Llegamos a Vicenza, en las proximidades de Venecia, una hermosa ciudad que conserva el encanto de sus palacios renacentistas con señalados e internos toques de modernidad. Tiendas elegantes y activo movimiento ciudadano durante el día y la noche.
Antonio Pigafetta nació en Vicenza en 1492 (año del descubrimiento de América). De familia noble, se conserva la que fuera su casa, nada menos que en el corso Antonio Pigafetta, media cuadra en homenaje. La casa pertenece a varios propietarios porque se ha transformado en apartamentos. Cuando miraba la puerta de entrada tuve que correrme ante un matrimonio que portaba una llave. Resultaron ser un encanto de personas. Él, arquitecto de profesión, de nombre Umberto Saccardo, me dio varias informaciones. La casa es patrimonio nacional, pero de dominio privado (otras personas sostienen que sigue en dominios de descendientes).
También la ciudad le reconoce a Pigafetta una estatua, un liceo politécnico y, por añadidura, un café pintoresco en la esquina de la casa. En realidad, el gran personaje de la ciudad es el arquitecto Andrea Palladio, autor de los proyectos de varios palacios y obras públicas.
La importancia de Antonio Pigafetta que, aparte de su nacimiento, poco hizo por su ciudad, es haber sido el escritor de la Relación sobre la primera vuelta al mundo. Fue un hombre culto, típico renacentista, con deseos de trascendencia, en realidad escribió el viaje y dirigió copias a varios personajes de su época sino para hacer conocer las maravillas de los lugares conocidos, pero también con ello que su nombre alcanzara fama y eternidad.
A los 26 años, enterado de la expedición que se estaba preparando al Maluco, se presentó a Fernando de Magallanes con una carta del cardenal Francesco Chiericati (aún existe el palacio de este señor construido por Palladio), para quien trabajaba. Magallanes lo aceptó para integrar la expedición en la nave Capitana, la Trinidad, con el cargo de sobresaliente, es decir, los que no tenían un oficio específico y tenían que pagarse el viaje.
Seguramente habrá esgrimido como argumento que escribiría una relación del viaje para convencer al capitán general. Al regreso, escribió varias veces la relación del viaje porque la entregó a varios destinatarios distintos. La primera fue para Carlos I de España.
Pigafetta era consciente de la hazaña que significó la expedición al dar la vuelta al mundo y descubrir tierras, lugares, mares y hombres no conocidos hasta entonces en el entorno europeo, así como de los descubrimientos de los lugares visitados y de la importancia de sus observaciones sobre los indígenas (americanos y asiáticos), así como de las plantas y animales. No tenía espíritu de registración histórica, sino más bien una actitud de escritor, mezclando lo observado con buena dosis de fantasía. Y, también, con falta de objetividad. Se notan sus preferencias, su casi endiosamiento de Magallanes y su total prescindencia de Sebastián Elcano. Aunque regresó en la nao Victoria no menciona ni de casualidad a este último. Entró al servicio del cardenal Chiericati, de una de las familias más famosas de Vicenza, con la que tal vez tuviera cierto parentesco.
Para saber más sobre la familia Pigafetta, sobre Vicenza y sobre el papel que los italianos le asignan a su participación en la expedición de Magallanes, concurrí a la biblioteca Cívica Bertoliana de Vicenza, para consultar abundante bibliografía sobre la ciudad y el material sobre Pigafetta, entre ellos, la muestra que se hizo en el año 1993 sobre documentos familiares y el panorama de Vicenza a principios del siglo XVI y, en 2004, cuando se armó una muestra y se publicó un libro con datos biográficos y las investigaciones de Rita Pigafetta, su descendiente. Y, en especial, sobre la obra de teatro que se representó durante el otoño de ese año. También Pigafetta figura como autor de un Tratado de Navegación, que se incluye en la citada recopilación y un prefacio histórico de gran valor documental referente a la Relación que fue descubierta en la biblioteca Ambrosiana en el año 1800, base de las más actuales, tema al que nos referiremos en un próximo artículo.