Durazno Antiguo 2. Oscar Padrón Favre. TIERRADENTRO Ediciones, 175 págs., $470.
Un nuevo trabajo de un historiador que escribe con erudición y amor al terruño. En un país en el cual su capital concentra la mayor parte de las actividades culturales, es casi épico el trabajo permanente y, muchas veces, invisible de un investigador dedicado a la llamada historia regional. Y como certeramente señala Padrón Favre, la historia de Salto o Paysandú está íntimamente entrelazada con Entre Ríos, la de Cerro Largo o Rivera por la dinámica luso brasileña. Pero en Durazno hay una historia distinta, quizás la más oriental. Y si algo aconteció en Uruguay, impactó de algún modo en el devenir del departamento central.
Dedicado a recuperar historias del siglo XIX, este texto es clave por aspectos de enfoque historiográfico: “la tan reiterada afirmación “nuestras raíces vinieron en barcos” -que en mi opinión, siempre hemos cuestionado con énfasis por excesivamente simplificadora- ha promovido que con frecuencia se desconozca la existencia de una personalidad colectiva propia, la de los orientales, que predominó en el siglo XIX y que es el resultado de un lento proceso de formación en los siglos anteriores, con diversos aportes indígenas, europeos y africanos. Fue esta sociedad oriental -preexistente al alud inmigratorio de la segunda mitad del siglo XIX y generosa receptora de ese “malón gringo”- la que llevó adelante la epopeya de luchar por la independencia, de constituirse en una entidad republicana frente al mundo y de darse formas propias de convivencia entre los bandos políticos en pugna, luego de doloroso aprendizaje.”
“No compartimos la actitud de desmerecer por bárbaras ciertas figuras, acontecimientos y etapas de la formación colectiva, al mismo tiempo que se cae en encandilamientos con la civilización de otros lejanos países. Estos últimos, paradójicamente, no se caracterizan por renegar de sus etapas de tragedias y heroicidades, etapas, por otra parte, que nunca estuvieron libres de mostrar acciones que puedan calificarse de barbarie.”
“Tampoco barbarie o civilización, dando por válidas tales categorías, se sucedieron como épocas diferentes y sucesivas. En toda América Latina fueron y son, sincrónicas, es decir, que han convivido en sucesivos presentes modalidades culturales, seres, tecnologías, acciones y pensamientos que puedan encasillarse en una u otra categoría, según los criterios caprichosos de quienes gustan hacerlo. Esa es una de las complejidades del continente, también una de sus mayores fortalezas.”
¡Bienvenidos a la mejor historia!
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