Continuando con la evocación de destacadas figuras vinculadas a La Mañana, hoy recordamos a quien hizo posible el éxito de la empresa Sociedad Editora Uruguaya (SEUSA) poniendo su talento de administrador y su eficiente capacidad en el manejo de la contabilidad, al servicio de dos de los principales órganos de prensa que enaltecieron el periodismo nacional: La Mañana y El Diario. Aníbal Pedro Garderes Edmond junto a Pedro Manini Ríos y un grupo de destacados jóvenes colorados de vanguardia, precipitaron la fundación de un periódico llamado a hacer historia, cuando vieron amenazadas las conquistas de las elecciones del 30 de julio de 1916, que consagraban la recuperación de las libertades públicas.La historia de La Mañana y El Diario es inseparable de la figura de Aníbal P. Garderes; juntos transitaron por la noble tarea de informar y de formar opinión, fundamentales en la evolución democrática del país.
El Contador Público Aníbal P. Garderes se incorporó a la Mañana en el año 1917 y apenas tres meses después su inteligencia y dedicación le valieron el ascenso a Administrador, cargo de suma importancia que mantuvo durante casi treinta años. En su última e ininterrumpida etapa en la empresa, Don Aníbal fue honrado con la presidencia del Directorio de SEUSA y desde ese alto cargo continuó liderando, con experiencia y sapiencia, la ejecución de una política editorial sólida con metas muy claras y fecundas.También en el deporte Don Aníbal Garderes tuvo una destacada actuación. Fue fundador del Central Futbol Club, delegado de la institución en la ex Junta Dirigente de nuestro principal deporte y varios períodos presidente del viejo club.
Presidió la Asociación Uruguaya de Fútbol (1938-1939) y fue uno de los pioneros que restableció la normalidad en los campos de juego al aprobarse una resolución por la cual los fallos de los jueces serían inapelables, definitivos, siendo que en la década del 30 era muy común que un resultado deportivo logrados en los 90 minutos de juego fuera cambiado en el seno de las deliberaciones de la Junta. Aquél caos terminó con su iniciativa, comenzando una nueva era del fútbol profesional.
El 31 de octubre de 1975, se extinguía la vida de este hombre honesto, austero y leal, un empresario con mayúscula que hizo honor a la época que le tocó vivir junto a grandes personalidades que gestaron las transformaciones políticas e institucionales que forjaron la República. Reproducimos lo que publicó La Mañana en ese día de duelo para el periodismo nacional:
“Estuvo junto a Pedro Manini Ríos, Héctor Gómez y Vicente F. Costa en la fundación de SEUSA, por lo que se comprende que estamos hablando de un jirón de historia que se nos va, de uno de los puntuales básicos que sostuvo a La Mañana y El Diario en todas las circunstancias de su prolongada existencia.
Ocupó cargos de importancia, como profesional universitario, legislador, deportista, Presidente del Directorio de SEUSA. Pero nuestro recuerdo de sus últimos años de actividad, nos trae su presencia de administrador nato, siempre atento a todos los detalles, incluso los que parecían mínimos, del funcionamiento de la empresa.
Es que Don Aníbal sabía que los ideales de Pedro Manini Ríos y sus compañeros, la forja de una alta y severa tribuna de principios, la persistencia en los más duros combates cívicos que conoció nuestra historias política, no podían plasmarse sin organización cuidadosa, sin sólidos criterios administrativos.
Lo recordamos como un caballero atildado y fino, lacónico y vigilante, sagaz en sus juicios, parco en sus manifestaciones exteriores, pero con un gran corazón sensible a la amistad y receptivo de la desgracia ajena. Su ayuda y su mano tendida, no eran gestos de publicidad, porque odiaba la demagogia en todas sus expresiones, pero muchos saben hasta dónde podía ser amigo y generoso.”