¿Cómo nace el vínculo con la obra de José Gurvich?
Comencé muy temprano con la cerámica, en el año 1967, en forma autodidacta y con el apoyo del pintor Ruben Sarralde, que me incentivó desde el inicio. En la casa taller de Ruben, a la postre suegro mío, frecuentábamos con artistas y escultores que nos fueron motivando y “abriendo la cabeza”. Visitar los talleres de Alceu Ribeiro, Aroztegui, Toto Podestá y muchos otros y poder compartir sus trabajos y desafíos nos fue inculcando una pasión por las artes plásticas que me acompañó toda la vida. En al año 70 conozco a Juan Cacho Cavo y allí descubro el mundo fantástico de Gurvich, su trabajo en barro me conmueve y a partir de ese momento el constructivismo y la obra de José Gurvich son una referencia ineludible de mi formación artística.
Desde 1971 fue docente de Biología, hasta que se recibió de Dr. en Medicina en 1977. ¿En ese momento siguió dibujando y trabajando en barro?
Hasta el año 1977, la cerámica fue una ayuda importante en nuestra economía familiar. La empresa Manos del Uruguay me compraba pequeñas esculturas, collares y porta lápices que colaboraban con el ingreso docente de mi señora y mío. Allí me recibo de médico y a pesar del gran tiempo que me insume esta profesión, el dibujo y el barro siempre estuvieron presentes.
¿Cuándo comenzó a exponer?
Mi primera exposición individual fue en el año 1972, en el marco del Centenario de la Ciudad de La Paz. Con la venta de esa muestra, pude adquirir mi primer horno en la Casa del ceramista. Allí comenzamos a dar algunas clases de cerámica a niños y adolescentes, que fue una rica experiencia. Fui aceptado en la Feria del Libro y el Grabado y comencé a exponer en algunas galerías de Montevideo. Además de algunos premios, que son un estímulo, la mayor recompensa es que algunos de mis murales estén en los hogares de la gente, así como en algunos locales comerciales. En este momento mis obras están en la galería A Través del Arte, en la Ciudad Vieja, Gomensoro en Carrasco, Los Caracoles en José Ignacio y en Magg’s Gallery en Punta del Este.
En 1996 fue nombrado presidente de la Asociación Uruguaya de Médicos por la Vida y por La Paz, ¿qué actividades con jóvenes llevó a cabo por la abolición de las armas nucleares?
En el año 1994 en usufructo de una beca en Israel para realizar la especialización de Administración Hospitalaria, conocí al Premio Nobel de la Paz Dr. Ernesto Kahan, que patrocinó la formación de la Asociación Uruguaya de Médicos por la Vida y la Paz, que tuve el honor de presidir desde su fundación e integrada por los compañeros del SMU y la FEMI. Recorrimos el país y realizamos una campaña de concientización con los alumnos de secundaria, donde bregamos por la eliminación de las armas nucleares y las guerras. La humanidad gasta en la carrera armamentista una enorme cantidad de recursos. A modo de ejemplo, si destináramos el equivalente a una semana de ese gasto, tendríamos recursos suficientes para erradicar el hambre y vacunar a todo el continente africano durante cinco años. Un misil de alto alcance equivale al presupuesto de diez hospitales que atiendan poblaciones de 50.000 habitantes. Por eso se puede y debe trabajar para que la humanidad cambie su estrategia destructiva y de muerte. Es el compromiso de los médicos por la vida y por la paz.
¿Cuál es su especialización en medicina? ¿Qué generaba en pacientes y colegas tener un médico ceramista, con intereses artísticos y vocación de servicio público?
Soy médico y siempre ocupado en la atención directa de los pacientes, aunque especializado en Administración Sanitaria fui director técnico de Crami y luego del Sanatorio Americano, donde formando parte de un gran equipo sanitario logramos la concreción de grandes desafíos. Luego de jubilado seguí vinculado al Hospital Maciel y ahora al Hospital de Clínicas, donde colaboro honorariamente, con pequeños aportes, al equipo liderado por el Dr. Álvaro Villar, que está gestionando en forma ejemplar nuestro hospital universitario al frente de un gran equipo.
El arte y la medicina van de la mano. Atender y ayudar a los pacientes, para lograr el estado de salud, que es el completo bienestar físico, psíquico y social y no simplemente la ausencia de enfermedades. Hay múltiples ejemplos de mejora en ciertas patologías con apoyo de actividades como música, plástica y otras actividades artísticas. Hay mucho por hacer en este tema y es uno de los compromisos que asumimos al encarar el trabajo en la Fundación y el Museo Gurvich.
En el 2024, ya como senador, ¿integró la Comisión de Ciencia, Innovación y Tecnología? ¿Tiene Ud. vocación parlamentaria? ¿Cómo comenzó su carrera política?
Desde siempre hemos estado comprometidos con la actividad política y social. Desde la militancia en la Asociación de Estudiantes de Medicina, la Asociación de Profesores de Enseñanza Secundaria, la actividad gremial de la FEMI y la política partidaria en sus diferentes estructuras.
Mi actividad parlamentaria fue convocada por la actual vicepresidenta de la República, Ing. Carolina Cosse. Su enorme generosidad me posibilitó suplirla en el Senado y fue una experiencia muy importante de enorme responsabilidad y compromiso. No importa el lugar que ocupemos, lo importante es estar comprometidos con nuestros ideales y trabajar, desde donde nos toque, por lo que creemos y estemos convencidos que es lo correcto.
Me siento orgulloso del sistema político de nuestro país y de su profundo compromiso republicano y democrático. Incluso cuando se detectan desvíos o procedimientos inadecuados y de que actúe el poder judicial para dirimirlos. Los que sufrimos la dictadura y vivimos sus abusos y arbitrariedades debemos seguir trabajando para que nunca más caigamos en una pérdida de las libertades y los derechos humanos. En eso debemos estar todos alineados y hoy todo el sistema político lo está y eso nos enorgullece y tranquiliza.
Este nuevo cargo como director del Museo Gurvich no le es distante. Desde 2020 Ud. ya integró el Consejo de Amigos de la Fundación Gurvich y desde 2021 el Consejo de Administración. ¿Qué iniciativas trae en mente para su gestión a partir de marzo de 2025?
La Fundación Gurvich fue creada en el año 2001 por Julia Añorga de Gurvich y su hijo Martín. El Museo cumple este año su vigésimo aniversario y es un referente de la plástica uruguaya y un orgullo para el país. En este tiempo transcurrido se ha posicionado con un prestigio y reconocimiento inigualable.
Promover y difundir la obra de Gurvich y de otros artistas nacionales e internacionales, fomentar la investigación, exponer y cuidar la colección de su acervo, así como promover la obra de artistas emergentes es parte de la misión que debemos continuar ejerciendo con el máximo de excelencia.
Pero por sobre todas las cosas debemos destacar la educación que lleva adelante el museo y sus equipos docentes. Cientos de escuelas, públicas y privadas y especialmente de contexto crítico, son atendidas durante todos los días, por docentes de un destacado nivel académico, que a través de talleres presenciales atienden las necesidades y estimulan la creación de miles de niñas y niños en nuestro museo.
Este año se cumplen nueve años del inicio de los talleres con personas privadas de libertad que un equipo multidisciplinario desarrolla en la cárcel de mujeres. A través de estos talleres, buscamos transformar realidades, visibilizando la participación de las mujeres que, a lo largo de un año, crean piezas de cerámica, participan en proyectos colectivos y procesos personales.
Enmarcado en el paradigma de la educación inclusiva, este proyecto reafirma que la educación es un derecho humano. Esto se realiza con un aporte estatal y otro aporte de empresas que esponsorizan a la fundación y al museo. Estos últimos años hemos tenido dificultades financieras, pues aún no hemos cobrado los aportes estatales del último período. Uno de los desafíos de esta administración es poder tener un convenio que atienda las necesidades de ambas entidades y poder profundizar estos proyectos educativos, así como intensificar los equipos docentes para brindar más atención a personas carentes de libertad.
Dentro de los desafíos futuros es continuar con exposiciones en el Museo y difundir muestras al interior del país, profundizando los acuerdos con las intendencias correspondientes.
En el año 2027 se cumplen 100 años del natalicio de José Gurvich y pensamos que la mejor manera de festejarlo sería con una gran exposición de Gurvich y sus alumnos en el Museo Nacional de Artes Visuales, así como exposiciones itinerantes por todo el interior del país. Estaremos llamando en breve a la conformación de una Comisión especial para los festejos del centenario del nacimiento del maestro.
Otro gran desafío es poder incorporar al patrimonio nacional la casa taller del Cerro, donde viviera y trabajara Gurvich, ya sea como Museo o taller icónico, para esa comunidad tan importante en su obra.
Emplazado en la Peatonal Sarandí 524, con sus 900 metros cuadrados, abierto al público de lunes a viernes de 12 a 18 con los martes con entrada gratuita, ¿cuenta con un acervo a la orden, un programa de exposiciones, infraestructura actualizada y adecuada para visitantes extranjeros?
Lo que queremos resaltar es que todo lo que se está haciendo y proyectando es posible por el equipo humano que conforma esta institución.
Su dedicación y expertise es una de las mayores fortalezas y ése ha sido uno de los motivadores para que esta nueva dirección asumiera este compromiso.
Debemos destacar el apoyo del estado a través del MEC, el esfuerzo de las diferentes administraciones que han tratado de colaborar, dentro de sus posibilidades, para que nuestro trabajo pudiera llegar a buen fin. Asimismo, la colaboración y apoyo de diferentes empresas que con su aporte solidario hacen posible concretar estos desafíos.
Durante su gestión, ¿cuál será la impronta que tratará de aportarle a esta institución? ¿Tiene algún referente a nivel nacional e internacional? ¿Con qué apoyos deberá contar?
El Consejo de Administración está formado por Diego Gamarra, Juan Francisco Grasso y por mi como presidente, además de dos delegados del MEC y del MEF, que esta administración del nuevo gobierno está para designar.
En la primera reunión nombramos a la Comisión Artística Asesora integrada por Martín Gurvich, Enrique Aguerre, Gabriel Peluffo y el Arq. Rafael Lorente, que serán compañeros fundamentales en lo referente a la parte técnica expositiva y de futura programación.
El equipo técnico con Vivían Honisgberg como directora del Museo y Jacqueline Bascou en el área de registro y archivo digital de la fundación, comandan a un equipo multidisciplinario que son el corazón vital de la organización, y el trabajo en equipo será una de nuestras fortalezas.
Para complementar este equipo pensamos apoyarnos en una Comisión de Amigos y estimular la creación de una Comisión de Amigos Jóvenes que se integre con sus iniciativas a democratizar el funcionamiento de esta organización.