LA NOVEDAD
Ernest Hemingway. En nuestro tiempo. Lumen. Prólogo de Ricardo Piglia. 2018. $490.
Arquetipo del artista que vivió siempre al límite, Hemingway logró el Premio Pulitzer y poco tiempo más tarde el Premio Nobel. Nacido en el cruce del siglo, participó como voluntario en la Primera Guerra Mundial, donde fue herido gravemente. La Guerra Civil española, el desembarco de Normandía, también lo tuvieron como protagonista pero ya en su rol de periodista.
Es difícil en su caso discernir la vida vivida de la creación literaria. Integrante de la generación marcada por el derrumbe de demasiadas certezas, opta por un estilo de escritura absolutamente despojado, claro y conciso. Elabora un peculiar estilo: teoría del iceberg. Los hechos flotan sobre el agua, el mayor peso de la narración aflorará en la mente del lector tiempo después. Frente a las esmeradas literaturas del 900 surge esta escriturada en el cual la realidad se describe prácticamente a hachazos; porque el horror del siglo XX sólo podrá ser narrado de este modo.
En nuestro tiempo es una antología de narraciones hilvanas por su temática, dura, extrema, humana. Lo interesante reside en que es parte del primer Hemingway, pero que había permanecido inédito en nuestro idioma. La gran sorpresa es que dicha obra no es un experimento inicial.
Todos los temas del Hemingway del esplendor ya están aquí: la guerra, el alcohol, la pesca, los toros, la soledad atormentada de Nick Adams, las situaciones límites, orbitando alrededor de ese núcleo emocional que Hemingway nunca nombra pero sobre el que sus relatos siempre gravitan.
El primer texto, En el muelle en Esmirna, nos transporta a los múltiples rostros de la barbarie de la guerra; las escenas del eterno conflicto greco turco pasan subrepticiamente a adueñarse de nuestras almas para siempre.
Ricardo Piglia, que en un extenso prólogo desmenuza la maquinaria literaria de Hemingway, halló este libro en inglés a los dieciocho años en una librería del Mar del Plata. Su lectura marcó su vida y su obra en forma indeleble. Quizás sea el mejor elogio para un texto.
EL HALLAZGO
Carlos Real De Azua. Historia visible e historia esotérica. Personajes y claves del debate latinoamericano. Calicanto. Montevideo, 1975.
Proveniente del campo de las letras, Carlos de Azua logró generar un pensamiento crítico sobre las ciencias sociales a lo largo de décadas, siendo de algún modo el gran pionero en nuestro país.
La presente antología de artículos, elaborados en un intervalo de 30 años, marca algunos de los temas centrales en su prédica. El “ensayo latinoamericano”, la alienación cultural, el desarraigo, la “historia conspiratoria” son rastreados a través de algunas figuras emblemáticas: José Enrique Rodó, los mexicanos José Vasconcelos y Leopoldo Zea.
Otro aspecto, directamente correlacionado con los previos, es el proceso de occidentalización. Francia e Inglaterra lo presidieron, y Estados Unidos es actualmente su protagonista cabal. Es a partir de un acendrado individualismo, con su doble cara de afirmativo egoísmo y de fe en las posibilidades humanas, que se asume como una cultura modernizadora. Esta cultura europea, inicialmente sustentada en el aporte clásico y en el cristianismo, toma progresivamente ante sus fuentes originarias una despectiva conciencia de superación, abandonándolos y suplantándolos con la devoción por los logros materiales.
En “Filosofía de la historia e imperialismo”, Real de Azua se detiene en la gran paradoja: “Y esta paradoja es que Occidente y los bienes que el hombre de Occidente reclama para sí no quieren (¿o no pueden?) ser universalizados. El sentido de la dignidad del hombre y el dominio de la naturaleza por la técnica que libertaron a las sociedades occidentales de la esclavitud y la miseria, Occidente se negará a participarlos con los demás pueblos de mundo. Hacerlo, parece pensar, sería autolimitar sus propios derechos o retacear sus copiosos beneficios. Occidente tiene muchas tácticas para evitar esto, pero una de las más repetidas será la de aliarse en cada una de las comunidades que domina, que occidentaliza en su beneficio, con aquellas fuerzas más medularmente ajenas a su propio sentido de lo moderno, a todo lo que para sí la misma Europa liberal exige”.
Esta extensa cita adquiere luz con cada evento de la política internacional, parece escrita hoy.
Y esa es la magia imperecedera del Prof. Real de Azua: recuperar a los pensadores que soñaron y colocaron los cimientos para que nuestras generaciones logremos construir la Latinoamérica que nos merecemos.