Enigma Masoller. Una incógnita que cambió la historia. Fernando Klein. SUDAMERICANA, 288 págs. $750. Agosto 2022
Hace muchos años El Aleph de Jorge Luis Borges me mostró la magia de la escritura. Un texto emblemático lo constituye La otra muerte, donde se narra la peripecia de Juan Darién, un gaucho entrerriano que lucha en Masoller. Quizás hubo más de un Juan Darién pero el valor, la cobardía, la abnegación y la memoria logran es esas páginas un hálito de eternidad.
Pero había una cierta dialéctica de admiración a lo gaucho y por otra parte la sinuosa visión unitaria y europeísta del estimado Borges. Ese subyacente desdén al matrero, al gaucho que no se atreve con Montevideo, ha quedado impregnado en el relato que pasa de generación en generación. Masoller sigue resonando en nuestra memoria colectiva. Se pueden estudiar los documentos sobre cómo un incidente fronterizo ameritó un telegrama con un pedido de ayuda al gobierno central desde una jefatura en manos de los blancos. También cómo esos regimientos habían llegado para no irse. Que los diversos acuerdos logrados entre blancos y colorados eran tan solo estrategias para demorar un desenlace que se asumía definitivo.
Pasado un siglo, Fernando Klein, un prolífico historiador y antropólogo, asume un desafío difícil. A través de una narración polifónica, recreada desde una ficción anclada en una sólida investigación, busca respuestas a enigmas quizás de no tan fuerte raigambre metafísica como los de Borges, pero de ineludible trascendencia en la definición de nuestro destino histórico.
“Aquella violenta batalla de setiembre de 1904 trajo consecuencia la herida a la postre mortal, del líder blanco Aparicio Saravia. Su fallecimiento, luego de diez días de agonía, significó la derrota y la dispersión de las huestes blancas”.
“La incógnita sobre quién disparó la bala mortal persiste hasta el día de hoy. Las diversas hipótesis señalan a francotiradores argentinos contratados para realizar ‘misiones especiales’, a ‘espías’ colorados infiltrados entre los blancos, e incluso la existencia de un tratado de paz que dejaría Saravia como triunfador”.
Una espléndida reconstrucción histórica de un clivaje histórico como pocos, un cisma que solo se resignificará a la luz de la Constitución del 17, cuando el voto secreto universal con garantías de cristalinidad genere una República para todos.
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