En el marco de los Conversatorios Rodonianos, llevados adelante por la Sociedad Rodoniana, se desarrolló en el día de ayer una ponencia por parte de Romeo Pérez Antón[i] acerca de un tema muy significativo en la obra de J. E. Rodó en lo que respecta a su metafísica.
El estudio titulado “La apertura ontológica de J. E. Rodó” busca esclarecer algunos aspectos sobre la cuestión del Ser en la obra de Rodó, y es un aporte necesario porque logra sistematizar la influencia de algunos pensadores griegos en su obra. Además este trabajo que también supone una discusión filosófica tiene la importancia de romper con algunas categorías con las que se ha tildado a su filosofía por no ser ésta fácilmente clasificable, ya que en el pensamiento rodoniano conviven a modo síntesis y con singular originalidad, extremos como podían ser la antigüedad clásica griega y el cristianismo primitivo, y esta postura no sólo fue discursiva en él sino que la llevó adelante en la práctica en su labor parlamentaria.
En este sentido Pérez Antón ha visto en él la influencia de los presocráticos (filósofos anteriores a Sócrates como Pitágoras, Parménides, Heráclito, etc.) y afirma que Rodó llegó a la filosofía especialmente a través de la Metafísica y la Ontología porque como explica con sus propias palabras: “Nunca dejó de profundizar en asuntos como el de lo uno y lo múltiple, el de lo cambiante y lo constante, el del lenguaje y las cosas, el del universo y la consciencia individual, el de la sucesión de las cosas en el tiempo o en los tiempos, el de lo creado y lo increado, el del vivir de los humanos”.
De hecho la Ontología es una rama de la Metafísica, la cual se dedica justamente al estudio del Ser, la palabra está compuesta por dos raíces griegas, “onthos” que significa “ser”, y “logos” que significa “palabra” o “discurso”. Las antiguas discusiones acerca de esta materia estribaban, por ejemplo, sobre si el Ser estaba siempre en movimiento como pensaba Heráclito o si el Ser estaba inmóvil e inmutable como lo consideraba Parménides. De ese modo Rodó tuvo la valentía de desarrollar una síntesis que fuera al mismo tiempo una apertura, una amplitud de pensamiento, un marco de libertad intelectual desde el cual observar, sentir y comprender la realidad, como lo expresó en su obra Motivos de Proteo.
Así “Proteo” (deidad que tenía la capacidad de transformarse en cualquier animal o bestia) se convirtió en el símbolo que podía significar esa pluralidad de perspectivas de las que se debe nutrir el pensamiento para conocer el universo que le rodea. Porque Rodó consideraba que había un conocimiento y una inteligencia inmutable a la cual podemos acceder por medio del estudio y la reflexión, y al mismo tiempo creía que en el devenir de la vida era posible éticamente lograr una transformación, un embellecimiento de la actividad humana, una alquimia capaz de hacernos mejores personas en constante movimiento por acercarse a lo bueno, a lo bello y a lo justo.
[i] Romeo Pérez Antón es Doctor en Derecho y Ciencias Sociales (Universidad de la República, Uruguay). Investigador y docente en Ciencia Política, especializado en partidos uruguayos, políticas exteriores y teoría política de las integraciones. Catedrático de la Universidad de la República y de la Universidad Católica del Uruguay. Docente de posgrado en la Universidad de la República y el Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH). Profesor y conferencista en universidades de Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos, España, Francia, Portugal y Bélgica. Entre sus publicaciones se destacan: “El Proceso de Toma de Decisiones en el Mercosur”, “Mercosur: Desafío Político” y “Política Exterior Uruguaya del Siglo XX”.
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