Don Jacinto Vera. El misionero santo. Laura Álvarez Goyoaga. DOBLE CLICK EDITORAS. 318 págs., 2010.
En una sociedad como la uruguaya, que más que laica es laicista, el presente trabajo es un verdadero hallazgo. Con excelente pulso narrativo surge una novela histórica que logra darle voz a alguien excepcional: don Jacinto Vera, el “obispo gaucho”. El mismo está en proceso de ser declarado beato, según anunció el cardenal Daniel Sturla durante la Misa Criolla en la pasada Expo Prado 2022, y adelantó que la Iglesia uruguaya espera que en pocos meses se concrete la beatificación del primer obispo uruguayo, monseñor Jacinto Vera.
Estructurada a partir del hipotético encuentro de un manuscrito con la historia del primer obispo de Montevideo, la narración logra mostrar el contexto histórico de mediados del siglo XIX, marcado por la violencia, las contradictorias relaciones entre la Iglesia y el Estado, y del apostolado de don Jacinto.
Hombre de la Iglesia pero también hombre de su tiempo, debió soportar todo tipo de ataques, muchos casi esperables de los sectores anticlericales, otros de individuos de la propia grey. Su peculiar estilo de llevar la luz de los Evangelios a los lugares más recónditos de la Patria, el consuelo a los más necesitados y su bendito don de buscar la enseñanza en las palabras justas en el momento apropiado, lo convirtieron en una de las personalidades más populares y conocidas del Uruguay.
Hay un episodio recuperado de una misión evangelizadora en Colonia donde se advierte, a partir de la historia de Lázaro: “Es una lección para los que poseen bienes de fortuna y se olvidan de que son meros depositarios de las riquezas que el cielo les concede, y no procuran socorrer tantas necesidades que aquejan a nuestros semejantes. Lázaro, en cambio, fue al cielo a recibir el premio de sus trabajos, nos dice el evangelista. Sin duda sufrió con resignación constante los dolores de su padecimiento y los trabajos de la pobreza”.
Son numerosos los episodios que ilustran el poder de la fe para afrontar las más diversas adversidades, incluidas las que surgieron por enfrentamiento con el poder político.
En suma, bienvenido este testimonio sobre el apostolado de un hombre bueno que nunca cejó en su defensa de los más frágiles de nuestra tierra.
TE PUEDE INTERESAR