El artista italiano, en entrevista con La Mañana, aborda su visión del arte, la problemática de los jóvenes artistas, y el afectuoso recuerdo de nuestro país: “Amo Uruguay, es mi segunda patria. No tengo palabras para expresar mi gratitud”
“Yo no pienso que se pueda contar un poquito de lo que todo el mundo escribe sobre mi vida, cuando nací, donde estudié, que esto, que aquello, son cosas que no tienen ninguna importancia. Lo relevante es contar sobre alguien que haya llegado a decir algo importante, eso es lo que cuenta. Sobre todo en un momento en que el arte está, digamos así, en una fase oscura” comenzó diciendo Lino, que a través del arte ha dejado su mensaje en todo el mundo, y una parte importante en Uruguay.
Lino Dinetto nació en Este (Padua), Italia, en 1927, y desde pequeño comenzó a vivir y aprender sobre el arte. “Cuando tenía 20 años, hice un gran trabajo en Siena, Toscana, en el Monasterio Benedictino de Monte Oliveto Maggiore, era un gran cuadro de 40 metros cuadrados, que tuvo una gran repercusión, y eso me llevó fuera de Italia a varios países para hacer obras de grandes dimensiones. Soy muy por hacer cosas grandes, tengo una personalidad que tiene necesidad de grandes espacios”.
Actualmente, Dinetto cuenta que está preparando una nueva exposición en una galería de Belluno. “El museo cuenta con una parte de arte antigua que comprende el medioevo, todo el Renacimiento, por ejemplo hay cosas de Tiziano, de Paolo Veronese, que ahora a algunos artistas italianos los pusieron a confrontarse con los antiguos, a ver si tienen la capacidad de estar bien parados. Algunas de mis obras serán expuestas en el museo”. La exposición comenzará en febrero del 2021 y permanecerá cinco meses.
“El arte sacro me llevó muy lejos”
“El compartir espacio con frescos de la escuela de Miguel Ángel me llevó a todos lados, hice también la capilla central de San Antonio de Padua, una de las iglesias más famosas del mundo, más importante que algunas de Roma. El arte sacro me llevó muy lejos”, asegura el pintor y escultor de innumerables obras esparcidas por todo el mundo.
El artista italiano fue un exponente importante de grandes obras en varias iglesias de nuestro país, entre ellas la Catedral de San José, la Iglesia de las Visitaciones, la Capilla de San José de Manga en Jacksonville, la Parroquia de Libertad, la Capilla del Huerto de San José, en su estadía en Uruguay entre el 1951 y 1960. En esos años, además, dirigió las clases de pintura del Instituto de Bellas Artes de San Francisco de los Padres Conventuales. Su obra fue declarada Patrimonio Histórico Nacional en 2004.
“De Uruguay tengo un gran recuerdo, y mucho afecto de gente muy querida. Viví un período de grandes amores, allí tengo amigos y alumnos de muchos años”.
El artista Gustavo “Pollo” Vázquez, alumno de Dinetto, lo recordaba en una entrevista con La Mañana con mucho cariño, destacando su gran energía vital. Sobre esa característica, Lino admite que sigue más o menos igual, “la verdad es que eso sigue intacto, aunque dura poco porque empiezo a estar un poco cansado, los años pesan. Pero la energía no cambia, mientras estoy al teléfono tengo aquí frente a la mesa donde trabajo 10 bocetos, mientras hablo estoy mirando estas cosas y pensando en otras cosas”.
“Me acuerdo de muchísimas personas, muchos amigos. Recuerdo más o menos todo, pero tengo una memoria visual, porque toda mi vida siempre se ocupó de la imagen. No tengo tanta memoria por los números, por el nombre de la persona. Tengo la matemática de la imágen y del espacio. Pero el recuerdo está firme como si fuera ayer de todo lo vivido en esos años en Uruguay”.
“El arte está en una fase oscura”
Lino, a sus 92 años, reflexiona extensamente sobre las dificultades que enfrenta el arte en estos tiempos. “Muchos artistas, sobre todo los jóvenes, están migrando de aquí, de allí, porque no tienen ningún modelo personal, no pueden, digamos, admirar a algo que pueda ayudar a comprender en sí mismo las condiciones en la capacidad que pueden tener para volver a algo personal”.
“En este momento en particular, las personas están solas. Tienen que terminar de construirse en sí mismos, pero no tienen modelos, porque la sociedad de ahora estará cerrada. En este momento hay una fisura total de lo que es también la evolución del arte. El mercado está bloqueado en todo el mundo”.
Dinetto problematiza además sobre la mercantilización del arte. “Los mercantes del arte y galerista piensan nada más que hacer un poco de dinero, exponiendo cualquier cosa, la hace pasar por cosa actual o moderna, y no lo es. El problema principal en este momento es hablar claro, decir lo que es verdaderamente arte, lo que es búsqueda, es un momento de tragedia del hombre artista, no solamente pintor, escultor o músico. El problema de la conciencia”.
Búsqueda de la Belleza
“Roger Scruton, un filósofo inglés importantísimo, con el que mantuve conversaciones, se preocupaba muchísimo del problema de la belleza del arte, lo que es belleza verdadera y lo que no es belleza. No está el problema en lo figurativo o no figurativo. Está en la conciencia, ese es el problema. No es sólo la visión personal con los ojos. Es un modo de pensar actualmente donde está la base de una posible remontada del arte y de la forma, porque se ha perdido la forma, ahora hay que recuperarla”.
“El problema principal está en recuperar algo que se ha perdido hace 50 años más o menos, que muchos artistas han ido haciendo cosas completamente libres, sin pensar que concretiza algo verdaderamente sólido, profundo. El problema está en la incapacidad de amar lo que es la verdadera forma, el fastidio de la forma” reflexionó.
“Ahora, lo informal está entendido mal. Los jóvenes pintores no quieren más construir, quieren tomarlo de la realidad, y ponerlo sobre un muro. Cualquier cosa que se encuentra por la calle no eso es arte. No, la forma es una verdad pura, que parte de la conciencia. Está todo allí. Aquí en Italia se está hablando del nuevo Renacimiento. Significa recuperar la forma que se ha rechazado, eliminado casi, buscando alguna posibilidad muy fácil o algún color interesante, pero eso no es arte, es otra cosa. El arte es una realidad pura, una realidad que parte de un profundo interés por la forma. Lástima que eso no se quiere. Los artistas de ahora no quieren absolutamente hablar de forma y eso es el problema grave del momento”.
“Hay algunos artistas que quieren hacer algo que pueda satisfacer la vista, que puede ser un placer por el trazo, por el color. Son componentes del arte, pero no es todo. Yo en este momento estoy trabajando con mucho interés sobre el problema de la figuración, lo que es esencial y lo que es pretexto”.
“Para formar artistas, hay que ser artista”
“Si yo fuera hoy un profesor de arte, tendría que hacer pensar mucho a los estudiantes. El arte es una realidad constante, un eterno presente. Es un presente que tiene que durar siempre, y para que dure siempre tiene que tener esa calidad grande, profunda, que vive como si fuera siempre nacida. No tiene época. Cuando yo veo por ejemplo un artista griego, una escultura griega, y veo un Miguel Ángel, Miguel Ángel siente que tiene detrás una gran expresión profunda de lo que fue el arte griega, pero le dio una dimensión humana del 1500. Pero esa dimensión del hombre, hoy todo es y es eterno. Cuando yo siento a Beethoven, que vivió dos siglos atrás, es absolutamente un eterno presente”.
“Cuando tú ves un cuadro verdadero, debe tener una fuerza de hacerte temblar, sentir una cosa similar a un terremoto. El arte no tiene edad, es siempre verdadera. Cuando un trazo está hecho con un convencimiento, luego es verdadero. Si no, es una cuestión puramente estética” enfatizó.
“El arte es siempre hija de una persona que tiene sensibilidad, que tiene la capacidad de hacer, uno si tiene la pasión del arte se ve inmediatamente como ama la cosa, se tiene una capacidad de ver las cosas, comprender las cosas. Ese es también el problema de la formación de un artista. Yo he tenido alumnos de varios tipos, algunos eran figurativos y otros no, que buscaban una realidad distinta. Un muchacho con calidad interior se ve inmediatamente, como te mira, como dibuja, tiene sentido de la proporción”.
Al finalizar su entrevista con La Mañana, Dinetto dejó un mensaje a los jóvenes artistas, instando a que “sepan que el arte es una cuestión de amor. El arte es un acto de amor. Se tiene que estar contento de hacerlo y nada más. No hay más grandes modelos para guiarse. Y les diría tres cosas: Primero, trabajar, segundo, trabajar, tercero, trabajar”.
“La conciencia nos lleva en un camino al eterno absoluto”
¿Y por qué decís que los jóvenes les cuesta profundizar, que tienden a estar en soledad y que no hacen una verdadera búsqueda?
Si. Los jóvenes la verdadera búsqueda no la pueden hacer porque le falta el maestro, el maestro no es el profesor, es el artista, el profesor puede saber dibujar nada más. Pero si no es artista, es un simple profesor de dibujo. Pero si es artista, entonces puede comunicar algo de arte verdadera. Para formar artistas hay que ser artista. Si uno no es artista verdadero, y que no tenga una cultura y una experiencia larga de trabajo en el arte no puede enseñar.
Hoy se mira siempre que uno dice ‘Yo voy a tal maestro o el otro maestro porque me gusta más ese tipo de pensamiento artístico’, porque cada maestro tiene su modelo, sus cosas. La academia está completamente superada. Si no hay un maestro que tenga gran personalidad, que sea capaz verdaderamente de hacer el mismo de modelo, porque sabe hacer. Si sabe hacer, el hace adelante de los alumnos y entonces el alumno entiende. De otra manera, uno no puede saber. Los grandes artistas del 1500 iban a una especie de fábrica donde estaban 30 o 40 labradores, que eran jóvenes artista que iban ahí para aprender cómo se hace, el modo de hacer las cosas.
Una vez que uno sabe hacer las cosas, puede hacer lo que quiera. Pero primero tiene que saber hacer las cosas y saberlo hacer bien. Después puede superar las cosas e inventar la cosa suya. Yo no copio a ningún modelo, la figura la hago todo de memoria, yo invento todo lo que hago. La figura que hago yo es toda inventada, porque quiero que sea como la quiero yo.
Tiene que ver ese color, esa expresión. Tiene que haber ese espacio, debe ser pintado aquí, aquí no, así. Es una presencia que tiene pintura. Entonces la conciencia es la que guía el juego. Nosotros tenemos la parte superior del hombre es donde vive el orden. La conciencia sabe lo que es el orden de las cosas en el pensamiento, si uno se hace guiar por la conciencia, la conciencia lo lleva en un camino que lo lleva el eterno absoluto. Eso es la condición para que sea la verdadera arte. Entonces el arte queda en un eterno presente.
“Mis cuadros giran por el mundo” resume sobre su vasta obra
Además de su fructífero paso por Uruguay, su obra se extendió a otros países de América y el mundo. “En Brasil hice una gran exposición, en la Bienal de San Pablo, con algunos artistas importantes de otras partes. Expuse en todo el mundo, Estados Unidos, Rusia, tengo un pasado tremendo. También en Alemania, Francia, y España, donde anduve con la Bienal de Venecia tantos años atrás, la joven pintura italiana estaba más o menos con veinte artistas por cinco ciudades de España. Después también en países árabes, en Egipto gané el primer premio del Mediterráneo, con Italia y Francia. Mis cuadros giran por el mundo” resume sobre su vasta obra.
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