La exposición de Raúl Javiel Cabrera en el MNAV cuenta con obras de colecciones privadas y públicas, y con las obras de la importante donación de Fernande Dalèzio, viuda del poeta José Parrilla. Esta donación de 120 obras fue entregada al MNAV y expuesta en marzo de 2018. Las dos exposiciones han contado con la experta curaduría de Thiago Rocca, actual director del museo Figari. La primera fue para mostrar las obras donadas, y la actual, que puede visitarse hasta el 2 de febrero, es una retrospectiva completa de la trayectoria del artista. Es una muestra muy didáctica con vitrinas de documentos ilustrativos con opiniones de otros artistas e intelectuales. Rocca logra introducir al visitante en la exposición con una imagen de Cabrera sentado en un sillón, y a su lado coloca otro vacío como para iniciar un dialogo personal y propiciar una comunicación, antes de iniciar el recorrido de la misma.
Raúl Javiel Cabrera y Julio U. Alpuy fueron grandes amigos. Tenían la misma edad –este año se cumplen los 100 años del nacimiento de los dos- y coinciden en el MNAV en una exposición para cada uno de ellos, en salas contiguas.
Raúl Cabrera Alemán, conocido por Cabrerita, nació en Montevideo el 2 de diciembre de 1919. A los pocos años lo abandonan en el asilo Dámaso Alonso Antonio Larrañaga, y a los 10 años lo adopta una familia de inmigrantes italianos de apellido Lucchinetti. Asiste a la escuela José Pedro Varela entre los años 1932 y 1935. Recibe enseñanzas artísticas en el taller de Gilberto Bellini, Pablo Serrano y Carlos Prevosti. A los 18 años abandona su hogar de adopción para vivir en la calle. En 1937, con 19 años, conoce al poeta José Parrilla y ambos frecuentan la vida bohemia de los Cafe Sorocabana, Metro y Yatasto de la generación del 45. Pinta en los cafés, en las servilletitas de papel…en cualquier lado, es un productor irrefrenable… Es un apasionado del dibujo y la acuarela, técnicas que ejecuta a la perfección.
La amistad con José Parrilla la mantendrá toda su vida, aún durante los períodos largos de separación.
Por esa época, junto con José Parrilla, frecuenta el taller de Torres García, con Manuel Aguiar, Idea Vilariño y Onetti, entre otros. La relación entre ellos genera una riqueza incalculable de pensamiento y filosofía. Hacia 1942 comienza a firmar sus obras como Javiel.
A los 24 años obtiene un premio adquisición por su acuarela “Dos niñas” en el V Salon Municipal (Museo Blanes), y a continuación se le otorgan diversos premios a lo largo de esta década. En esta época expone de forma individual tres veces en el Ateneo de Montevideo.
Vive algún tiempo con José Parrilla y cuando este viaja a Europa en 1948, deja a su hermana Lucy a cargo de su amigo Cabrera. En el convencimiento de que Cabrera es un gran artista, que participa de sus ideas filosóficas esteristas, y que sin duda sus obras apoyan el desarrollo de la doctrina esterista, Parrilla se lleva una carpeta de dibujos y acuarelas de obra de Cabrera para introducirle en los circuitos europeos del arte.
El nombre “esterista” deriva de un poema de José Parrilla en que nombra repetidas veces el nombre de Ester y que Cabrera plasma en la imagen de la niña rubia, una adolescente con mirada perdida hacia un punto desconocido. Ester es la niña que forma parte de su mente desde la infancia y cuya representación integra en sus obras hasta ser una obsesión en comunión con las ideas de Parrilla.
Parrilla organiza exposiciones en Valladolid, Barcelona y Niza desde el año que llega a España hasta mediados de los años 50. La obra de Cabrera aparece junto a la de Alma Castillo, esposa de José Parrilla, y otros artistas en Valladolid, el grupo de los llamados Pascual Letreros.
En 1951, Cabrera ingresa al Hospital Vilardebó y de ahí a la Colonia Dr. Etchepare. Pasó treinta años en esas instituciones. En el psiquiátrico no abandona totalmente la pintura, a pesar de la dureza de los tratamientos a los que se somete.
Hacia 1980 es dado de alta y regresa con la familia Lucchinetti a vivir a su casa en Santa Lucía. En 1981 una selección de sus obras se expone en la XVI Bienal de San Pablo. En 1983 viaja por primera vez a Europa, concretamente a Niza y a España, invitado por su amigo Parrilla y permanece 10 meses en el seno de la comunidad esterista que a la sazón tiene su sede en Levens, cerca de Niza en Francia.
A su regreso a Montevideo, realiza varias exposiciones individuales en galerías de la ciudad. En 1985 se lleva a cabo una gran exposición en el Teatro Essaïon de París con pinturas de Cabrera y poemas de Parrilla.
En 1987, a instancias del artista Manuel Espínola Gómez, el Estado le otorga una pensión vitalicia.
La obra de Cabrera está representada por niñas adolescentes de rostros ingenuos dentro de una seriedad estática carente de cualquier rasgo alegre, con los brazos muchas veces cruzados y con unas manos grandes como si quisieran expresar lo que sus rostros no logran transmitir… unas caras enmarcadas en grandes cabezas con unos adornos de pelo, ensortijado con estructura aleatoria, trabajados como pensamientos que surgen hacia el exterior…unos ojos grandes que sorprenden, que miran directamente al espectador, a veces inquisitoriamente enigmáticos… y los rasgos de la nariz y la boca denotan una sensualidad serena pero firme. Luz profunda y verdad interior se refleja en sus obras.
Acuarelas de gran perfección en las que la línea quedaba delimitada por el color con gran precisión en los años 40, la mejor época de su producción artística, para difuminarse con el paso de los años a trazos más gruesos de color pero que dan perfecta idea del rostro que quiere expresar dentro de una abstracción cada vez más compleja.
Toda su obra inicial hasta 1950, era agradable y serena. Su obra posterior a la prolongada reclusión en el psiquiátrico, está dominada por una tristeza profunda que se plasma en sus rostros. El mismo retrato de Ester evoluciona hacia una dispersión y profusión del color mezclados, creando una sensación de inseguridad.
Para Cabrerita “pintar es poesía”…una forma de expresarse como Parrilla escribe poesías…”mis obras se basan en el fruto de un análisis hecho con el pensamiento y la conciencia…son realidades de recuerdos”.
Fallece en Santa Lucía en 1992.
Está representado en el Museo Municipal Juan Manuel Blanes, de Montevideo, y en el Museo Nacional de Artes plásticas y Visuales de Montevideo, Museo Figari, Museo de San José en Uruguay.
- Catedrática de Sociología. Dra. Historia del Arte. Crítica de Arte. Miembro de AICA y ACCA.