La tapera de Oribe. Guzmán Garrido Rosa. IDENTIDAD GRÁFICA. 112 págs., 2022. $1500
Emoción y alegría es lo que me generó la lectura de presente investigación. Si bien es cierto que es un jalón más a la extensa bibliografía que va surgiendo en torno al concepto de historia regional nacional, “La tapera de Oribe” es un trabajo excepcional. Un joven estudiante de agronomía ha dedicado los últimos años a caminar y explorar los caminos de la patria, realizando investigaciones de cariz arqueológico de forma radicalmente independiente. Conjugando investigaciones previas de Aníbal Barrios Pintos, Padrón Fabre, Agapo Luis Palomeque, entre otros, Guzmán Garrido asumió con pasión el desafío de recuperar los vestigios de un pasado de grandeza.
En el paraje de Las Rengas en Durazno, en el área delimitada entre el río Yi, el arroyo del Cordobés y el arroyo Las Palmas, se encuentran los restos de la antigua estancia del Gral. Ignacio Oribe, hermano del presidente Oribe.
Al igual que Manuel, integró las filas artiguistas, siendo nombrado teniente. Ya en la gobernación de Otorgués, actúa en India Muerta, Paso Cuello y Casavalle. Liberado en 1824 por los portugueses, retorna a la Banda Oriental, siendo uno de los más activos pero discretos colaboradores de la próxima Cruzada Libertadora. Organiza los “Dragones Libertadores” en sus pagos, actuando de forma memorable en Sarandí. Luego fue condecorado en Ituzaingó. Con destacada actuación en el incipiente Estado Nacional, será ministro de Guerra bajo el gobierno provisional de Lavalleja. Vendrán los tiempos aciagos de la Guerra Grande, precipitada hipotéticamente por su nombramiento como “Comandante General de la Campaña” y será parte determinante del triunfo de Carpintería. Pero será derrotado en la Batalla de Palmar, por lo que volverá al exilio, siendo recibido por “El Restaurador”, Juan Manuel de Rosas.
Guzmán, partícipe de un equipo donde se destaca Andrés Vanzini, logra investigar en los vestigios de esta estancia, clave para comprender de forma más integral nuestro complejo pasado, con tecnología de detección de metales. Los hallazgos son espectaculares. La edición, independiente pero muy bien lograda, acompaña cada página con copiosas fotografías, mapas y dibujos que dan muestra cabal de lo trascendente del esfuerzo.
“La tapera de Oribe” ha sido un manantial de piezas de valor histórico. Fueron catalogadas en cuatro secciones: piezas de uso militar y armamento, botones de uso civil y militar, piezas de uso gauchesco y civil, y monedas.
Que la patria siga dando más jóvenes apasionados por nuestra historia.
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