Crisis. Cómo reaccionan los países en los momentos decisivos. Jared Diamond, DEBATE, 524 págs., 2019, $1190.
Podría haber sido un manual de autoayuda para integrantes de las Naciones Unidas. Este libro es una fascinante invitación a pensar, desde perspectivas no tradicionales, ciertos eventos históricos dramáticos y comenzar a caminar hacia escenarios más venturosos.
Jared Diamond, autor premiado con el Pulitzer por Armas, gérmenes y acero, es un científico bostoniano que comenzó en el campo de la fisiología, luego ampliado por especializaciones en biología evolutiva y biogeografía. En el presente ensayo la idea central es que las sociedades, en un modo paralelo a los individuos, afrontan sus horas más oscuras mediante un duro proceso de autoevaluación, cambio y adaptación.
Elige siete países en su hora clave: Alemania en su proceso de reconstrucción, Australia asumiendo el desafío del desarrollo y la inmigración, Chile saliendo de la dictadura pero con demasiados demonios a la vuelta de la esquina, Finlandia con su guerra definitoria con la URSS, Japón en su proceso de modernización, Indonesia como caso paradigmático de todas las crisis posibles de un cruento proceso de descolonización e inestabilidad política, y Estados Unidos en la actualidad.
Churchill advertía que “nunca se debe desperdiciar una buena crisis” y Diamond la define como ese punto de inflexión en el que las condiciones posteriores son muy distintas a las que existían antes. ¿Pero cuáles serían los requisitos para que esas nuevas condiciones sean propicias? En un proceso casi paralelo al de un tratamiento psiquiátrico focalizado en el “aquí y en el ahora” (sin debates inútiles sobre la situación de esa sociedad cientos de años atrás), advierte la pertinencia de cambios selectivos porque no es deseable ni posible, para individuos y naciones, cambiar completamente identidades previas que son el resultado de una historia. Y por ende hay que comenzar un largo camino: reconocer la existencia de la crisis, aceptar responsabilidades y evitar la autocompasión (atención uruguayos…) y la culpabilización de los otros, usar el ejemplo de naciones que hayan superado crisis parecidas, hacer una autoevaluación honesta de las acciones, tener paciencia con los fracasos y mucha disposición para cambiar lo que no funciona y que dicho proceso se sostenga en el tiempo, esto es, que se constituya en política de Estado más allá de quien sea el gobernante de turno.
Un texto polémico, con apreciaciones debatibles pero que desde la primera línea desafía a pensar la Historia y los desafíos de un mundo cada día más globalizado.
TE PUEDE INTERESAR