NACIONALES 20 de octubre de 1929
“Inesperadamente falleció el Sr. José Batlle y Ordóñez. Dolorosa sensación que el infausto suceso produce en todos los círculos”, estampaba en su tapa El Diario, pocas horas después del deceso del político y periodista, nacido en 1856, y dos veces Presidente de la República, entre 1903-1907, y 1911-1915.
“Hoy a la 1 p.m. llegó hasta nosotros con la brusquedad hiriente de las malas noticias inesperadas, el anuncio de que había fallecido pocos momentos antes el señor José Batlle y Ordóñez. El sacudimiento de sorpresa dolorosa no pudo ser mayor, por más que conociéramos el diagnóstico reservado de los médicos acerca de la segunda operación que debía efectúarsele para devolver la normalidad a su vigoroso organismo, que suponíamos vencería fácilmente los males que lo aquejaban, como en tantas oportunidades de nuestra existencia política, el gran luchador cívico, cercado de adversarios, logró imponerse con honor a los hombres y a las fuerzas sociales”.
“No podemos admitir que sea más intenso ni más noble, el dolor de sus compañeros de causa ante la desaparición de su prestigioso jefe, que el que domina a nuestro espíritu por la pérdida de nuestro enaltecedor adversario. Nuestro mundo político se queda sin el eje que gobernara su rotación durante muchos años”, continuaba.
Una vida de acción
El Diario (perteneciente a la misma empresa editora de La Mañana) hacía una recorrida por la vida de Batlle: “Siendo muy joven, su personalidad se presenta con relieve ante la opinión pública. Hizo en las páginas de ‘La Razón’ sus primeras armas agudas contra la tiranía y los malos gobiernos. Creía con plena confianza en el papel social del periodismo, y fue así que entrado a la política por la prensa, llegó al gobierno en 1903, después de exponer en su diario ‘El Día’ sus ideas de orden, sus aspiraciones de renovación, y sus propósitos firmes de reorganización social”.
Al terminar su primera presidencia, la opinión pública unánimemente lo consagró entre los mejores gobernantes que había tenido la República.
Pedro Manini Ríos: “Si como partidario sentí el fervor, la adhesión personal a aquel gran ciudadano, cómo adversario sentí el profundo respeto y la más alta consideración a aquella lealísima personalidad que supo siempre guardar la gran línea de las verdaderas personalidades”.
“En la verdad y en el error, fue siempre un gran sugestionador de muchedumbres. En el primer período de su acción política, en la responsabilidad del Gobierno, es la personalidad que une en torno al Partido Colorado. Producido el cisma, a causa del colegiado, formadas después nuevas facciones partidarias, el señor Batlle siguió conservando el núcleo electoral más numeroso”.
“Cuando el coloradismo estuvo unido, teniéndolo de figura central, se realizó una obra legislativa que merece el calificativo de admirable, y que es la mejor prueba, la definitiva, de su valer cómo hombre de estado. Domina en esas leyes, un noble espíritu de justicia social, de avancismo mediático y fecundo, de amor a las clases populares, que tuvieron siempre un lugar de privilegio en el alma acerada de luchador vencido hoy por la muerte”.
El reconocimiento en el Parlamento
En la Cámara de Diputados, en nombre de la bancada riverista, el Dr. Pedro Manini RÍos, pronunció su discurso: “Me parece excusado manifestar que es con una intensa emoción personal que hago uso de la palabra. Yo, en efecto, en todo el curso de mi vida política, como partidario y cómo adversario me he sentido profundamente vinculado a la personalidad del ilustre ciudadano desaparecido. Empecé a actuar con él casi en la adolescencia en época de la oposición a Idiarte Borda. Seguí con él cuando la reacción cuestista. Más adelante, en su fecunda primera presidencia, después cuando su gobierno no menos fecundo de la segunda presidencia”.
“Posteriormente la disidencia de índole política, y las nuevas orientaciones que el señor Batlle y Ordoñez quiso dar a su partido provocaron la divergencia que es de notoriedad. Si como partidario sentí el fervor, la adhesión personal a aquel gran ciudadano, cómo adversario sentí el profundo respeto y la más alta consideración a aquella lealísima personalidad que supo siempre guardar la gran línea de las verdaderas personalidades”.
“El señor Batlle y Ordoñez sintió, en efecto, las ansias más profundas -y no se le podría negar sin injusticia- impresas de la más honda honestidad, por el progreso material y cultural de la República y por el culto del ideal republicano. Su muerte es una desaparición casi puede decirse que debe tocar las cuerdas sensibles de todos los ciudadanos, no solo porque desaparece la figura predominante de nuestra vida pública, sino también porque en esta alta cumbre moral que parecía llenar el escenario nacional, era imposible desconocer que brillaba a luz inextinguible de una irrecusable honestidad ciudadana”.
El Premio Nobel fue para una santa
INTERNACIONALES
17 de octubre de 1979
“La Madre Teresa, diminuta Santa de los andurriales de Calcuta, sonrió ayer al enterarse que había ganado el Premio Nobel de la Paz y dijo: ‘No lo merecía’”, comenzaba anunciando La Mañana sobre el reconocimiento a la labor de Agnes Gonxha Bojaxhiu, la hermana misionera de origen albanés que dedicó su vida a los enfermos y hambrientos en India. Nacida en 1910 en la actual Macedonia del Norte, la monja católica se nacionalizó india y fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta en 1950. Tras su muerte en 1997, fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2003, y canonizada por el Papa Francisco en 2016. Actualmente se la reconoce como Santa Teresa de Calcuta.
Y continuaba el informe de La Mañana, “sus seguidores la consideran una Santa, pero la monja dice a quien quiera oírla que solo hace el trabajo de Dios, con una simpleza que desarma incluso a sus colaboradores más cercanos. La Madre Teresa vino a la India hace 50 años para enseñar geografía en un convento, se quedó para trabajar en los andurriales de Calcuta, adoptó la ciudadanía india en 1950 y fundó una nueva orden religiosa, las misioneras de la caridad. Actualmente la orden maneja más de 120 hogares para niños expósitos y moribundos abandonados en la India y en todo el mundo. La Madre Teresa, una mujer de aspecto frágil pero enérgica, dijo: ‘Me da una gran alegría y me llena de gozo el amar y cuidar a los pobres y abandonados, que el mundo les hace olvidar que son humanos. Hablamos mucho sobre los pobres, pero muy poco le damos’, aseguró”.
La llegada de los europeos a América
INTERNACIONALES
12 de octubre de 1992
“Arrecian en estos días los ensayos y comentarios, libros y películas en torno a uno de los acontecimientos mundiales de mayor conmoción humana: la conquista de un nuevo continente por parte de España, hace exactamente 500 años”, decía La Mañana sobre el acontecimiento que se recuerda cada 12 de octubre, cuando en 1492 una expedición española dirigida por Cristóbal Colón por mandato de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, llegó a una isla del continente americano, Guanahani, creyendo que había llegado a la India.
En el entonces quinto centenario de uno de los momentos fundamentales de la historia, La Mañana recogía distintos análisis relativos a la fecha. “Algunos análisis escapan de lo histórico anecdótico y salta a preguntas y teorizaciones sobre la conducta humana, los impulsos de conquista. Conviene recordar lo que hacía Fray Bartolomé de las Casas, encomendero español llamado ‘Apóstol de los indios’, cuyos derechos humanos defendió con ardor en una época en que prevalecía la idea de que su sumisión era el resultado obvio, natural e indiscutible del ‘encuentro de las dos culturas’. A partir de las decisiones de la Junta de Burgos de 1512mse reconoce que los indios son hombres libres. Para mantener una posición objetiva y no caer en los sofismas de la leyenda negra antiespañola habría que consultar la recopilación de las leyes de Indias que realiza León Pinelo en un documento imprescindible de consultar.
A 528 años de los hechos, todavía perduran en América, el “nuevo mundo”, vestigios de la llegada, que marcaron el porvenir del continente.
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