En conversación con La Mañana, la doctoranda de la escuela Interdisciplinaria de la Universidad de Varsovia, Karolina Filipczak, explicó que está preparando una tesis sobre el pensamiento periférico en base a Bronislaw Trentowski y José Enrique Rodó. Además, indicó que cada año, investigadores de todo el mundo escriben textos sobre Rodó y mencionó la importancia de cultivarlo en Uruguay.
El pasado viernes 14 de julio, víspera de un nuevo aniversario de nacimiento de José Enrique Rodó y de conmemorarse por primera vez en Uruguay el Día de Ariel, la doctoranda de la escuela Interdisciplinaria de la Universidad de Varsovia, Karolina Filipczak, dictó una conferencia en la Biblioteca Nacional sobre el pensamiento periférico del escritor, periodista y filósofo uruguayo, en la cual resaltó su aporte en la comprensión del mundo y el universalismo. Durante la ocasión, resaltó la presencia de representantes de la Sociedad Rodoniana así como también del embajador de México en Uruguay, Víctor Manuel Barceló Rodríguez. La Mañana dialogó en exclusivo con Filipczak.
¿Cómo llega a Uruguay y, en particular, a dictar esta conferencia?
Desde hace cinco años me interesa mucho la obra de José Enrique Rodó. De hecho, escribí una tesis de maestría sobre él y desde hace un año soy miembro de la Sociedad Rodoniana. Esta última me invitó para dar una conferencia sobre él y, además, obtuve una beca en la universidad para una estadía para hacer unas investigaciones en el archivo literario con los documentos de Rodó. Esta semana estoy uniendo esta ocasión de dar esta conferencia con una investigación corta en el archivo.
¿Cómo conoció en Varsovia a Rodó?
En la universidad donde estudio hay una facultad de Estudios Iberoamericanos dentro de la cual tenemos cursos obligatorios de literatura latinoamericana. En este se ven muchos autores latinoamericanos. Del modernismo se da Ariel, es una lectura obligatoria para todos los estudiantes de la facultad.
¿Qué fue lo que le atrajo de él?
Al principio lo que me gustó fue su lenguaje, ese placer estético de leer la obra, porque de verdad es un maestro de prosa. Lo leí en español porque aún no hay una traducción al polaco.
Más allá de la prosa, ¿cómo le impactaron sus ideas?
Lo que me interesa y lo que me sorprendió al principio, es cómo abarca tantas referencias a la cultura europea, cómo lo interpreta y que su interpretación de esta tradición es un poco diferente a lo que podemos encontrar en la tradición occidental. No leyó los mismos libros que yo, pero comparando con los autores europeos de la época, leyó esa tradición europea un poco diferente, entonces resulta súper interesante. Por eso también decidí dedicarme a la obra de Rodó en mi investigación.
En su conferencia se centra en el pensamiento periférico de Rodó. ¿Cuál es el valor que tiene?
Leer el pensamiento de Rodó en el contexto de pensamiento periférico es una búsqueda de un contexto en el cual los polacos pueden entender su obra. Además, se puede ver la obra de Rodó como una obra que antes del desarrollo de los típicos estudios de dependencia, como la teoría del sistema mundo, dice algunas cosas sobre cómo funciona la periferia y cómo son los modelos que se aplican en la periferia antes de las investigaciones que hicieron los sociólogos después en la segunda mitad del siglo XX. Es interesante su obra porque adelanta los reconocimientos de los investigadores. Se puede ver a Rodó como una persona muy consciente de esto que significa estar en la periferia, y esto me resulta muy interesante, porque desde esta perspectiva los polacos podemos entender mejor nuestra situación, porque cuando nos encontramos con algo ajeno es mucho más fácil asumirlo, son unas verdades duras.
Rodó maneja también los valores humanos universales. Podríamos pensar también, pero en base a la concepción del espíritu, que los uruguayos no estamos tan lejos de los polacos.
A mí me interesa sobre todo no es este nivel universal de Rodó, porque hay muchos autores que hablan sobre los valores universales y algo universal, en este sentido, se puede hacer en cualquier lugar. Yo veo este universalismo como un universalismo especial, porque es un universalismo consciente de la situación de la cual nace. Veo una diferencia entre su universalismo y los universalismos europeos que son ciegos a todo y ajeno a todo lo que no esté alrededor de su perspectiva, de su punto.
¿Aquí es donde se tiende un puente entre Rodó y Trentowski?
Hay una diferencia de dos generaciones entre este pensador polaco y Rodó, porque Trentowski, que también es tema de mi tesis doctoral, es de la época del romanticismo, entonces hay dos generaciones de diferencia. Pero tanto uno como el otro escriben en el mismo momento del desarrollo de la filosofía en las regiones respectivas, porque en ambos casos estamos en el momento en el que se piensa en crear una filosofía original en la región. Entonces comparándolo con la historia universal, sí hay una diferencia de años, pero si lo comparamos en el contexto del desarrollo de la filosofía, en este caso estamos en el mismo momento. Se enfrentan con otro tipo de modernidad y entonces los problemas que son importantes para ellos a veces son un poco diferentes, porque Trentowsky no tiene que pensar en la industrialización, por ejemplo, pero es el mismo momento en la línea del desarrollo de la filosofía.
En este sentido, ¿cuáles son las semejanzas de ambos del pensamiento periférico?
Una de ellas es que pueden sorprender mucho, porque no es tan obvio pensar que vamos a encontrar similitudes entre un pensamiento romántico polaco y uno uruguayo, pero sí hay un montón de similitudes, sobre todo en el tema de la formación y la educación como una ruta para mejorar la vida pública en el sentido político y para crear un nuevo modelo del hombre.
¿Qué tan vigente cree que está el pensamiento de Rodó?
Es muy actual porque la situación periférica de las regiones respectivas no ha cambiado mucho. Estamos en la posmodernidad, los problemas parecen ser otros, pero enfrentamos problemas económicos y políticos, los cuales no sabemos cómo resolver. La situación no ha cambiado mucho, entonces las respuestas que Rodó dio hace cien años pueden ser útiles también hoy y pienso que es por eso que –depende de qué tipos de textos hablamos– hay un montón de textos de él que no son tan fuertemente ubicados en un contexto concreto histórico, entonces es muy fácil hacer una traslación a otra realidad histórica y política, con esa falta de los contextos muy detallados, entonces sí el futuro de universalismo. Se puede entonces pensar una educación consciente del objetivo que tiene, de formar a un hombre que va a vivir en la vida política y que efectivamente es algo muy importante; pensar de otro lado la educación, como una creación de un hombre que tiene sus expectativas y para esto no es suficiente lo que hacen las escuelas. En este tipo de asuntos Rodó puede ayudar mucho, pero, sobre todo, en todos los lugares del mundo periféricos.
Recientemente, por iniciativa de la Sociedad Rodoniana el Parlamento uruguayo declaró al 15 de julio como el Día de Ariel, en homenaje a la obra más conocida de Rodó. ¿Qué repercusión cree que puede traer a la sociedad uruguaya?
Me comentaron que la figura de Rodó es reconocida entre los uruguayos pero que sus obras no se leen popularmente. En este sentido, celebrar todos los años el Día de Ariel puede recordarnos que hay algo que se puede leer que es importante. Pienso que es una marca de cuidar el patrimonio que se tiene. Desde Polonia veo a Rodó como un verdadero héroe uruguayo, por eso creo que es importante que los uruguayos cuiden esa herencia que tienen. Cada año los investigadores en todo el mundo escriben un montón de textos en general sobre Ariel y sobre Rodó, y creo que es muy importante cultivarlo en Uruguay. Es el texto más lindo, además. Siempre es difícil poder disfrutarlo si uno está muy ocupado, pero pienso que es un texto tan magnífico que si es necesario constreñir a los jóvenes a que lo lean se tiene que hacer, porque vale la pena hacerlo.
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