El librero Jorge Artola, un convencido de que el libro se ha ganado su lugar en la historia de la humanidad y permanece más vigente que nunca, conversó con La Mañana con motivo del pasado Día Internacional del Libro y del Día Nacional del Libro que se celebrará el próximo 26 de mayo en nuestro país, en conmemoración del aniversario de la Biblioteca Nacional, primera biblioteca pública del país, fundada en 1816.
“Desde pequeño los libros fueron para mí la puerta a un mundo mejor”, comenzó contando Artola sobre su pasión temprana por los libros. “Es que no solamente te dan información, te dan formación, porque te pueden mostrar cómo cambiar y vivir mejor la vida, y te dan algo que también es muy importante, que es la posibilidad de tener esperanza, una vida distinta, te dan la posibilidad de que vos, compartiendo los sueños de la humanidad, te empieces a dar cuenta de cuáles son tus posibilidades y cuáles son las posibilidades de tu sociedad”.
“Es lo que te logra hermanar con el resto de las personas. Cuando lees a Tolstói te estás acercando a una aldea rusa y dirás: ‘¿Qué tiene que ver esto con mi realidad?’. Muchísimo. Cuando te acercas a Shakespeare, decís: ‘Bueno, pero esto fue hace siglos’. Pero lo curioso es que esas personas tenían pasiones, ambiciones, vicios que son los mismos que se ven hoy en día”.
Artola considera que “los libros lo que te dan es un mapa de ruta para vivir la vida mejor, para cambiar las cosas que tenés que cambiar, para poder soñar. Todo eso es un libro, por eso de alguna forma es un instrumento perfecto”.
Su relación con el mundo de la literatura comenzó desde muy temprana edad. “Cuando era pequeño tuve problemas de salud y una de las pocas cosas que podía hacer era leer. Eso, conjugado con que en mi familia había valores muy fuertes que prestigiaban el concepto de la educación y la cultura, confluyeron en que hubiera algo en mí que hiciera que los libros pudieran ser esa puerta”.
“Luego conjugué la pasión por los libros con una estrategia de trabajo, y abrí la librería. Porque me di cuenta de que podría ayudar a un montón de gente a encontrar su libro. Lo bueno que tienen los libros es que hay uno para cada persona. Hay un momento en la vida que quizá necesites más leer un texto de autoayuda, en otro momento algo más de filosofía, o un ensayo de historia, o porque no leer una buena novela policial y desenchufarte porque estás pasado de problemas y estrés”, reflexionó Jorge.
El libro ya pasó más de una pandemia
“A gran parte de nosotros, más allá de que es importante mirar un informativo, nos deja abrumados por la ansiedad, la depresión o la angustia. Es muy difícil ver que acaban de morir sesenta uruguayos. Y en ese proceso en que estamos todos, entre la ansiedad y la angustia, los libros siguen siendo el gran bálsamo para el espíritu”, aseguró Artola sobre el rol de los libros en medio de la situación generada por la pandemia.
“Para empezar, porque te conectan con la idea de que esta peste también va a pasar. En el Decamerón de Boccaccio, más allá de la temática, hay un enorme cartel que te dice que eso fue escrito en una época de peste, cuando en Europa había fallecido gran parte de la población. Pero poco tiempo más tarde los sobrevivientes construyeron el Renacimiento, esos hijos y nietos descubrieron un mundo, hay un futuro posible”.
El experimentado librero entiende que “los libros lo que hacen es bajarte el nivel de ansiedad, porque te dicen ‘esto ya pasó’, y hubo gente que encontró una salida, como volver a resignificar su existencia y vivir en forma más plena. Podemos salir del miedo, de la angustia, porque los libros nos van mostrando la enorme hermandad de la humanidad, y siempre hubo un mañana”.
“La cultura implica ese enorme acto de solidaridad intergeneracional que es pasarle la luz a las generaciones siguientes”.
La reinvención de la cultura
Sobre los avances tecnológicos y la posibilidad de que implique un peligro para el futuro de los libros, Artola opinó que “habitualmente estamos signados a una visión muy negativa por la cual vemos a otros medios de transmisión de la información como opuestos o como competidores, o como que va a implicar la muerte del libro, y si hay algo que queda meridianamente claro es que los libros por sí se ganaron el derecho en la historia de la humanidad”.
“Las redes sociales pueden ser un enemigo de la cultura si nosotros lo permitimos. Está en nosotros la decisión de qué hacemos con ellas. La televisión puede ser solamente programas estupidizantes si nosotros no damos la batalla, y esto se aplica también a otros aspectos de la vida”, comentó.
“Nosotros, los hijos del conocimiento, tenemos que salir a dar la batalla y no quedarnos en una biblioteca lamentándonos por las nuevas generaciones que no leen. Eso es un error total, las generaciones nuevas leen muchísimo. ‘Qué horrible los medios, son estupidizantes, alienantes’, estupideces, vos tenés que salir y dar la batalla. Puede que te vaya bien o que te vaya mal, pero hay que darla”.
Y esa batalla es la que Jorge Artola se puso al hombro con sus proyectos, que incluyen su negocio personal, la librería Diomedes Libros, la iniciativa social y cultural de la olla popular que integra (que entrega viandas y libros), y su más nueva incursión, el programa “La biblioteca de Diomedes”, transmitido por Esdrújula TV.
“La idea central de Esdrujula es tomar un medio de comunicación y tratar de dar una batalla por la cual nosotros podemos hablar de temas que habitualmente no se hablan, entonces he terminado hablando de Artiguismo, de Rodó, temas que quizá no son “trending topic”. Pero, cosa curiosa, estos programas han tenido más de diez mil visualizaciones en Facebook”, relató.
“Si le metemos pasión, está muy bueno poder compartir ideas, conocimientos, para que la gente los polemice, los piense. El programa que hacemos no es contra otros, sino buscando qué punto de encuentro tenemos con otros uruguayos para soñar cómo recuperamos las buenas cosas que tuvo este país y cómo reconquistar ese pasado”.
Esa es la función principal del programa: un proceso de reconquista cultural. “Estamos tratando de volver a poner temas que en nuestra sociedad uruguaya habían dejado de estar en el horizonte. La idea es hablar de muchísimos libros, ideas, más de lo que habitualmente se habla, dándole un marco filosófico y ético, donde hay una recuperación de valores fuerte, y eso se puede hacer con mucho respeto, sin ofender a nadie, y a la gente que le ha gustado, se da cuenta que esas cosas no son aburridas, y sirven para el aquí y el ahora. Es una invitación a pensar juntos”, concluyó.
TE PUEDE INTERESAR