Invasiones Inglesas. Proceso al teniente general don Juan Whitelocke. Jefe superior del ejército inglés, vencido en la defensa de Buenos Aires. Arturo E. López, EDITOR, VICTORIA 766. 1913 180 págs. Trad. A. Zinny, publicado en 1870.
Un evento clave en nuestra historia fueron las llamadas Invasiones Inglesas, acaecidas en 1806 y 1807, vistas por algunos sectores como la gran oportunidad perdida para ser parte de la Commonwealth, con todas hipotéticas bendiciones que hubiese provocado al estar insertos en el sistema liberal anglosajón.
Recordemos que la primera intentona logra apoderarse de Buenos Aires, con la huida del Virrey Sobremonte. Pero las fuerzas hispanas, organizadas desde Montevideo, logran derrotar a las tropas de Beresford logrando el galardón de La Muy Fiel y Reconquistadora. La segunda, sustancialmente más pertrechada y numerosa, logra luego de cruentos combates tomar el estratégico puerto de Montevideo desde el que se pensaba organizar el proceso de consolidación de dominio británico, incluyendo la conquista nuevamente de Buenos Aires.
Para dicho objetivo llega el general Whitelocke, imbuido en una jactanciosa seguridad de pronta victoria en base a los diversos informes que pregonaban las ansias de los criollos de recibir a las tropas británicas como cuasi liberadoras y como proveedoras de ingentes mercancías cuasi exóticas.
Pero la expedición fue un auténtico desastre. No solo la resistencia a campo abierto sino la lucha barricada tras barricada lograron lo imposible: la capitulación de los británicos frente a las tropas comandadas por Liniers, el cual, asesorado por el alcalde Martín de Âlzaga, incorporó como condición la entrega de Montevideo en un plazo de dos meses.
Esto implicó un juicio de guerra a Whitelocke a su retorno a Londres. Este se defendió: “A mi llegada, esperaba encontrar una gran porción de los habitantes preparados a secundar nuestras miras, pero resultó ser un país totalmente hostil, en el cual, ni por conciliación, ni por interés, no nos era posible dar con un amigo que nos ayudase. Aconsejase ni proporcionase los datos más insignificantes”.
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