Uno de conciertos será en el Auditorio Adela Reta, dos en el interior (Florida y Maldonado) y en la ciudad de Buenos Aires organizado por la embajada uruguaya en Argentina. Presentará un estreno absoluto acompañado por el Conjunto de Cámara del Sodre. Con la amabilidad de siempre y la sensibilidad a flor de piel, charló con La Mañana, entre otras cosas, sobre su música, su Florida natal y su carrera.
Por estos días se encuentra en nuestro país el maestro Héctor Ulises Passarella, uno de los bandoneonistas más reconocidos a nivel mundial, donde presentará tres conciertos (26 de agosto en la ciudad de Florida, 28 de agosto en Maldonado y 2 de setiembre en el Auditorio Adela Reta de Montevideo), acompañado por el Conjunto de Cámara del Sodre integrado por seis componentes, la espectacular voz de su sobrina Cinzia Zabala y su hermana Marisol Passarella quien recitará “Florida para siempre” (obra escrita por el propio Ulises Passarella). La agenda incluye además un concierto el próximo 19 de agosto en la ciudad de Buenos Aires, organizado por la embajada uruguaya en Argentina, aprovechando un nuevo aniversario de la Declaratoria de la Independencia de nuestro país el próximo 25 de Agosto.
Se encontraba en pleno ensayo cuando recibió a La Mañana con la amabilidad que lo caracteriza, para quien hizo un paréntesis y habló de su íntima relación con el bandoneón, al cual definió como “parte de mí” y del cual nunca podría separarse, de sus afectos (su gente querida, la ciudad de Florida, sus maestros que le imprimieron el amor por el tango) y de la necesidad de crear un tango nuevo acorde a estos tiempos.
Entre estrenos y los tradicionales tangos rioplatenses
Aunque desde hace muchos años se encuentra radicado en Italia, siempre ha tenido una estrecha relación con el país, al cual visita cada vez que puede. Este no es un viaje más para el artista tras la muerte de su madre hace unos meses, una pena que indudablemente caló hondo en su ser. “Yo lo quiero mucho al Uruguay como pienso que también el Uruguay me quiere mucho a mi”, una relación que nunca le impidió callar “delante de las injusticias”.
Los conciertos incluirán un estreno absoluto “para bandoneón y conjunto de cámara”. Además, habrá espacio para un preludio y rondó milonguero (para festejar un nuevo aniversario del inolvidable Astor Piazzolla) y las tradicionales piezas que luce el tango rioplatense (El choclo, La cumparsita, Balada para un loco o Los marcados, entre otros).
El tango no debe ser un monumento histórico
Lejos de lo que el imaginario popular supone, Passarella dijo que el tango es una disciplina musical en permanente evolución. Así lo practicaron Aníbal Troilo, Pugliese o Astor Piazzolla, que también evolucionaron en su tiempo. “El tango de Troilo no era más el tango de Francisco Canaro o Firpo” y está de acuerdo en “mostrar cómo era el tango de los años 40 o 50”, como un documento histórico, pero no como un producto cultural actual.
Definió su música como una expresión diferente a la de sus antecesores. “El tango es un niño que comienza a caminar” y si se lo educa y cuida “un día va a correr” para lo que debe entrar en la cabeza “sobre todo de los gestores culturales” que el tango “no es un monumento histórico” sino que debe ser tomado como algo nuevo “que le entre a los jóvenes”.
“Si yo no quisiera hacer tango, el tango me iba a salir siempre porque está dentro de mis venas”. Desde su llegada al viejo continente logró absorber “la cultura musical” europea que mezcló con ese “sentir rioplatense” que tiene “en las venas” y que nunca le van a quitar el “sentir tanguero” que habita en su ser.
A los 11 años ingresó a tocar en la Orquesta Típica de Oscar Raúl Pacheco (el gran maestro que revolucionó en materia bandoneonística, con quien se formó a instancias de su padre, que le enseñó a escuchar y sentir el tango), “un regalo inolvidable” que marcó su destino para siempre.
Pero el gran cambio llegó a sus 15 años cuando presenció el concierto de René Marino Rivero, momento en el que se dio “cuenta lo que era realmente el bandoneón”. Tal vez buscando en el fondo de su memoria, cerró los ojos y tras un breve silencio siguió: “Quedé embobecido, parecía haber encontrado otro planeta”.
Tras estudiar con René Marino Rivero en Montevideo, ganó todos los concursos a los cuales se presentó. El último de ellos (premio Ottorino Respighi) fue una beca para continuar su formación, esta vez en Pésaro (Italia), premio otorgado por el Instituto Italiano de Cultura de Montevideo y la Asociación de Estudiantes de Música de Montevideo. Fue alumno de Guido Santórsola para la composición y dirección de orquesta (de este maestro recibió las enseñanzas filosóficas que lo han acompañado durante toda su carrera).
Multipremiado como muy pocos, el maestro Ulises Passarella toma sus reconocimientos como “un estímulo para seguir estudiando”. Sus interpretaciones han cosechado grandes reconocimientos entre los que se destacan la famosa melodía de la película Il Postino con el cual ganara un Oscar en 1996 (en una gran colaboración con Luis Bacalov) o su nominación al Grammy por su labor junto a Plácido Domingo en 2001.
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