Breve historia de la Economía. Niall kishtainy. BIBLIOTECA NUEVA. 337 págs. 2021. $1190.
Niall Kishtainy, académico en la materia en la London School of Economics, apuesta por generar respuestas a las interrogantes que nos atañen a todos: ¿cuáles son las causas de la pobreza? ¿Son inevitables las crisis cíclicas en una economía de mercado? ¿Es beneficiosa la intervención del Estado en la economía o, por el contrario, es fuente de problemas? A partir del proceso histórico, interrelacionado con los desarrollos teóricos, se muestra la lenta construcción de la disciplina, haciendo accesible las diversas corrientes económicas.
El gran presupuesto, siguiendo a Lord Keynes, es que habitualmente los individuos asumen ser intelectualmente independientes, pero, en realidad, son esclavos de un economista fallecido tiempo atrás. Lo que definimos como el “sentido común”, lo “racional”, es una construcción ideológica que en numerosas ocasiones no está explicitada debidamente. Y es función de esa línea de pensamiento que “Breve historia de la Economía” no se inicia con Adam Smith sino dos milenios antes. ¿Cómo entendían los griegos el tema? ¿Qué necesitan las personas para ser felices y estar satisfechas? ¿Qué hace que de verdad prosperen?
Ese es el punto de partida de un largo viaje teórico, por el cual desfilarán entre otros Santo Tomás de Aquino, Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx, John Maynard Keynes, Milton Friedman…
Pero la Economía, más allá de sus logros, es una disciplina en disputa. Si hay un concepto central a lo largo y ancho del texto, es que la Economía es demasiado importante como para abandonarla tan solo en las manos de los economistas.
Kishtainy recuerda, cuando en la crisis del 2008, que la reina Isabel II dudaba de los economistas y en una visita a la London School les preguntó por qué nadie había vaticinado la crisis. Muchos pensaron que los economistas habían perdido contacto con la realidad. Simplificaban el mundo y eso está bien. Pero se habían olvidado de cuán complejo era el mundo más allá de sus teorías. Hacían dos simplificaciones peligrosas: creían que los mercados eran eficientes y que en general las personas eran racionales. Durante la crisis financiera, los mercados acabaron desastrosamente mal y los individuos no estaban actuando racionalmente.
Quizás sea necesario retornar a las preguntas en Grecia, donde comenzó la Economía y donde debe volver a empezar.
Un periplo intelectual formidable, lectura apasionante, más que recomendable.
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