La tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común? Michael Sandel. Debate, set. 2020, $890.
Prolífico autor en el campo de la filosofía política y catedrático en Harvard, es autor entre otros, de Justicia, ¿Hacemos lo que debemos?, Lo que el dinero no puede comprar- Los límites morales del mercado, Filosofía política; ensayos sobre moral en política.
Las sociedades occidentales padecen dos males relacionados: la desigualdad económica y la polarización política. En el marasmo resultante, parece que hemos perdido de vista la noción clave del bien común. Cuando sólo hay ganadores o perdedores y la movilidad social se ha atascado, resulta inevitable la combinación de ira y frustración que alimenta la polarización y la protesta, además de reducir la confianza en las instituciones y en los conciudadanos. Sandel sostiene que para superar estas crisis, hemos de repensar las ideas de éxito y fracaso que han acompañado la globalización y el aumento de la desigualdad. La meritocracia genera una complacencia nociva entre los ganadores e impone una sentencia muy dura a los perdedores. Sandel defiende otra manera de pensar el éxito, más atenta al papel de la suerte, más acorde con una ética de la humildad y la solidaridad y más reivindicativa de la dignidad del trabajo.
Refiriéndose en el prólogo a la epidemia y sus implicancias expresa: “El mismo proyecto de globalización orientada al mercado que había dejado a Estados Unidos sin acceso a mascarillas quirúrgicas y medicamentos de fabricación nacional había privado de empleos bien remunerados y de estima social a un vasto número de trabajadores. Mientras tanto, quienes habían recogido los frutos de la bonanza económica de los mercados, de las cadenas de suministros y de los flujos de capital globalizados cada vez dependían menos de sus conciudadanos, ya fuera como productores, ya fuera como consumidores. Sus perspectivas y su identidad económica ya no estaban sujetas a una comunidad local o nacional. Los ganadores de la globalización se fueron así apartando de los perdedores y fueron poniendo en práctica su propia versión del distanciamiento social. La división política más importante, según explicaban los ganadores, ya no era de la izquierda contra la derecha, sino la de abierto contra lo cerrado. En un mundo abierto, decían, el éxito depende de la educación, de prepararse para competir y vencer en una economía global”.
Un texto para leer, pensar y volver a leer.
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