El quince de julio de 2021 se cumple el sesquicentenario del nacimiento de José Enrique Rodó y está prevista la reedición de la última obra que publicó en vida, como una de las numerosas formas de homenajearlo que eligió la Sociedad Rodoniana para dicha conmemoración, libro que se publica en el contexto de un proyecto editorial impulsado entre MRREE, UTU, Dirección Nacional de Cultura del MEC y Biblioteca Nacional.
Todas sus creaciones contienen una base conceptual que mantiene una total vigencia luego de más de cien años y la seguirá teniendo, por ser atemporal, porque se trata de valores indiscutibles para llevar adelante con éxito la armónica convivencia que es la esencia del modelo democrático, que tiene como cimiento el mejoramiento individual.
Humanista
Analizada esa base conceptual que caracteriza su obra, llegamos a la conclusión de que Rodó es un verdadero humanista, porque nada relacionado con el ser humano le es ajeno, en ninguno de los aspectos de la vida y uno de los casos más claros de su humanismo está en el ensayo Del trabajo obrero en el Uruguay, que es ejemplo, además, de su ecuanimidad y solidaridad. Siempre brinda especial atención a aquellas ideas que considera importantes para la evolución humana en general y para el mejoramiento de la enseñanza de la juventud.
Luego de estas breves consideraciones generales, pasaremos a referirnos a esta en particular: El mirador de Próspero, obra polifacética que invitamos a leer despojados de todo prejuicio o preconcepto, dándole así la oportunidad a nuestra mente y a nuestra sensibilidad, de poder captar el espíritu de lo que se transmite en ella.
Se trata sin duda de una excelente, extensa y variada antología de cuarenta y cinco de sus escritos literarios comprendidos entre los años 1895 y 1912 y resulta muy grato durante la lectura, ir alternando diferentes y variados temas. Vale la pena aclarar que, elegido un título, muchas veces nos sorprende el contenido del ensayo, teniendo en cuenta el original enfoque que le brinda el autor.
Por ejemplo, en La gesta de la forma describe con gran precisión esas luchas internas del escritor, cuando es consciente de la importancia de su creación artística, de sus alternativas y de las sensaciones de fracaso y de triunfo, demostrando Rodó, por experiencia propia, un excelente conocimiento de los pensamientos y sentimientos que participan en esas luchas en su mundo interior y en el de sus colegas.
Cuando se refiere a personas o a obras literarias, va alternando la descripción objetiva con la delicada crítica, ya sea porque no coincide con su pensamiento, ya sea porque lo aprueba, pero sin estridencias.
En toda su obra en general, y en El Mirador de Próspero en particular, ha demostrado su permanente búsqueda del equilibrio en los diferentes aspectos de la vida y encontramos en su ensayo Rumbos nuevos, al analizar IdolaFori, de Carlos Arturo Torres, el ejemplo perfecto de esa búsqueda del punto de equilibrio, dejando en evidencia las falsas oposiciones que se repiten a lo largo del tiempo.
En varios de estos ensayos, quizás sin sospecharlo, Rodó está describiendo situaciones vividas por algunos escritores, que se van a reproducir en forma muy similar en su propia vida. Por ejemplo, cuando en Impresiones de un dramaexpresa que nadie niega que “…el abuso en el esfuerzo del escritor implique una laceración orgánica; de donde vienen pérdidas de salud…” o cuando se refiere a escritores que mueren lejos de su patria o que tienen su verdadero reconocimiento luego de su desaparición física.
Emancipación espiritual
El concepto de libertad, en todas sus formas y manifestaciones, atraviesa toda esta obra, cuando se refiere a héroes militares, a escritores o a personas que fueron capaces de dar su vida antes que perder la libertad. Puede ser la libertad física o la de expresión, pero fundamentalmente la libertad interior, la del pensamiento y el sentimiento, la que reposa en la conciencia transformada en una profunda convicción.
Con respecto a la libertad, es en el terreno literario donde más insiste, teniendo en cuenta la dependencia que había en su época de todo lo europeo en general y de lo francés en particular y su prédica por ir logrando una verdadera literatura americana.
Su ideal de la federación americana desde el Golfo de México hasta el Estrecho de Magallanes, aparece con insistencia al referirse a militares y escritores que le precedieron o que eran sus contemporáneos y con relación a la democracia, otro de sus temas favoritos encarado con tanto detalle en el Ariel, no deja pasar oportunidad para referirse a ella en sus diferentes aspectos.
Al abordar un tema que aparenta no tener nada que ver con el resto de la obra, como es el caso de El Rat-pick, nos brinda elementos de moral incuestionables y describe aspectos de la psicología humana, que son tan reales como perversos.
En el caso de las biografías, una de las virtudes que más destaca de cada uno de los personajes, es su vocación de servicio y su inquebrantable voluntad en la acción.
Me gusta llamar a Rodó “el poeta de la prosa”, porque va intercalando en ella expresiones y metáforas de relevante contenido y exquisita forma. Por ejemplo, en Impresiones de un drama, expresa que el Mecenas pagaba “…al hombre herido de la divina invalidez de ser poeta”.
En el Mirador de Próspero, vuelve una y otra vez al período en que políticos y escritores debieron abandonar Argentina en la época de Rosas y refugiarse en Montevideo, lo que le brindó un invalorable aporte a las letras de nuestro país y luego a las de Chile.
El lector podrá apreciar que José Enrique Rodó considera a España su madre biológica y se enorgullece de su origen ibérico, pero se esfuerza por considerarse un hijo espiritual de Francia.
En esta publicación se recogen: biografías, críticas de libros y de autores, un proyecto de ley, un prólogo, artículos periodísticos, cartas, discursos propios, artículos sobre los más variados temas, literarios o no, y podemos afirmar que nos encontramos con que cada una de éstas, resulta ser una cuidada pieza literaria, independientemente de su tema o su extensión.
En cuanto a los cinco discursos de Rodó comprendidos en esta obra, es muy interesante observar el carácter tan diferente de cada uno de ellos: conmemoración de hechos históricos, fallecimientos, inauguraciones y homenaje a una visita ilustre.
Queremos finalizar este artículo con un párrafo de Anatole France, discurso que realizó con motivo de la visita de este prestigioso escritor francés, en el que se resume la esencia del pensar y sentir del autor de esta antología: “Consideramos los americanos que nuestra emancipación no está terminada con la independencia política, y la obra en que hoy esforzadamente trabajamos es la de complementarla con nuestra emancipación espiritual”.
Podemos concluir que El mirador de Próspero es un compendio de una parte de la extensa obra de Rodó, en la que describe hechos y personajes, informa, enseña, realiza serias críticas profesionales, deleita con sus expresiones y deja en evidencia la vigencia y necesidad actual de su humanista base conceptual de elevada jerarquía.
*Analista de Sistemas egresado de la UDELAR. Ejerció la docencia en Matemáticas e Informática. Autor de ensayos, cuentos, fábulas y poesías. Directivo de la Sociedad Rodoniana, integró los Consejos Directivo y de Administración de la Fundación Logosófica. Prologuista en la reedición de El mirador de Próspero a presentarse próximamente.
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