adecuado y realmente humano”. Pero la otra columna fundamental de Methol es su acendrado latinoamericanismo. Su pensamiento se plasma entonces en un nacionalismo de profundo y entrañable a la patria chica pero que permite fundirse en un abrazo fraterno con los otros, asumiendo el mandato cristiano de dar testimonio de paz, manteniendo siempre la opción por el frágil. Del mismo modo logra evaluar tempranamente los desafíos que encierra la llamada “Teología de la liberación”, entendiendo lo trascendente de una religiosidad popular que permita superar la vertiente crecientemente marxista que se podía intuir, pero reivindicando sus cuestionamientos a lo social. Quizás más importante vislumbró, más que el enemigo, el principal desafío de nuestro tiempo: el nuevo ateísmo, ya no el de los revolucionarios del siglo XIX marcado por el mesianismo, sino el ateísmo libertino, no revolucionario en sentido social sino cómplice del status quo; no se interesa por la justicia sino por todo lo que permite cultivar un hedonismo radical.
Como lo sintetiza el papa Francisco sobre Methol Ferré: “Nos ha ayudado a pensar”.
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