Historia del Revisionismo y otros ensayos. José María Rosa. EDITORIAL MERLIN. 1968, 124 págs.
Una vez más nos tomamos la libertad de recuperar textos de alguien que luchó por darnos una identidad histórica en la Patria Grande. Alguien que debió desbrozar caminos plagados de falsedades y tergiversaciones. José María Rosa (1906-1991) fue uno de los historiadores claves en el proceso de recuperar la historia popular, la historia de los caudillos federales y todos aquellos que dieron su sangre para constituir una sociedad que no renegara de sus raíces verdaderas.
Mal que le pese a tanto historiador liberal este enfoque ha sobrevivido. En Historia del Revisionismo y otros ensayos inicia esta antología con un peculiar cuestionario, en el cual esquiva las calificaciones habituales de izquierda y derecha por entenderlas propias y acotadas al paradigma liberal clásico. No necesariamente aplicable a nuestras tierras en este contexto.
Más adelante es interrogado del siguiente modo: “Los revisionistas prestaron un gran servicio al país poniendo al descubierto hasta qué punto su historia –hasta la Segunda Guerra Mundial- estuvo embretada en los intereses del imperialismo británico. ¿Por qué no han enjuiciado con la misma severidad nuestra actual dependencia del imperialismo yanqui?
Responde: La dominación yanqui entre nosotros es demasiado reciente para considerarla un “hecho histórico” y estudiarla con perspectiva de tiempo como la dominación británica. Sin embargo, los hechos de intromisión yanqui en América española anterior a la Segunda Guerra Mundial han sido estudiados por investigadores de nuestra corriente: le recomiendo los escritos de Carlos Ibarguren (hijo), entre otros. Yo también me he ocupado de eso. En el quehacer político, la gran resistencia a la intromisión yanqui de los alrededores del año 40 estuvo a cargo de los nacionalistas, y la defensa e esa intromisión corrió por cuenta de liberales y comunistas. ¿recuerda?
Luego de destacar la figura de diversos historiadores, y dentro de los cuales elogia ardorosamente a Luis Alberto de Herrera, Alberto Methol Ferré, Reyes Abadie, Claudio Williman, Oscar Bruschera y Vivian Trías, el cuestionario pasa a abordar la temática del revisionismo visto por los otros.
Pregunta: A nuestro requerimiento Toynbee declaró, la última vez que estuvo en Buenos Aires, que no había oído hablar jamás del revisionismo, y nos preguntó, a su vez, de qué se trataba. El presidente del Consejo Británico se apresuró a aclararle que es “sólo una corriente historiográfica local caracterizada por sus fuertes prejuicios antibritánicos”. Poco después, tuvimos ocasión de preguntarle a H. S. Ferns –cuyo libro Gran Bretaña y Argentina en el s. XIX es tan sincero en algunos aspectos- si no le parecía que Inglaterra había expoliado concienzudamente a nuestro país. El historiador canadiense respondió que en las relaciones entre ambos países no hubo un explotador ni un explotado, sino dos pueblos en distintas etapas de desarrollo cuya estrecha vinculación los benefició mutuamente”, ¿Qué comentarios le sugiere esto?
Responde: No me extraña lo de Toynbee, cuyos conocimientos historiográficos no son vastos; tampoco me llama la atención que al presidente del Consejo Británico todo lo revisionista le parezca un prejuicio antibritánico. Las palabras de Ferns responden al concepto que preside todo su libro sobre las relaciones de Inglaterra con la Argentina del s. XIX. Nuestra “estrecha vinculación” con Inglaterra produjo necesariamente un dominante y un dominado, dadas sus “distintas etapas de desarrollo”. Fue un amor de amor y conveniencia; a nosotros nos quedó el amor y a ellos la conveniencia.
Pero en esta antología quizás el plato fuerte sea la dupla de artículos dedicada a desmontar a Sarmiento. Lo interesante es cómo logra rescatar todas las ambivalencias y contradicciones del autor de Facundo e ideólogo de la tristemente célebre confrontación de Civilización o Barbarie.
“En Facundo, Sarmiento comprende y describe con pluma magistral, la Argentina auténtica que en 1845 trataba de resistir la intervención anglo-francesa. Pero cuando se pone a razonar la rechaza y se coloca del lado de los agresores. Presenta las dos modalidades que coexistían y se combatían en la Confederación Argentina; la americana y la europea. Como lo habían hecho los políticos franceses Thiers y Guizot al justificar la intervención, llama a aquélla barbarie y a ésta civilización. Pero los franceses hablan desde París, y para dar base a su agresión conjunta con Inglaterra al río de la Plata, Sarmiento lo hacía en suelo americano y era nativo de San Juan. La barbarie estaba en su inmensa mayoría del país y persistía con más vigor en los medios rurales y las orillas de las poblaciones, la civilización era sostenida por jóvenes “inteligentes” que habitaban el centro de las ciudades y leían, como el Evangelio, los últimos libros llegados de Europa”
Una lectura para pensar y recuperar en forma crítica nuestras raíces. ¡Muy recomendable!
TE PUEDE INTERESAR