Artigas y su derrota. ¿Frustración o desafío? Mario Cayota. TAURUS. 2007, 754 págs.
Mario Juan Bosco Cayota (1936-2023) fue un insigne intelectual católico con un desempeño descollante en diversos ámbitos. Doctorado en Filosofía por la Universidad de La Plata, se dedicó a la docencia tanto en Historia como Teología. Por más de treinta años enseñó en la Facultad de Teología del Uruguay Mons. Mariano Soler. Ámbitos académicos, como la Universidad de Petrópolis (Brasil), la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Trento (Italia) contaron con sus aportes como docente y conferencista. Asimismo, Mario Cayota se definió por un fuerte compromiso social y político. Fue presidente del Partido Demócrata cristiano por varios años, integrante del Frente Amplio, desempeñándose en el cargo de vicepresidente hasta noviembre del 2006.
El Prof. Cayota generaba consensos en los diversos ámbitos que actuaba y era un portador de una extraña serenidad en la cual se traslucía su formación franciscana. En el período 2000-2005, fue elegido edil de la Junta Departamental de Montevideo, y también presidente del Cuerpo, por unánime elección de todos los partidos integrantes de dicha Corporación Municipal. Otro campo en el que desarrolló una proficua actividad fue la Iglesia, donde fue responsable de Pastoral de Zona I, participando en el IV Sínodo Arquidiocesano (2005) como representante de los movimientos laicales. Gran parte de su producción académica estuvo centrada en torno a los movimientos pauperísticos medievales y de espiritualidad franciscana. De algún modo, fue un corolario lógico su nombramiento como embajador de Uruguay ante la Santa Sede entre 2006 y 2011. Y el 4 de enero de 2018 presentó las cartas credenciales al papa Francisco, volviendo a asumir el cargo de embajador del Uruguay ante el Vaticano.
Un repaso somero de las diversas obras publicadas implica destacar al menos las siguientes: Cristianos y cambio social en el Uruguay de la modernización (1896-1919) en coautoría con Carlos Zubillaga, Siembra entre brumas. Utopía franciscana y humanismo renacentista; una alternativa a la conquista, Una visión del hermano Francisco desde el Sur, Optar por los pobres, aunque nos marquen con hierro, Un ciudadano ilustre y su inicuo destierro; José Monterroso.
Pero su obra clave sigue siendo la que dedicó a la trayectoria artiguista. No sólo por el apabullante trabajo de investigación sino por lo que significa en nuestra historiografía. Aquí hay una pequeña gran “herejía” en la aldea laicista: recuperar al Artigas católico, al Artigas definido por un compromiso franciscano con los desheredados. Más que bucear en hipotéticas influencias anglosajonas de pensamiento confederado o de definiciones ideológicas de cuño liberal iluminista llegadas de mano de su trabajo con Félix de Azara, ¿por qué no rastrear cómo toda la gesta artiguista está signada por los franciscanos? Sí, por aquellos expulsados por Elío. Sí, por aquellos que fueron invitados de forma poco amable a acompañar a ese pueblo reunido y armado de gauchos en los cuales la Cruz y el lazo estaban omnipresentes.
Quizás el título amerite una lectura más compleja que el sentido tradicional. Derrota no solo es antónimo de victoria, también podría leerse como la derrota como un camino, un camino que para ser hallado se necesitan baquianos. Y entonces Artigas, más que derrotado por los poderosos de turno, emerge como el que marcó un camino ineludible para los orientales. Cayota nos descubre, entonces, un Artigas inédito. Un Artigas luminoso que opta por los pobres, el primero que aborda el tema de la exclusión social. Y este Artigas es entonces ya no solo un héroe de bronce. Es un ser humano fraterno, alguien que vivió en plenitud el mensaje franciscano. Con todo lo que implica como compromiso con el otro y como senda para generaciones venideras.
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