Atomismo, fatalidad y poesía. Estudio sobre Lucrecio. Henri Bergson. CACTUS SERIE PERENNE. 2022. 93 págs. $420.
A los 25 años Henri Bergson emprendió la redacción de esta introducción a la filosofía y poesía de Lucrecio, una de las mentes insignes de la cultura latina. Y estaba dirigida a los estudiantes de retórica, con un énfasis particular en la traducción desde el latín. Posteriormente realizó una reescritura para el público no académico. Poco sabemos sobre quién fue Lucrecio; algunos datos registran Cicerón, San Jerónimo y Donato. Lo que sí queda claro es su impronta epicúrea, de la cual su propia existencia fue ejemplo: “Esconde tu vida” fue un precepto clave de dicha filosofía. Marcó a Virgilio, pero su obra prácticamente desapareció durante siglos, siendo recuperado, al fin de la Edad Media, tan solo su poema didáctico De Rerum Natura (Sobre la naturaleza de las cosas). Pero podemos rastrear su influencia desde Giordano Bruno a Maquiavelo y Montaigne. Lucrecio (99 a. C. – 55 a. C.) pareció desvanecerse en Roma, Henri Bergson propone una explicación: “Es preciso creer que después de la caída de la República, cuando la política de los emperadores fortaleció nuevamente la religión tradicional romana, Lucrecio, adversario de toda religión, llegó a transformarse en un amigo peligroso, con el cual era prudente no entretenerse demasiado”.
Bergson propone de una forma sucinta los principios de la filosofía y la física de Lucrecio, acentuando su originalidad poética. Los principios ya encierran belleza: los átomos de diversas formas y densidades que llueven permanentemente en el vacío, que ante el más mínimo desvío chocan y se arremolinan formando los cuerpos, también engendran las almas y causan todas las cosas. Pero Bergson analiza a su vez las tonalidades afectivas que los acompañan: la melancolía ante la revelación de la fatalidad, la piedad hacia la especie humana que vive temiendo a la muerte y a los dioses, y que está en la base de la lucha del filósofo y el poeta romano en contra de la superstición. La comparación con sus predecesores –Demócrito el científico y Epicuro el pragmático– a través del amor por la naturaleza que distingue a Lucrecio, convierte a este pequeño escrito en una hermosa introducción a las diversas motivaciones detrás de la corriente filosófica que se considera la madre de las filosofías materialistas y que ha tenido enorme influencia sobre la invención de las ciencias modernas.
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