Contrafactuales. ¿Y si todo hubiera sido diferente? RICHARD J. EVANS. TURNER NOEMA. 192 págs. 2014.
Un ejercicio fascinante: imaginar pasados alternativos que implican presentes radicalmente distintos. Una tarea bastante común en los albores del siglo XIX, cuando Víctor Hugo imaginaba otro Waterloo, otro resultado. Una apuesta que tiene mucho de un Jorge Luis Borges creando versiones paralelas para mostrar el rostro del Destino.
Pero hace pocas décadas resurgió esta práctica y ya no solo de la mano de literatos como Philip Dick imaginando un EE.UU. derrotado en la Segunda Guerra Mundial y ocupado por alemanes y japoneses en El Hombre en el Castillo. Historiadores de la talla de Niall Ferguson han dedicado copiosos esfuerzos a imaginar otros pasados. Si la labor de la historia es establecer qué ocurrió, ¿qué sentido tiene preguntarse por lo que pudo haber sido? ¿Es un ejercicio sin consecuencias?
Richard Evans es un historiador y profesor británico, especialmente conocido por su trilogía sobre la Historia del Tercer Reich. Y es a partir de su esa experiencia que se dedica a debatir esta “moda” de la cual “Historia virtual ¿Qué hubiera pasado si?”, dirigida por Ferguson, es el ejemplo más claro. Evalúa este fenómeno a la luz de las crisis de las grandes ideologías y del peso del posmodernismo. Plantea, asimismo, que este tipo de propuestas son metodológicamente conservadoras y que se sostienen por abusar del azar y de la contingencia y de un exceso de especulación y arbitrariedad.
Evans sostiene, frente a la posibilidad de lo contrafáctico como arena propicia para generar un pensamiento crítico sobre la historia, lo siguiente: “En buena parte esto se debe a que, como observó Nietzsche, la pregunta de “¿qué habría pasado si…?” lo convierte todo en objeto de ironía. En última instancia, las hipótesis contrafactuales son irónicas porque siempre arrojan más luz sobre el presente que sobre el pasado. Llegados al final, la última palabra debe dejarse a Walther Rathenau… En 1918, volviendo la mirada a los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial y mirando adelante hacia el nuevo mundo que esperaba construir cuando llegara la paz, Ratheneau señaló “la historia no se conjuga en condicional, habla de lo que es y de lo que fue, no de lo que podría ser ni delo que pudo haber sido”.
Un texto que interpela y que posee el don de formular las preguntas pertinentes sobre el rol de los historiadores.
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