103 años se cumplen de la fundación de La Mañana. En el transcurso de su vida han sido varios los lugares donde se desarrolló la comprometida labor periodística, hasta llegar hoy a cumplir un año en formato digital y semanario.
Los Origenes
El edificio donde estaba el estudio jurídico del Dr. Eduardo T. Travieso y Pedro Manini Ríos en la calle Treinta y Tres 1356, donde comenzó a gestarse el sueño periodístico de La Mañana. En la entrevista que hiciéramos a Juan Ángel Miraglia en la vuelta de La Mañana, recuerda: ”Entré en el estudio de los doctores Manini Ríos y Travieso en el año 1936 en el segundo piso de la calle Treinta y Tres esquina Sarandí (lindero a la Curia). Mi ocupación era atender a la gente. Estando allí cumplí los 14 años. Don Pedro empezó a decirle a Travieso que era el director de La Mañana “Ud. tiene que llevarse a Juan para el diario”, y le insistió e insistió, no sé por qué razón, qué vio en mí, yo ni había soñado ser periodista, nunca me había pasado por la cabeza” recuerda con memoria agradecida.
“Un viejo y querido edificio”
El 1° de julio de 1947 La Mañana recordaba, en su 30 aniversario, la que fuera su primera sede y alojara el incipiente periódico, un edificio de tres plantas ubicado en la Ciudad Vieja de Montevideo, que finalmente terminaría destruido en un fatídico incendio.
“Los primeros pasos se dirigieron a la adquisición de talleres gráficos para editar el diario, circunstancia que se vio favorecida por la existencia de un edificio construido para tal fin por un diario metropolitano que había dejado de existir, y en el mismo edificio que este ocupara, en la calle Ciudadela 1484, tuvo asiento La Mañana durante 22 años”.
Más adelante, destacaba: “Siempre estará presente en quienes integraron en su época la redacción de La Mañana. Es que él cumplió en su tiempo las funciones que hoy ha recogido nuestra nueva casa. Muchos hicieron allí en la calle Ciudadela, sus primeras armas en el ejercicio del periodismo y bajo sus techos hallaron cordial amparo las diversas inquietudes ciudadanas. El fuego que lo destruyó, calcinando y ennegreciendo sus paredes, no logró vencer el espíritu que allí se forjó y que ha de vibrar siempre en estas páginas, cómo justo y leal homenaje evocativo para aquellos que dentro de esa sede, señalaron un camino”.
“Esta, nuestra casa. Desde aquí se edita hoy el ejemplar 10566”
El mismo día, La Mañana se congratulaba de su casa en ese momento, que alojaba sus operaciones de redacción y edición.
“Una fachada popular en el recuerdo montevideano, es indudablemente la de nuestra casa. Tras el plano que limitan sus severas líneas, aúnan diariamente sus esfuerzos los personales de la redacción, administración y taller de composición, para lograr en sus respectivas tareas todo aquello que pueda representar constructivo e interesante progreso. En el corazón de ésta, nuestra casa, valga la expresión, sede de intensa y cotidiana labor, repercute segundo a segundo una serie compleja de sucesos y de inquietudes que aparecen y surgen en la puerta misma de este edificio, hasta el rincón más apartado del mundo. Así llegan por los más diversos medios y por las más distintas circunstancias, los más variados motivos de la actividad ciudadana, de sus anhelos y esperanzas, para volcarse en las páginas cordiales y tender el vuelo por la ciudad y los campos”. La foto de el taller de rotativas y depósito de papel y tintas se mantuvo siempre en el edificio de las calles Río Negro e Isla de Flores.
La Mañana y El Diario juntos frente al Solís
“La Mañana” – “El Diario“: Todavía reza en el bajorrelieve de la fachada, y es por el cual sigue siendo identificado el edificio ubicado en la entrada a la Ciudad Vieja, específicamente en la intersección de las calles Bartolomé Mitre y Buenos Aires, frente al mítico Teatro Solís.
El edificio fue construido en el año 1955 para alojar las instalaciones de ambos periódicos, desarrollado en siete niveles. Su volumetría responde a las particulares condiciones del predio esquina, que genera un espacio abierto para respetar los restos arqueológicos del bastión de San Sebastián, parte de la antigua Ciudadela. Actualmente aloja el Juzgado Letrado de Menores del Poder Judicial. La fachada se compone a partir de un fuerte basamento, formado por la planta baja y el entrepiso, formalizado a partir de un pórtico con columnas en sector sobre la calle Buenos Aires, y un desarrollo repetitivo de cinco niveles. El edificio fue diseñado por el arquitecto Francisco Sala y ejecutada por la empresa Giannattasio y Berta.
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