INTERNACIONALES 20 de agosto de 1988
“Entró en vigor hoy el alto al fuego oficial entre Irán e Iraq que pone fin a una guerra de casi ocho años, en tanto observadores no armados de las Naciones Unidas comenzaron a patrullar los 1.200 kilómetros de frontera entre ambas naciones”.
Mientras que millares de iraquíes salieron ayer a las calles de la capital y otras ciudades del país para manifestar su alegría, en Irán las autoridades reaccionaron con moderación e hicieron hincapié en que no consideran que el “conflicto ha terminado hasta que se identifique al agresor y se dé satisfacción a las reiteradas denuncias de su gobierno del uso indiscriminado por Iraq de armas químicas…” Se refiete al gas mostaza y sarín, que quedó evidenciado años después, que Iraq no tenía condiciones de producir y si los recibía de gobiernos “amigos”, del Saddam útil aún no satanizado…
El alto al fuego en la guerra en la que se ha visto involucrado el mundo entero y que se ha saldado con un millón de muertos, es para Iraq el símbolo de la victoria. Al pueblo de Irán, en cambio, le ha costado aceptar la paz, especialmente a aquellos que han perdido a sus hijos, padres o hermanos. Habida cuenta que más de las dos terceras partes de esta abultada cifra de muertos corresponden a iraníes.
A lo que se agrega el inexplicable derribo del vuelo 655 de Iran Air. Fue un vuelo comercial entre Bandar Abbas (Irán) y Dubái (Emiratos Árabes Unidos). El domingo 3 de julio de 1988, casi al final de esta cruenta guerra, el avión fue derribado justo al sur de la isla de Qeshm por el crucero lanzamisiles estadounidense USS Vincennes, matando a sus 290 ocupantes. El Vincennes estaba en aguas territoriales iraníes en este momento.
Es natural que en este contexto el Presidente Alí Khamenei, en una alocución a sus tropas en el Frente Sur, anunciara ayer que los combatientes islámicos ‘deben seguir en el frente hasta que su presencia sea necesaria’.
Observadores internacionales
En tanto, “el capitán del ejército sueco Johan Persen indicó ayer en Bagdad que estamos estableciendo una base de primera línea en la zona operacional y los primeros observadores ya han comenzado a patrullar el borde entre los dos países”.
El Grupo de Observadores Militares de las Naciones Unidas para Irán e Irak (también conocido como UNIIMOG por sus siglas en inglés) fue una misión internacional de mantenimiento de la paz desplegada entre 1988 y 1991 para “verificar, confirmar y supervisar la cesación del fuego y el retiro de las fuerzas” tras la guerra que mantuvieron ambos países.
El UNIIMOG fue establecido formalmente con la aprobación de la resolución 619 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del 9 de agosto de 1988. Previamente, en la resolución 598 del 20 de julio de 1987 (en la cual se exigió un alto el fuego a ambas partes), el Consejo de Seguridad ya había solicitado al Secretario General el envío de un grupo de observadores para supervisar el cese del fuego y la retirada de fuerzas.
A esta misión de paz se sumó Uruguay con 12 observadores, a cuyo frente fue designado el Teniente Coronel Ramón Larrosa, participando entre otros jóvenes oficiales el Capitán Guido Manini, los cuales fueron desplegados en territorio iraní en la frontera con Iraq. El primer acto de servicio de nuestros compatriotas fue participar en el canje de cadáveres en combates en territorio iraní. Allí quedó en evidencia el uso unilateral por parte de Iraq de armas químicas, suministradas por las potencias que manejaban el conflicto entre bambalinas. Los cuerpos de los soldados iraquíes poseían máscaras y en sus mochilas llevaban jeringas con el antídoto para contrarrestar la intoxicación que produce el uso de gases tóxicos.
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