El artista valoró especialmente que el lugar donde se ubica la obra es la ruta 104 que recuerda la figura de Alejando Atchugarry.
Este domingo 29 de diciembre, en ruta 10 y 104, Manantiales, departamento de Maldonado, fue inaugurada la obra “Mariposa de la vida”, del artista Pablo Atchugarry. La escultura es un homenaje a su hermano Alejandro, fue realizada en Italia, estuvo expuesta en Toscana y llegó a nuestro país donde permanecerá de forma definitiva; tiene una altura de casi 12 metros, pesa 30 toneladas y su valor es de US$ 2 millones, aproximadamente.
El acto de inauguración contó con la presencia del presidente Luis Lacalle y previo al acto se contó con la actuación de la camerata de la Escuela Departamental de Música.
Pablo Atchugarry dijo que el domingo fue “un día de emoción” con un proyecto que “nació hace varios años pero que se realizó en Italia en 2023”, pensando su destino en el lugar donde finalmente se emplaza, con una “mariposa que ha podido volar desde Italia donde nació” y llega para “recordar la figura de Alejando Atchugarry” donde “nace la ruta 104 que lleva su nombre”.
Es un ciclo “de recuerdos, afectos, cariño y amor por este país extraordinario y por toda su gente”, reflexionó.
La humildad de los grandes
El presidente Lacalle dijo que para él Pablo Atchugarry “es un crack”, una expresión “bien rioplatense que quiere decir muchísimo” en el sentido de que “tiene atributos personales que traslada a su arte”.
Destacó que es en la persona humana, en este caso de Pablo Atchugarry, “donde se genera la idea, la creación” que luego convierte “lo que la mente piensa” en “el trabajo de las manos, en la escultura”.
Subrayó que el artista “tiene la humildad de los grandes, una grandeza interna y una humildad como fue su discurso, corto y conceptual. Tiene la humildad de quien sabe que es admirado, porque tampoco la falsa modestia, pero eso de sentirse elevado y más grande lo obliga a que esa referencia tenga un perfil de cercanía con la gente”.
“Pablo populariza la cultura” porque coloca “el arte a cielo abierto” para que lo vean quienes pasan en bicicleta, en auto, veraneando o trabajando, y se cumple aquello de que el arte entra por los ojos.
Lacalle dijo ser “testigo” del “respeto y la admiración” que la gente tiene por Atchugarry y su obra. Además “es una persona extremadamente afectuosa” a pesar de que “a veces pensamos que los grandes no son tan cariñosos”.
Por último, finalizó su breve discurso expresando que Pablo Atchugarry es “de los mejores embajadores de nuestro país y Uruguay todo está agradecido”.
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