Civilización. Occidente y el resto. Niall Ferguson. DEBATE 2012. 509 págs.
Docente tanto en Harvard como en Oxford, Nial Ferguson es un polémico historiador británico, definido por un estilo de escritura atrapante y por la originalidad de enfoque de sus investigaciones.
La pregunta, por demás políticamente incorrecta, que resume el presente ensayo es: ¿por qué se impuso la civilización europea a las otras? Hay un momento cercano al 1400 en el cual la civilización china está en su apogeo, los otomanos tienen cercada a una debilitada Constantinopla y es tan solo cuestión de tiempo que caiga y claramente las civilizaciones orientales están en la primacía en los más diversos campos. Mientras tanto, Europa está fracturada en una miríada de reinos en perpetua guerra, acosados por epidemias y con bajo nivel de desarrollo tecnológico y científico relativo. Asimismo, lo que hoy llamamos Norteamérica es un área básicamente despoblada, habitada por tribus que no admiten punto de comparación con los Incas o los Aztecas, artífices de imperios altamente desarrollados.
Pero en pocas décadas la balanza se inclina crecientemente hacia Occidente. ¿Cuál fue la razón de su sorprendente éxito? Pero mucho más fascinante, ¿los factores que lo hicieron posible siguen siendo patrimonio exclusivo de los occidentales? ¿O la civilización occidental ha ingresado en un proceso de ineludible decadencia?
Niall Ferguson plantea que el éxito occidental se debió primordialmente al desarrollo de la ciencia, la fuerza de la ley, la medicina, la sociedad de consumo y la ética del trabajo. La conjunción de dichos factores son los que moldearon a Occidente de forma radicalmente distinta pero la pregunta subsiguiente es si quinientos años más tarde la situación se mantiene incambiada.
Samuel Johnson rechazaba las explicaciones contingentes de superioridad de la supremacía occidental. En su obra La historia de Rasselas, príncipe de Abisinia (1759), le hace preguntar a Rasselas: “¿Por qué medios son los europeos tan poderosos? ¿o por qué dado que ellos pueden viajar a Asia y África tan fácilmente por razones de comercio o de conquista, no pueden los asiáticos y africanos invadir sus costas, establecer colonias en sus puertos, y dar leyes a sus príncipes naturales? El mismo viento que a ellos les lleva de vuelta nos conduciría allí a nosotros”. Y el filósofo Imlac responde: “Ellos son más poderosos, Señor, que nosotros, porque son más sabios, el conocimiento predominará siempre sobre la ignorancia, como el hombre gobierna a otros animales. Pero acerca de por qué su conocimiento es superior al nuestro no sé qué razón puede darse, salvo la insondable voluntad del Ser Supremo”.
Niall Ferguson , un globalista declarado, no rehúye la polémica defensa encarnizada de lo que se define como la superioridad occidental. Pero lo fascinante es su afirmación de que dicho ciclo de predominio está en crisis, hoy son las sociedades asiáticas las que tienen ventajas claras en aquellas variables que definen los procesos civilizatorios.
Ha recibido múltiples críticas y más numerosos elogios. Es interesante cómo mantiene un subyacente desprecio a lo católico y lo latino este buen ciudadano británico. Asimismo, el muy liberal Vargas Llosa señala que quizás la variable que le faltó enumerar a Ferguson es la más importante; Occidente se ha definido por un ejercicio de la crítica y de la libertad claramente diferencial frente a otras culturas. Y se podría agregar, cuna de persecuciones y totalitarismos como no han visto otras regiones supuestamente “bárbaras”.
Bienvenidos a un texto fermental, un libro que nos obliga a preguntarnos sobre quiénes somos, cuáles son nuestras posibilidades como sociedad y también explorar historias contrafácticas.
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