La trampa. Por qué y cómo el proceso tomó la decisión de ocupar las Malvinas. Cronología documentada de un fracaso. Juan B. Yofre. SUDAMERICANA. 347 págs. $750.
Hoy se cumplen cuatro décadas de una gesta tergiversada, manipulada y peor asentada en los libros de la historia oficial. La recuperación de las Malvinas logró concitar pasiones soterradas y como pocos eventos, significó un radical antes y después de las relaciones internacionales en nuestro hemisferio.
Existe una extensísima y creciente bibliografía sobre la temática. Ahora vio la luz el ensayo de Juan B. Yofre, periodista, diplomático y escritor argentino, célebre por haber dirigido coyunturalmente la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) durante la Administración Menem. Es autor de una decena de textos en los que problematiza las hipótesis dominantes sobre la dramática travesía de la sociedad argentina en los 70 y 80.
Aquí la hipótesis central planteada es la configuración de una trampa por parte de la dictadura a la sociedad argentina. Luego del descalabro económico y moral de la Junta dirigida por el general Viola (con billetes de un millón de pesos como metáfora de las formulas neoliberales de Martínez de Hoz) asume el general Galtieri secundado por el almirante Anaya.
La nueva Junta apuesta a “tapar” la situación generando una escalada de reivindicaciones en el campo de la soberanía nacional. Así es que el estrecho del Beagle pasa a ser un espacio en disputa creciente con Chile. Solo una oportuna mediación papal logra detener el conflicto. Pero inmediatamente se genera, más allá de las negociaciones lentas e infructuosas y sistemáticamente saboteadas por el Reino Unido, planes para ocupar militarmente las Islas Malvinas.
La historia es conocida, si bien es cierto que la operativa inicial fue un éxito y que tanto conscriptos como pilotos de guerra argentinos sobrepasaron la definición de heroísmo, todo terminó en una masacre. Yofre abunda en información “reservada”, discreta o poco conocida de todos los entretelones del período. Pero tanta información concienzuda y novedosa para la mayoría de nosotros, que lo hace un libro de lectura vertiginosa, elude lo sustancial. Que es un análisis más allá de la acción de personas específicas. De algún modo, preguntarse quién mecía realmente la cuna.
La Junta, tan obediente a los dictámenes de Washington, creyó que sería apoyada en su enfrentamiento con los británicos. Que quizás el TIAR podría ser activado. Nada de eso pasó, una vez más EE.UU., el Reino Unido, en fin, la OTAN en pleno, pusieron toda su tecnología para aplastar a Argentina. Pero no solo eso, esa instancia significó el fin de los ejércitos nacionales para América Latina que, en la óptica desde Washington, dejaron de ser confiables.
¿Cómo un ejército latinoamericano iba a emprender una acción de estas características sin pedir permiso? Hasta el día de hoy escuchamos una larga retahíla de “analistas objetivos” que aconsejan la pertinencia de eliminar los ejércitos para sustituirlos por meras guardias nacionales.
Habíamos hecho referencia al heroísmo de muchos. No fue inútil. Para Latinoamérica significó replantear y clarificar muchas cosas. La más elemental, que por supuesto que las Malvinas son argentinas. Pero esa reivindicación, esa reconquista que se logrará más temprano, más tarde, no es solo una bandera de la Nación Argentina. Es una bandera de la Patria Grande.
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