La calidad obliga, y este 23 de abril fui otra vez a la iglesia evangélica alemana de Montevideo para escuchar uno de los conciertos de órgano solo más memorables de esta temporada. En el marco del XXXVII Festival Internacional de Órgano del Uruguay, la Mtra. Cristina García Banegas volvió a llenar de música el edificio que ha sido últimamente una segunda casa para su arte. La ocasión no ameritaba menos, un concierto de órgano solo de un nivel de virtuosismo y resistencia que pocas personas en el mundo pueden lograr estuvo otra vez al alcance de todos en la iglesia del barrio. Esta ocasión, de la cual hablaré en más detalle abajo, es el 300 aniversario de la contratación de Johann Sebastian Bach como Kantor de la iglesia de Santo Tomás en Leipzig.
Después de la habitual reflexión del pastor Jerónimo Granados, Cristina atacó el preludio y fuga en la menor BWV 551, rompiendo la atmósfera del recinto con el poder del instrumento. Ya sé que lo digo muy a menudo, pero hay que ir a escuchar órgano en vivo, cada una de las obras que eligió Cristina mostraba una faceta más del instrumento. El verdadero emperador de su clase puede ser una orquesta entera con timbres y registros ricos y abundantes. Banegas es como una máquina cuando está sentada frente al instrumento, un concierto de casi dos horas tocando música de ese nivel sin la más mínima pausa es una verdadera muestra de fuerza y resistencia.
Como siempre en estos conciertos, uno conoce y se enamora de obras nuevas. No puedo dejar de recomendarles el “Alle in Gott in der Hoh sei Ehr” BWV 675 y su fughetta correspondiente BWV 677. También de su discípulo Krebs, al que ya dedicaré un artículo en el futuro, se tocó una obra de procedencia discutida, de Bach o de Krebs, y decir eso no es poco, que una obra pueda ser confundida o disputada con la de un maestro tan enorme como es Bach solo habla de la grandeza de Krebs. La obra a la que me refiero es “Auf meinen lieben Gott” BWV 744, la cual da un efecto de espacialidad increíble. Con esto me refiero a la densidad y el color de los sonidos y su direccionalidad en un recinto; una obra como esa explota a fondo la capacidad del órgano de mantenernos al borde del asiento con su versatilidad.
Bach, el Kantor de Leipzig
En 1723, Johann Sebastian Bach fue contratado como Kantor de la iglesia de Santo Tomás en Leipzig, Alemania. Esta posición –que incluía la dirección musical de las cuatro iglesias principales de la ciudad y la enseñanza de música en la escuela de Santo Tomás– era en ese momento una de las más prestigiosas en el mundo musical alemán. Hay que tener en cuenta que esa ciudad había sido muy afectada por la guerra de los 30 años y que era crucial el refugio que suponía la música para todos los habitantes. La Iglesia no solo era un lugar para la salvación del espíritu en el futuro, era uno de los pocos lugares donde todos podían disfrutar de la música.
El proceso de contratación de Bach comenzó en 1722, cuando la iglesia de Santo Tomás se quedó sin Kantor después de la muerte de Johann Kuhnau. Bach se enteró de la vacante y envió una solicitud de empleo que incluía una muestra de su música y una carta de recomendación. Sin embargo, la selección del nuevo Kantor se retrasó debido a la necesidad de obtener la aprobación del Consejo de la Ciudad y a la competencia de otros candidatos. Como bien dijo el Dr. Jerónimo Granados durante su reflexión antes del concierto, J. S. Bach no siempre fue famoso, incluso en este concurso de contratación solo fue elegido en tercer lugar, y logró llegar al puesto después de las renuncias de los dos postulantes anteriores. Quizás esta decisión se atrasó por el hecho de que la música de Bach se consideraba demasiado compleja, en especial para lo litúrgico. Hay que tener en cuenta que en la música sacra las letras tienen una importancia extraordinaria, y al hacer contrapuntos entre las voces es necesario sacrificar o parte de la textura polifónica y heterofona por una textura más homofónica.
Finalmente, en mayo de 1723, el Consejo de la Ciudad ofreció a Bach el puesto de Kantor de Santo Tomás. El contrato, que fue firmado el 5 de junio de ese año, especificaba los deberes y responsabilidades del Kantor, así como su salario y los beneficios adicionales que recibiría. El salario de Bach era de 400 florines anuales, lo que era una suma considerable en ese momento. Además, Bach recibió una casa de la ciudad y un huerto en el que cultivar sus propias verduras.
Como Kantor de Santo Tomás, Bach tuvo una gran cantidad de responsabilidades. Dirigía la música para los servicios religiosos en las cuatro principales iglesias de Leipzig, así como en la escuela de Santo Tomás. También tenía la tarea de enseñar música a los estudiantes de la escuela, lo que incluía la selección y el entrenamiento de los miembros del coro de la iglesia. Además, Bach tuvo que componer nueva música para los servicios religiosos, lo que incluía cantatas, oratorios y otros trabajos. Hay que tener en cuenta que esto significa escribir por lo menos una cantata para cada semana, acompasada con el momento del calendario litúrgico. Este trabajo colosal fue solo una parte de lo que haría en vida como compositor, y por si solo ya lo destacaría como uno de los más grandes. Durante su tiempo como Kantor de la iglesia de Santo Tomás en Leipzig, Bach compuso más de 200 cantatas para los servicios religiosos de la ciudad. Muchas de estas cantatas se siguen interpretando en la actualidad y se consideran como algunas de las obras maestras del repertorio barroco.
¿Qué es una cantata?
Una cantata es una forma musical vocal que se desarrolló durante el periodo barroco y se usó principalmente en la música religiosa. La cantata se compone típicamente de varios movimientos vocales e instrumentales. Está diseñada para ser interpretada en un servicio religioso, como una misa o un servicio dominical. La mayoría de las cantatas se componen para coro, solistas y orquesta, aunque a veces también se incluyen instrumentos solistas.
Cada movimiento de la cantata tiene una función específica en el servicio religioso y puede incluir arias para solistas, corales para el coro, recitativos para solistas hablados o cantados y acompañados por instrumentos, y a veces también incluye pasajes instrumentales. Los textos de la cantata suelen estar en alemán o latín y se basan en los Evangelios o en himnos y textos litúrgicos.
La cantata barroca se convirtió en una de las formas musicales más importantes y destacadas de su tiempo y Johann Sebastian Bach es considerado uno de los maestros de esta forma.
La contratación de Bach como Kantor de la iglesia de Santo Tomás, que fue conmemorada este 23 de abril en la iglesia evangélica alemana, fue un momento crucial en su carrera y en la historia de la música alemana y de todo Occidente.
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