Durante unas cuantas décadas del siglo pasado, la música de Astor Piazzolla fue muy controversial y polémica. Sacudió violentamente ciertos estilos contracturados, no solo del tango, sino de toda la música popular. Su obra podía gustar o no, pero no pasaba inadvertida. Fue un explorador de grandes mundos musicales hasta ese momento no transitados. Sobre su música tanguera hubo mucho prejuicio y desconocimiento, incluso en aquellos “cultores” de lo popular, eso era una forma de desarraigo de aquello a lo que decían pertenecer: la cultura popular rioplatense.
Luego de tanta polémica sobre su creación musical tan dinamizante y revolucionaria en la historia del tango, a casi treinta años de su muerte, su obra se ha convertido en objeto de culto en el mundo de la música, excediendo largamente los límites de su país de origen y de la música del Río de la Plata. La música de Astor Piazzolla es vibrante, pasional, profunda. Es un latigazo emocional que conmueve los cimientos de nuestra sensibilidad. Es un remanso lírico que nos puede elevar hacia las alturas de la música sacra.
Universaliza el tango desde la piel musical de Buenos Aires. Es una música hondamente ciudadana. Si hay una definición que le cabe a Piazzolla es ser el músico de la ciudad contemporánea. Su música refleja el frenesí, el vértigo, la soledad, la búsqueda de la contemplación de la ciudad moderna, esa melancolía metafísica del ciudadano contemporáneo. Es la música de la ciudad de los grandes rascacielos y de conmovedores tugurios.
Se puede escuchar su música en un mercado de Estambul, en la galanura de un concierto vienés o en un cafetín de Buenos Aires. Su música es ciudadanía universal del arte. El tango, primero por Gardel y luego por Piazzolla, se hizo música de largos espacios culturales. Hay una geopolítica cultural del tango.
Sus influencias musicales en el tango
Astor Piazzolla nació en la ciudad de Mar del Plata, el 11 de marzo de 1921. Hijo de inmigrantes italianos, por razones económicas, vivió entre 1924 y 1936 en Nueva York. Su oído musical se formó en la música clásica, en la música afro y en el jazz. El tango vendría después. Su padre Nonino, en aquellos días neoyorquinos, le hacía escuchar al adolescente Astor un disco del Sexteto de Julio De Caro, emblema de la vanguardia estética del tango, surgido en 1924. Es lo que se llama en la historia del tango “la escuela decareana”, el movimiento de la Guardia Nueva que innovaron la estructura de la composición, las formas elaboradas de la ejecución y la aparición de los arreglos musicales. Comienza un trabajo musical, consistente en la adaptación de un tema original a determinada manera de interpretación (instrumental o vocal), mediante la distribución de voces, la combinación de sonidos y la introducción de aquellas variantes que resultan necesarias para la creación propuesta.
“La música de Piazzolla es un latigazo emocional que conmueve los cimientos de nuestra sensibilidad”
Cuando el quinceañero Piazzolla escuchó, en 1936, al Sexteto de Elvino Vardaro, quedó subyugado por sus interpretaciones. Era la gran agrupación musical de ese momento, con todos los condimentos de la renovación tanguera señalados antes. Astor sintió que la melodía era hermosamente realzada con la perfecta utilización de los efectos tímbricos que aportaron los instrumentos seleccionados de manera adecuada y, además, apuntalada por los recursos armónicos y rítmicos indispensables para lograr amalgamar toda la instrumentación con buen gusto y sabiduría.
Este Sexteto de Elvino Vardaro está marcado a fuego en el origen tanguero de Astor Piazzolla. En este conjunto uno de los bandoneones era, nada menos, que Aníbal Troilo.
Siguiendo esta línea histórica y estética, el siguiente paso que descubre Piazzolla es la orquesta de Aníbal Troilo formada en el año 1937, síntesis promedial del mejor tango.
Piazzolla estudió mucho y bien. Estudió diferentes disciplinas musicales con el célebre maestro Alberto Ginastera, mientras era integrante de la orquesta de Troilo, en los primeros años de la década de 1940. Con Pichuco aprendió ciertos secretos del swing tanguero, y allí comenzó su etapa de gran arreglador musical.
La tercera gran influencia tanguera en Piazzolla (luego de Vardaro y Troilo) es el director musical Alfredo Julio Gobbi, que le hiciera a Astor, ese gran estudioso que fuera Natalio Gorìn, Piazzolla dice lo siguiente: “para mí Alfredo fue el padre de todos nosotros, los que hicimos el tango moderno.” (“A manera de memorias”, edit. Atlántida, 1990, p. 83).
La gran revolución cultural del tango: el Octeto Buenos Aires
En 1955, Piazzolla estaba de regreso en Buenos Aires, después de haber estudiado música clásica con la gran pedagoga Nadia Boulanger, en París. Ella le manifestó que el alma de su música estaba en el tango.
Con la consigna de una gran innovación instrumental y desterrando el formato clásico de orquesta “típica”, Piazzolla inaugura este octeto con los siguientes instrumentos: dos bandoneones, dos violines, un violoncello, un piano, un contrabajo y una guitarra eléctrica. Hay un deseo de un lenguaje vanguardista. La intención de crear una especie de intimidad abierta, alentar la introspección musical, acentuar la necesidad de hacer un tango solo para concierto.
Por lo tanto, las variables del Octeto Buenos Aires son: eliminar el lugar privilegiado del cantor (impuesto por el tango de la década del 40); ahondar el trabajo instrumental en una dimensión camarística (con la incorporación de la guitarra eléctrica); abandonar definitivamente el modelo de la orquesta típica y desligar al bailarín del tango (hacer música solo para escuchar).
Muchas más cosas se pueden decir de Piazzolla: su labor de intérprete del bandoneón, su tarea de arreglador musical en orquestas de tango y en grupos de cámara, su profusa creación como compositor de obras sinfónicas y tangos, las múltiples musicalizaciones de películas y sus conceptos artísticos en la dirección musical. Nos quedó mucha tela para cortar. Lo que quedó para otro análisis fue la creación del Quinteto Nuevo Tango, en 1960. Verdadero jalón de exquisitez musical en la historia de Astor Piazzolla.
*Conductor del programa Música de dos orillas, Emisora del Sur.
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