El pasado 5 de marzo la Galería Sala Dalmau de Barcelona inauguró la exposición de Juan de Andrés: “La poetica del límite”, que por circunstancias actuales de la pandemia de coronavirus se vio obligada a cerrar el día 13 de marzo. A partir de las nuevas pautas de desconfinamiento ha reanudado su actividad con cita previa, prorrogando la muestra hasta el 5 de julio. Una vez más esta galería selecciona a otro artista uruguayo dentro del año en que celebra los 40 años de su fundación.
Juan de Andrés nace en Arévalo, Cerro Largo, Uruguay en 1941. Durante los años 50 estudia con Carlos Llanos y DayMan Antúnez del Taller Torres-García y con ellos aprende tanto pintura como técnicas de mural al fresco. Empieza a dar clases de dibujo a partir de 1964. En 1977 se radica en España, donde permanece hasta el 2011, instalándose primero en Zamora donde realiza exposiciones, y luego en Madrid. En los años 80 se traslada a Barcelona donde entabla amistad con artistas como Ráfols-Casamada, Guinovart o Hernández Pijoan, quienes son muy acordes a sus principios artísticos. En Barcelona, Juan de Andrés retoma su trabajo como docente y asume la dirección del Taller Municipal de Artes Plásticas de St. Boi de Llobregat, fundando el “Grupo de Arte Constructivo Rasen” con el que realiza diversas exposiciones colectivas. Realiza diferentes exposiciones individuales en fundaciones y galerías, principalmente en la ya cerrada Galería Barcelona, dirigida por el galerista Antonio Niebla, del cual lamentamos su fallecimiento, esta semana, a causa del covid-19.
En esos años también participa en muestras colectivas, entre las que destaca la gran muestra dedicada al movimiento Madí celebrada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 1997, aunque no se puede considerar que pertenezca a este grupo artístico. En 2011 regresa a Uruguay y fija su residencia en Montevideo. Se suceden las exposiciones, en Italia, Alemania y España alternando con importantes muestras en Uruguay, en galerías y museos, entre las que destaca especialmente la celebrada en el Museo Nacional de Artes Visuales en 2013 y en el Museo Gurvich en 2019.
En 2016/2017 expone en la Sala Dalmau la muestra “Arquitecturas de la Memoria II”. Mariana Draper, directora de la galería, define a Juan de Andrés como un “artista de largo recorrido formado inicialmente en el entorno de Torres Garcia, para evolucionar hacia una abstracción pura de factura equilibrada y geométrica”. La exposición actual en la Sala Dalmau está formada en parte por obras procedentes de la muestra que tuvo lugar en el Museo Gurvich de Montevideo en noviembre de 2019.
Mariana Draper, Galería Sala Dalmau: “Juan de Andrés es un artista de largo recorrido, formado inicialmente en el entorno de Torres García, para evolucionar hacia una abstracción pura de factura equilibrada y geométrica”
Constructivismo, neoplasticismo, minimalismo son actos de reflexión ya realizados, pero fuentes de inspiración que conviven dentro de su formación, y desde esta filosofía ha partido hacia un camino de radicalización a formas de pensamiento más estructural de la obra geométrica. Son referencias para lo que el artista quiere hacer.
Acrílicos en tela y madera: el rectángulo y el cuadrado son protagonistas. La línea horizontal predomina en sus composiciones. Líneas horizontales y verticales se combinan mediante un ensamblaje y crean piezas, siempre dentro de un equilibrio de formas. Son cajas que contienen ideas que se desarrollan en el siguiente plano, hacia una abstracción.
Son objetos desnudos, sin gestos, con contenidos expresivos mínimos, que nos remiten a un minimalismo. Su obra es la esencia pura de la idea por largo tiempo pensada y elaborada, que se plasma en una pureza de líneas, y se transforma en una composición depurada, exenta de cualquier representación que pueda distraer al espectador. Es una obra sensiblemente ordenada, en armonía y contraste de espacios, delimitados a veces por la línea simple de un lápiz.
La gama de color que utiliza es neutra, de 4 o 5 tonos, elegante y sin estridencias. Solo a veces introduce el rojo pero delimitando los espacios geométricos con cartones y papeles hechos artesanalmente, creando armonías espaciales.
Además de su faceta de pintor se dedica a la escultura y al muralismo. En 1962 realiza el mural en la Iglesia parroquial de la ciudad de Treinta y Tres, Uruguay. En 1977 hizo otros bajorrelieves en cemento marmolado y cerámica, uno de ellos de 6 x 11 metros del Banco de Previsión Social en la ciudad de Melo, Uruguay. Estas son obras de una primera etapa. Más adelante, ya en España, sus esculturas también evolucionan hacia sus concepciones geométricas actuales. Por citar algunas de gran simplicidad y belleza: en 1994 realiza una cultura de hierro pintada de 12 metros de altura que se encuentra en la plaza Pallars Sobirà en San Boi de Llobregat, Barcelona; la escultura en acero de 4 metros de altura en los jardines de Cap Roig (Fundació Caixa de Girona), Calella de Palafrugell, Girona; en 2017, en los jardines de la Rectoria de Sant Celoni en Barcelona, una obra en acero corten de 3,5 metros de altura.
Su labor, que se desarrolla dentro de la abstracción pura, le permite “decir todo con casi nada”, parafraseando al inolvidable escritor y filósofo Guido Castillo. Desnudez, pulcritud, geometría y musicalidad definen la obra de este creador. Esta se asociaba a Piet Mondrian en función de una idea minimalista tanto por la composición como por el color.
Sea por el color que utiliza en sus composiciones geométricas, sea por la proporción con la que maneja sus maderas, sea por el concepto de abstracción que encontramos en sus obras, escapa a la concepción de la obra fría de la corriente minimalista. Al contrario, emana una calidez que invita a una contemplación sin límites de una obra esencialmente poética, que en su silencio crea una emoción estética, eminentemente exquisita.
Juan de Andrés se define como trabajador del arte: “No me siento artista”, dice. Para él, artistas son los que marcan un periodo de la historia del arte, y que interese a futuras generaciones, como Leonardo, los impresionistas, Picasso, Torres Garcia. En su humildad, deja que la historia determine si él es artista.
(*) Catedrática de Sociología – UB, Dra. Historia del Arte, Crítica de Arte, Miembro de AICA y ACCA.
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