LA NOVEDAD
Te escuchamos con halago. Amalia de la Vega y sus canciones criollas. Hamid Nazaby.
Tinta y Papel Editorial. 252 págs. $490
En el centenario de su nacimiento surge este espléndido ensayo sobre Amalia, de quien Mercedes Sosa dijo “Gardel hecho mujer”, Zitarrosa expresaba “sencillamente, la más grande artista uruguaya de todos los tiempos” mientras el habitualmente parco Atahualpa Yupanqui sintetizaba “trae el sonido que parece surgir de las entrañas de la madre tierra con la autenticidad de los grandes artistas”.
Hamird Nazabay logra, a través de una documentada investigación, el justo equilibrio entre un estudio exhaustivo sobre la artista que nosotros conocimos bajo el seudónimo de Amalia de la Vega y el merecido homenaje a quien vivió en el más discreto silencio y soledad sus últimos años con su nombre real, María Celia Martínez.
Hija de un militar destinado al norte, nació en Melo y es gracias a un primo, el escritor y político Carlos Martínez Moreno tuvo su debut en 1942 en la fonoplatea de Radio Carve y El Espectador.
“En mi hogar –contaba Amalia- mi madre cantaba las décimas de Elías Regules y las canciones del momento que eran todas del campo. Yo me acostumbré a escucharlas y desde muy chica tuve la inclinación por lo musical. Así que en las reuniones familiares, comencé yo misma a cantar, me fui haciendo un repertorio y como quien dice me fui puliendo”
Ese sello de autenticidad del terruño fue lo que marcó una senda que la llevó a escenarios de Argentina, Chile, Brasil, musicalizando textos de Tabaré Regules, Juana de Ibarbourou, Serafín J. García, logrando un perfil definitorio.
Un texto que implica una necesaria y merecida reparación histórica, que la cuidada edición con una abundante iconografía de Tinta y Papel hace aún más recomendable.
EL HALLAZGO
Herrera. La encrucijada nacionalista. Carlos Zubillaga. Editorial ARCA 1976, 213 págs
Pocos nombres generan tanta carga emotiva como el del Dr. Luis Alberto de Herrera, cuya acción marcó al menos siete décadas directamente de nuestra historia patria para definir de modo indeleble nuestra identidad nacional.
El historiador Carlos Zubillaga, autor de una sólida y extensa obra, trabajó intensamente en esta investigación en forma contemporánea a Carlos Real de Azua (Uruguay, una sociedad amortiguada?), a Nahum y Barrán (Batlle, los estancieros y el Imperio Británico), en una clara demostración del espíritu de los tiempos hubo una generación de intelectuales que se interrogaron sobre cuáles bases se había levantado nuestra sociedad. Este trabajo fermental encarna a la perfección esa voluntad de desbrozar el camino de prejuicios y versiones antojadizas para comprender una época y a un protagonista crucial.
Intelectual, periodista (fundador de La Democracia y El Debate entre otros), revolucionario con Lamas y en Masoller, diplomático, hombre de campo, diplomático, artífice de algunos de los acuerdos que cifran nuestra Democracia… y antes que nada un pragmático.
“Es de hombres inteligentes, y yo no me creo del todo negado, evolucionar en sus ideas y rendirse a la verdad cuando ella se prueba”
“Me complazco en pertenecer a las clases conservadoras”…. “Defender a los pobres, a los desamparados, esa continúa siendo la misión primordial de los hombres culto, llamados al frente por su arraigo, ilustración o carácter representativo”
Zubillaga logra plasmar un texto apasionante que muestra luces y sombras de alguien signado por su lema apasionado: “Contra la Patria, jamás!”
Y para recordar: “el general Rosas enseñó a las grandes naciones del otro continente, imponiéndoselo, el respeto de la soberanía americana. Sin descanso sofrena sus avances y, por el hecho glorioso, arraiga a su patria, cuando todavía estos países carecían de personería en el concierto humano”