Homo Emoticus. La historia de la humanidad contada a través de las emociones. Richard Firth-Godbehere. SALAMANDRA. 394 págs. 2022. $ 850.
El preguntarnos por nuestro futuro, cuestionarnos nuestro presente implica más temprano o más tarde inquirir por nuestro pasado y plantear si los eventos acaecidos tienen algún nexo explicativo. Esto es: ¿la historia tiene algún sentido? ¿Es ésta la obra de héroes y de personalidades descollantes? ¿Es ésta la cronología de los choques de diversos imperios y civilizaciones? ¿O tan solo la crónica de luchas de clases que devendría en un ineludible paraíso igualitario?
A mediados del siglo XX comenzaron a surgir en Francia trabajos que permitían una mirada más integral de la historia; una mirada que privilegiaba los procesos de larga duración, la historia mínima de los que hasta ese momento no habían tenido un “lugar” en la gran historia. De las copiosas investigaciones de Philippe Aries, Ferdinand Braudel y tantos otros fue posible acercarse a las mentalidades que moldearon épocas, a estudios sobre las sensibilidades de las personas concretas de sociedades específicas, tan alejadas y tan cercanas a nosotros.
Richard Firth-Godbehere abreva en aguas cercanas. Se doctoró en la Queen Mary University of London, donde es miembro asociado de The Centre for the History of Emotions. Considerado uno de los principales especialistas mundiales en el ámbito de las emociones, su campo de investigación interdisciplinar, galardonado con numerosos premios, abarca materias como la ciencia, el arte, la lingüística y la filosofía.
Es una mirada original y fascinante que nos acerca a conductas individuales y colectivas reinterpretando el papel decisivo de lo emocional. Las emociones juegan un papel decisivo que modela nuestro mundo, definiendo las bases de las diversas ideologías religiosas y políticas, de las múltiples corrientes de pensamiento, especulación filosófica y científica, en suma, de la búsqueda de conocimiento y el anhelo de prosperidad. Pero también es necesario “asumir que hay un aspecto más negativo, cuando este motor del homo emoticus se convierte en una fuerza maligna que lo empuja a destruir vidas y objetos arrastrado por la desconfianza, la codicia y el odio. Pero, ¿cómo ha cambiado nuestra percepción de estos sentimientos a lo largo de la historia? ¿De dónde proceden y cómo deben controlarse y expresarse las emociones? Desde la antigua Grecia hasta los grandes conflictos bélicos del siglo XX, desde los orígenes de la filosofía y el nacimiento del cristianismo hasta la Ilustración, y desde la invención de la inteligencia artificial hasta la sociedad contemporánea, hiperconectada y sometida a la tiranía virtual de las redes sociales –auténtico campo de batalla emocional–, la historia analizada desde el prisma de las emociones no solo arroja luz sobre el pasado y el presente, también supone un deslumbrante preámbulo del futuro que nos aguarda como especie”.
Acercarse a las páginas de este ensayo implica una invitación a sumergirse en un paseo intelectual inédito, por ejemplo, el peculiar paralelismo del debate planteado entre Sócrates, Platón y Aristóteles sobre el alma y lo emocional por un lado y el emperador hindú Asoka o los consejos de Krishna a Arjuna sobre deseos y deberes. También nos permite visualizar cómo los cambios en las estrategias comunicacionales han implicado terremotos emocionales en la humanidad. Cómo el advenimiento de la imprenta y de los libros fue una variable de peso en el estallido de las guerras religiosas. Pero cómo también la omnipresencia de las redes sociales hoy implica un mundo hiperconectado de seres humanos aislados y deprivados de emociones positivas, lo que alienta el surgimiento de grietas insondables. Entender el impacto de lo emocional en el ámbito social hará posible construir sociedades asentadas en valores más solidarios y más humanos.
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