El hombre, quitándose la corbata, se encaminó hacia la salida del local; antes de abrir la puerta se paró, dio media vuelta y, esbozando una sonrisa, levantó la mano a modo de saludo de despedida. –Pobres tipos, están ciegos… –murmuró, sintiéndose un desertor y aliviado, a la vez. Detrás del vidrio blindado, sus recientes excompañeros … Sigue leyendo La suerte está echada
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