Los sueños del Pepe (Parte I: Movimiento 2052), de Pablo Trobo, despierta interés por la figura central del filme, José Mujica, que a nivel internacional ha trascendido los temas políticos coyunturales de Uruguay. En este film, su director y productor recopiló durante 15 años la visión del expresidente sobre temas ambientales y cuidado del planeta.
En el filme, el sueño de dejar un planeta mejor para las futuras generaciones es una preocupación central. “Es el pensamiento hacia el futuro por un mundo que se va y deja esta preocupación, aunque sabe que no lo va a ver”. Este proyecto surgió mientras el director filmaba la campaña de Mujica en 2009. La película tuvo su preestreno mundial el miércoles 10 de julio del año pasado en San Pablo, en un festival organizado por la Cinemateca de Brasil. Para saber más acerca de ella, entrevistamos al director y productor Pablo Trobo.
¿Cómo y cuándo se te ocurrió producir y dirigir Los sueños del Pepe?
En 2009 fui uno de sus camarógrafos de campaña. Éramos dos: mi amigo Javier Cedrés y yo. En un pueblo perdido en la frontera con Brasil, en un Mevir. Empezamos a darnos cuenta de que el discurso de Pepe estaba despegado y se escapaba de la realidad política del momento. Hablaba de filosofía desde un punto de vista tan humano y cercano que el pueblo lograba entenderlo. Ahí me di cuenta de que Pepe es algo más que un político y le comenté a Ricardo Posse: “Este hombre está para hablar en la ONU”. Empecé a recopilar el material que filmaba día a día con la idea de hacer una película filosófica sobre su vida. Siempre estuvo muy claro el rumbo. Después del discurso en Río, Pepe se tornó viral y apareció Kusturica y su orquesta. No voy a opinar sobre el trabajo de otros realizadores. Pero, Los sueños de Pepe, a diferencia de la otra película, se basa en su filosofía.
¿Qué es el Movimiento 2052?
Movimiento 2052 es una frase que se me ocurrió por varios motivos, y a la que se llegó después de darle varias vueltas al asunto. En primer lugar, Movimiento 2052 es el nombre que yo le pongo al movimiento que generó Mujica a nivel global. Mucha gente se sintió interpelada por el mensaje de Pepe y cambió su vida a partir de escuchar sus discursos. Fui testigo en Japón de gente que me contaba que motivada por Pepe buscaba una vida más simple. En Argentina, en Brasil y en varias partes del mundo. Pepe es una voz que despierta la conciencia de la gente, sobre todo de las generaciones más jóvenes. En una sociedad colmada de modelos a seguir que solo buscan vender un estilo de vida, su mensaje es una voz nueva. Una voz que nos interpreta a muchos. Que además tiene más peso porque acompaña ese discurso con un estilo de vida fiel a su pensamiento. Y por eso tiene la autoridad para hablar. Por eso Movimiento 2052; porque es un movimiento que se preocupa por el futuro. Según la ciencia 2050 será un año bisagra y en el 2052 puede ser que solo sobrevivan las cucarachas y Charly García [risas].
Por otra parte, armar un movimiento fue una buena forma de hacer marketing para difundir la película. Soy productor independiente y tengo muy pocos recursos. Así que orienté la campaña hacia eso. No solo soy director y productor también como buen independiente hago de publicista y community manager [risas], entro a trabajar en esa área de 12 a 2 am.
¿Dónde te formaste? ¿Hay antecedentes del rubro en tu familia
Mi papá es también realizador audiovisual. Ahora escritor. Y sin dudas eso influyó decisivamente en el camino que tomé como profesión. Dicen que uno antes de venir se elige dónde se va a nacer, así que creo que todo viene de antes. Nos gusta contar historias: a mis abuelos les gustaba, es algo que se lleva en la sangre. Fui a los cursos de cine para niños, en Cinemateca Uruguaya. Eso me despertó la fascinación por las películas. Estuve en la primera generación de la ECU, de la que me fui porque no me gustaban mucho en ese entonces las estructuras. Y trabajé con mi papá desde muy chico. Lo que no obtuve por el lado académico lo aprendí en la universidad de la calle. Entre lagartijas del asfalto, y cámaras.
La primera cámara que tuve fue un regalo de mi papá: una cámara que él moldeó en espuma plast y tenía una lata como lente. Imagínate que no me quedaba otra. Y siempre voy a estar agradecido a esa primera cámara y a mi padre por haberme enseñado tanto. Mi mamá Lilian también me motivó siempre. Tenía un grupo de teatro y venían las vecinas a ensayar a casa a la noche y pasaban horas repasando texto y ensayando. Eso sin dudas influyó también en mi camino.
¿Y Atlantis Films y Tangerina Films?
Atlántida es mi casa estudio donde vivo y trabajo, y Tangerina Films es una start-up que comencé hace dos años para producir películas, cuando decidí dedicarme full-time a esto.
¿Dentro del rubro, qué formatos son tus preferidos? ¿Qué te gusta más hacer: guion, fotografía, editar, dirigir actores?
Estoy acostumbrado, por la escuela que tengo, a trabajar en todos los rubros. No me gusta más uno que otro: me gusta estar en todo. Y trabajo con equipos chicos.
¿Quiénes son tus refrentes?
Mis referentes son variados: Fellini, Steven Spielberg, Martín Scorsese, Pedro Almodóvar, Spike Lee, Woody Allen, Coppola (padre e hija), George Lucas. Pero sobre todo George Melies, que fue uno de los primeros alquimistas. Últimamente me gustó mucho el documental de Petra Costa sobre el golpe de estado contra Dilma.
¿Qué apoyos estatales, privados, institucionales has recibido?
Para esta película no recibí ningún apoyo estatal. Me he financiado con fondos propios resultado de mi trabajo en otras áreas. Y siempre hay amigos que apoyan y están como productores ejecutivos en la película.
¿En qué etapa estás?
En 2023 fui al Marché du film, en Cannes, que es el mercado de películas más grande del mundo, a aprender y a sondear cómo se trabaja. La película se estrenó en Uruguay en octubre pasado en la cadena Movicenter y en salas de todo el país. También se estrenó en salas de cine en Brasil con distribución de Pandora films y en España en Filmin.
Lo más difícil fue, como productor independiente y si se quiere debutante en este mundo del cine, lograr alianzas para armar una red de distribución para que la película se vea. Hoy tengo socios, pero lo más importante: amigos nuevos en varios países. Para lograr eso tuve muchas charlas con la querida genio de Pepi Goncalves, que me guio y me abrió los ojos en este camino, desde tener una cantidad de material hasta poder llegar a estar en salas de cine de varios países. Así que puedo decir que aprendí de la mejor. Gracias, Pepe; digo gracias, Pepi.
¿Cómo percibes el panorama de la industria en Uruguay?
Tiene un establishment en el que es muy difícil entrar. Te dejan salir, hacen de todo para que salgas, pero entrar eso sí es difícil. Porque la mayor parte de las producciones uruguayas dependen de los fondos públicos. Y es muy simple de entender. Hay pocos fondos y muchas películas. Entonces si entras en esa línea de producción y solo te dedicas a llenar formularios y a aplicar a los fondos te pasas entre tres y cinco años en esa vuelta. Haces una película cada 10 años. Después la industria es muy fuerte; ha logrado captar la atención de las plataformas y estas eligen Uruguay para producir. Eso es genial porque es una industria, y lo mejor es que es en Uruguay. Se ha instalado una política de Estado que gane el partido que gane se mantiene, y esa estabilidad es lo que permite crecer al sector. A esto se agrega la inteligencia de los productores en captar esos capitales en el exterior y traerlos.
¿Quiénes conforman tu equipo de trabajo?
En mi equipo de trabajo básico somos cinco: Carolina, mi coproductora principal, además de esta tenemos dos más, una de 11 y uno de 13 años. Daniel Rivas, Fabián Fernández y Agustín Echeverría y Nico Pérez. Somos un comando. También trabajo con mi tío Mauricio Trobo, que hizo la maravillosa música y el sonido de la película de Pepe. Él es un faro de la producción independiente uruguaya y latina. Pero también un ejemplo de vida. De él saqué la idea de tener el estudio en la casa. Y de alguna forma es un gurú para mí. Un crack.
¿Sientes que este es un legado a nivel nacional e internacional?
Pepe cuando la vio, conociendo la historia de cómo hice la película, cómo la financié y los sacrificios que hicimos, me dijo: “Las cosas que se hacen con amor tienen un valor doble”. Así que me baso en que está hecha de buenas intenciones y por eso solo hay que esperar lo mejor. La película estará en las mentes y en las redes neuronales del inconsciente colectivo. Fui testigo de algo muy importante. Un filósofo fundamental de nuestro tiempo.
¿En qué otro proyecto estás embarcado actualmente? ¿Algo que ver con Woody Allen?
Sí, estoy trabajando en mis dos primeras ficciones. Mediodía en las Toscas y Mañana será tarde, que espero filmar en breve. Parafraseando a Jorge Drexler: para Woody Allen, tenemos la intención, no sé si tendremos presupuesto [risas].
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