Julio Novoa, notable cronista musical y teatral de La Mañana, nació el 25 de junio de 1922 en Montevideo y falleció en esta ciudad el 25 de febrero de 1995. Era dueño de una enorme cultura, sin duda uno de esos personajes que marcaron una huella profunda en el quehacer ciudadano y de un período tristemente perdido y olvidado en esta cruenta globalización.
Hombre polémico y de ardorosas convicciones, participaba en las pintorescas tertulias ciudadanas con varios de los personajes más destacados de su tiempo, y que algunos tuvimos la suerte de conocer.
La lista de nombres sería inmensa, pero en líneas generales alternaban en ellas políticos, gente de teatro y de la música a los que se acoplaban empedernidos bohemios en las noches de los diversos Tupí-Nambás, en El Café Boston, en El Sorocabana, en El Británico y otros que circundaban la Plaza Independencia. Ya en sus últimos años solíamos ver a Julio en el Green Park de 18 y Br. Artigas a pocos metros de su casa.
También en su propia residencia nos reuníamos escuchando música clásica. Recuerdo cómo disfrutaba “El Gordo”, como cariñosamente le decíamos, aquella maravillosa versión de “Tristán e Isolda” de Wagner dirigida por Wilhelm Furtwängler, en la que nos señalaba diversos pasajes pletórico de entusiasmo. Ese mismo deleite manifestaba cuando dictaba sus cursos de musicología en la Facultad de Humanidades.
Tenía sin duda un gran sentido del humor, pero a veces podía ser cáustico e irónico en conceptos que expresaba verbalmente y periodísticamente; muy pasional no era de andar con medias tintas. Quienes lo conocimos de cerca llegamos a quererlo mucho, pero es verdad que algunas de sus críticas despertaban el rechazo de ciertos destinatarios.
Julio Novoa se recibió de Doctor en medicina aunque en verdad la ejerció muy poco. La gran pasión que abrazó siempre fue la cultura en sus diversas facetas; especialmente la música desde Gardel y Troilo hasta los grandes maestros europeos, clásicos y románticos.
Tuvo una gran amistad con Nilda Müller, la auténtica impulsora de los movimientos corales en nuestro país e integró el Coro Universitario y otros.
También en algunas oportunidades se desempeñó como actor en teatros independientes.
Su hermano mayor Felipe Novoa fue un renombrado poeta y escritor que estaba casado con “Beba” Lamarque, hermana de Jaurés Lamarque Pons, un grande de nuestra música nacional y de proyección universal.
Entre 1990 y 1993, fue Director del Cabildo de Montevideo y organizó estupendos ciclos de conciertos con artistas nacionales e internacionales.
Fue el verdadero eco musical y teatral del matutino La Mañana, desde que se integró en 1962. Durante más de 30 años vertió sus sólidos conocimientos con verdadera pasión y constancia. El fallecimiento de Julio Novoa sucedió en el mismo período del cierre de esta empresa que afortunadamente ha retornado.
Este medio de prensa, reconvertido en Semanario recuerda y rinde homenaje a tan ilustre cronista.
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