Jugarse la piel. Asimetrías ocultas en la vida cotidiana. Nassim Nicholas Taleb. PAIDÓS. 2019, 386 págs., $ 820.
Taleb es un autor de origen libanés especializado en Ciencias de la Incertidumbre, docente tanto en la London Business School y en el MIT, cuya obra incluye El cisne negro, ¿Existe la suerte?, Antifrágil, El lecho de Procusto, los cuales configuran la serie Incerto.
Pero Taleb escribe sobre la más acuciante realidad: los banqueros ganan dinero cuando la economía está en expansión y cuando aparecen los nubarrones de la depresión son los que logran rescates financieros por cifras exorbitantes, y “casualmente” vuelven a ganar más aún. Pero dicha situación se repite con otros actores sociales: analistas políticos, ejecutivos corporativos, muchos periodistas…
La mayoría de los comunes mortales estamos incluidos en el segundo conjunto, en el de los individuos cuyo destino está regido por la consecuencia de sus actos propios y de las decisiones de terceros.
Algunos intelectuales “considerados intervencionistas… que promovieron la invasión de Irak en el 2003, así como la destitución del líder libio en el 2011, defienden la imposición de cambios de régimen en otros países, entre ellos Siria, porque están gobernados por un “dictador”. Estos intervencionistas y sus amigos del Departamento de Estado contribuyeron a crear, entrenar y apoyar a los rebeldes islamistas, entonces “moderados”, pero que luego evolucionaron hasta formar parte de AL Qaeda, la organización terrorista que derribó las Torres Gemelas… Curiosamente, a estos hombres se les olvidó que la propia Al Qaeda estaba compuesta por “rebeldes moderados” creados por Estados Unidos para combatir a la Rusia soviética, porque, como veremos, el razonamiento de estas personas tan educadas no tiene tantos recursos”.
El gran tema de fondo es que la toma de decisiones en el mundo contemporáneo cada día está más alejada de la responsabilidad directa, esto es, los decision makers no pagan los platos rotos, al contrario que el empresario, el investigador, el artesano, en suma: los ciudadanos de a pie que sufren en su pellejo en vivo y en directo.
Un libro que cumple con creces las mejores expectativas y a nunca olvidar: “Nunca confíes en nadie que no se juegue la piel. De lo contrario, los tontos y los ladrones saldrán beneficiados, y sus errores nunca los perseguirán”.
TE PUEDE INTERESAR