Estas crónicas están basadas en la correspondencia personal de Gardel y de los testigos que vivieron esta verdadera gesta junto a él. Los hechos relatados ocurrieron hace 90 años y cada nota corresponde a lo ocurrido una semana antes del momento relatado.
Para esta fecha, pero de 1935, Gardel termina de filmar El día que me quieras, su tercera película realizada en Nueva York. Acompañado por Rosita Moreno y Tito Lusiardo, Gardel realiza en esta oportunidad un papel de neto corte dramático, mostrando su ductilidad para los diferentes géneros actuados. Nuevamente el binomio Gardel-Le Pera había logrado grandes éxitos. Carlitos sumó para este filme los temas “El día que me quieras”, el tango “Sus ojos se cerraron” –quizás la más excelsa y dramática interpretación de su carrera cinematográfica– y casi al final de la cinta, apoyado en la baranda del barco y con el mar de fondo, otro tango, “Volver”, que también se sumó a los clásicos del género. Y un dato curioso que podemos agregar: Astor Piazzolla, con tan solo 13 años, realiza un pequeño papel en la película, cuando se lo ve fugazmente en una escena como canillita.
Ni bien se terminó esta producción, Gardel, Alfredo Le Pera y Terig Tucci comenzaron rápidamente a ultimar los detalles para Tango Bar, la siguiente película, que estaba a pocos días de comenzarse a rodar.
Crónica
En una carta dirigida a su madre, Gardel escribió: “En esta película la gente llorará, es muy sentimental y yo estoy hecho un gran actor dramático. Cuando vayamos a Buenos Aires la verás y va a ser el éxito más grande que he tenido. Hoy te mando dos fotos chiquitas para que te des cuenta como estoy de pinta con el frac, estoy hecho un galán bárbaro…”.
Los críticos coincidieron en que fue la mejor producción de su carrera cinematográfica, algo que Gardel creía también y así lo afirmaba en una carta: “Ya he terminado la primera película de las dos que debo de hacer. Estoy muy contento del resultado de ella y, según dice la gente, estoy muy bien, yo creo lo mismo pues cada vez trabajo con más seguridad y me encuentro mejor de la voz. […] Sigo creyendo que es mi mejor trabajo cinematográfico y que hemos matado el punto con las canciones”.
En una de sus últimas cartas a Bertha, su madre, le decía: “Espero que siempre me escribas contándome todas tus cositas, que siempre las leo con todo cariño, acordándome de mi viejita que tan lejos está ahora pero que pronto estará muy cerca, y algún día no muy lejano, para no separarnos más, y pensar solamente en nuestros buenos ‘piacheres’ en compañía de buenos amigos, como dos viajeros que llegan al puerto de destino, después de haber batallado por la vida. ¡Qué le vamos a hacer! ¡¡¡Si hubiéramos heredado!!! Entonces tal vez no te querría tanto, ni pensaría tanto en trabajar para nuestra tranquilidad”.
El día que me quieras se estrenó en el cine Broadway de la ciudad de Buenos Aires el 16 de julio de 1935, apenas unos días después del accidente de Medellín.
El diario La Nación, publicó: “El estreno de El día que me quieras congregó ayer desde temprano en el Broadway a un público muy diverso y crecido, que siguió las alternativas de la película, de un sombrío simbolismo en algunos pasajes, con visible tensión. Totalmente repleta la vasta sala en la función nocturna, la concurrencia obligó a repetir, entre aclamaciones y aplausos insistentes, casi todas las partes en que Carlos Gardel anima, con su personalísimo estilo, canciones que él mismo compuso”.
Como sucedía con las películas de Gardel en todos los cines del mundo en donde se proyectaban, el público, extasiado ante las interpretaciones del Zorzal, exigía ruidosamente que se repitieran las escenas cantadas.
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