LA NOVEDAD
Guillermo Silva Grucci. Duelos en el Rio de la Plata. Fin de Siglo, 237 pags, $450.
No es estrictamente una novedad pero este libro amerita ser destacado por su excepcionalidad. Editado hace dos años recupera un ángulo poco explorado de nuestra historiografía: los duelos en una perspectiva sustancialmente más amplia a la habitual.
Al estar prohibida la práctica del duelo en ambas riberas, una “solución” era realizarlo en el país vecino o amañar el acta por los padrinos fechando el evento en otro lugar. Asimismo una realidad definitoria de nuestros orígenes fueron las continuas guerras, revueltas y revoluciones que arrojaban cientos y cientos de exiliados mientras los lazos familiares persistían y crecían.
El instituto del duelo es estudiado en todas las capas sociales. Habitualmente lo imaginamos como un vestigio de las justas de caballería y de códigos de honor de determinados estamentos. Aquí hay una perspectiva global por lo cual nos podemos sumergir en el universo de los cuchilleros a la guisa de Juan Moreira, el histórico y el ficcional o por ejemplo en los malevos borgeanos. Pero también está el peculiar lance entre dos expresidentes uruguayos en Buenos Aires; Lorenzo Latorre y Julio Herrera y Obes, con todas las implicancias legales y políticas.
Obviamente hay un pormenorizado racconto para entender el contexto del duelo legendario de nuestra historia; Batlle y Ordoñez versus Beltrán con su faz atrozmente trágica y casi delirante del punto de vista jurídico para que esa muerte no fuese un homicidio y por ende la elaboración de una reforma legal retroactiva.
A partir de su lectura se puede profundizar de otro modo la historia del Río de la Plata, de sus familias políticas y los avatares de nuestras repúblicas: Alfredo Palacios, Lisandro de la Torre, Luis Alberto de Herrera, Flores Mora, Julio Maria Sanguinetti, Líber Seregni, Jorge Batlle pasan a ser vistos desde una óptica sorprendente para muchos lectores imbuidos del espíritu postmoderno y hedonista predominante hoy en día.
EL HALLAZGO
Carlos Real de Azua. Medio Siglo de Ariel. Su significación y trascendencia literario-filosófica. Academia
El leer este ensayo genera sensaciones contrapuestas. La obvia y primera es la admiración frente a la brillantez intelectual de nuestro mayor ensayista que generó el justo homenaje a Rodó y a Ariel, obra que supera la categoría de obra de arte para ser el gran manifiesto filosófico de Hispanoamérica.
Pero también este libro sintetiza lo calibanesco de nuestra sociedad: fue la obra galardonada en el concurso convocado por Educación Secundaria, con motivo del cincuentenario de la publicación de Ariel. Debió pasar más de medio siglo para que la Academia Nacional lograse recuperar el original y realizara una muy meritoria edición revisada. Todo el olvido y el desprecio que prefiguraron una patria que ha olvidado el camino verdadero.
“Anteo” fue el seudónimo utilizado por Carlos Real de Azua para, en una prosa meridianamente clara (para los que habitualmente adjetivan su obra como hermética y oscura) sintetiza cuatro perspectivas sobre el tema. La primera es comprender cómo se presentaba el espíritu del tiempo no solo en Uruguay, no solo en la comarca. Es entender el parteaguas del 900, el tiempo un imperialismo azuzado por una visión positivista en la cual ya no hay nada sagrado. La segunda es detenernos a percibir la ruptura estética, la belleza de Ariel. Como tercer punto hay un detallado estudio del impacto generacional que aconteció con su publicación. Se cierra con la prospectiva de las consecuencias que tendrá en las generaciones subsiguientes, afincando la mirada en lo que más tarde llamaremos la “generación crítica”.
Y recuperemos un párrafo cualquiera: “No es muy exacto decir, como lo hace Frugoni, que la guerra de Cuba suscitó un movimiento de adhesión apasionada a todo lo sajón. Más bien fue animadversión lo que despertó. Cierto es que posiblemente contribuyó a que muchos, tal vez la mayoría, sintiesen en el prestigio de la fuerza triunfante ‘la boga de las tendencias practicistas y utilitarias’: en las minorías pensantes de Hispanoamérica, la repercusión del hecho fue muy distinta”.