¿Cómo y por qué gobierna el Partido Comunista de China? Editado por XIE CHUNTAO. Corregidor – NEW WORLD PRESS. 358 págs. $950.
En muy vertiginosas décadas pasamos del mundo bipolar de la Guerra Fría a la euforia casi maníaca de los liberales de un mundo unipolar. Poco tiempo más tarde ha comenzado a despuntar un planeta distinto, signado por la multiplicidad de centros de poder. Todo cambio implica reajustes ideológicos y nuevas explicitaciones de quiénes son los adversarios y los aliados. Huelga decir que el ascenso de China como superpotencia ha sido visto con algo más que sospecha y temor por infinidad de analistas y estudiosos occidentales. Podríamos decir que hay bibliotecas escritas sobre la “ineludible amenaza china” desde aquel clásico “Cuando China despierte” de Peyrefitte, inspirado por la sentencia atribuida a Napoleón.
Pero el hecho concreto es la práctica ausencia de material sobre el increíble proceso de construcción del poder real por parte del centenario Partido Comunista de China escrito por sus teóricos actuales. La presente obra cubre con creces las expectativas de un acercamiento plausible a la peripecia china.
China implica una civilización milenaria, estamos hablando de prácticamente cinco mil años de desarrollo humano sostenido. Es cierto que el proceso de expansión europeo no fue benigno con esta sociedad; las Guerras del Opio implicaron el arrasamiento de su estructura estatal en términos reales, la imposición del libre tránsito del opio por su territorio en aras de una lectura muy sórdida del liberalismo y la pérdida por largos lapsos de sus puertos que cayeron en manos de las potencias europeas, especialmente de Inglaterra. Asimismo, Japón, su voraz vecino, no se definió por los buenos modales. Aparte de su vocación imperialista, Japón realizó atrocidades contra la población china inenarrables. Todo esto configura parte del panorama explicativo para mostrar cómo la sociedad china, en el cruce del siglo XIX al XX, era tan solo un pálido espectro del otrora pujante Imperio Celeste. El quiebre de las instituciones imperiales era prácticamente imposible de detener. La República rápidamente fue desafiada y jaqueada por la invasión japonesa y por la insurgencia comunista. La imposición del maoísmo y años más tarde la llamada Revolución Cultural habitualmente están presentes en nuestro mapa cultural.
Pero aquí comienzan los aportes diferenciales de la presente obra. ¿Cómo se pudo levantar China del caos posterior a la Segunda Guerra Mundial y el proceso revolucionario? ¿Cómo se realizó la estabilización de precios y la unificación de las finanzas y de la economía? En una serie de quince capítulos aborda, entonces, temas tan candentes como la diferencia entre el socialismo soviético que hizo implosión con la caída del Muro de Berlín, el tema de la alimentación de 1300 millones de personas, la reconversión económica hasta devenir en la segunda economía mundial, el sistema de economía de mercado con un sistema socialista en lo político partidario, el proceso por el cual cientos de millones de personas salieron de una sociedad definida por lo agrario a una sociedad con patrones de consumo semejantes o superiores a los occidentales, el peculiar puzzle étnico que define a China, la construcción de una serie de alianzas de largo aliento con naciones en vías de desarrollo, las características de organización política que engloba a ochenta millones de personas bajo la égida del Partido Comunista chino.
Aquí se puede acceder, entonces, a una narración exhaustiva de los logros de la sociedad china en este último siglo de la mano del PCC. Es claro que hay una larga enumeración de los errores asumidos. La lista, para el lector occidental, quizás no sea exhaustiva, pero es interesante ver sorprendentes niveles de autocrítica en una publicación claramente alineada con la versión oficial del propio partido. Quizás esto ya justifique su lectura, una lectura que será adictiva para toda persona interesada en la política y la historia contemporánea.
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